La sencilla elaboración del terror en niños/as y adolescentes es el alimento del payaso ‘Pennywise’ en la novela “It” de Stephen King. La ‘coulrofobia’ o el miedo irracional a los payasos cursa motivado por la ocultación de la identidad de éste, metamorfoseada tras la máscara, pintura o careta.
En el poema épico de Ovidio, “La metamorfosis”, se relata el mito en la acción-histórica, a través de un elenco de personajes-híbridos narradores. Posteriormente, en la ‘Commedia dell’arte’ emerge, de nuevo, este narrador metamorfoseado, tras la máscara de los ‘Zanni’ como grupo esencial en la comedia italiana. ‘Arlequín’ y ‘Polichinela’ representan el primero un personaje satánico tras su traje remendado y el segundo al rufián, antecesor de la marioneta. La metamorfosis del narrador, oculta tras su máscara la didáctica del mundo en el caso de Ovidio por la oficialidad del mito, y en el caso de la ‘Commedia dell’arte’ la ocultación del rostro por la no oficialidad del mito. Y, de esta manera, sólo posible por la licencia del Carnaval o del teatro cómico.
La sátira parece una impostura necesaria en su función transformativa. El diario ‘Jyllands-Posten’ publicó en 2005 diversas viñetas satíricas sobre el Islam y Mahoma, la caricaturización sigue siendo, también hoy en día, otra máscara sobre el rostro perfilado, en este caso, de la libertad de expresión. Así, la sátira y la falacia rozan el preámbulo de la sospecha. Pues la falacia es a la sátira la necesidad de decir sin decir.
La necesidad de transformar el mundo con las palabras, llevó a John Langshaw Austin a superar la ‘falacia descriptiva’. El mundo dejaba de adjetivarse para alcanzar una narrativa sustantivada y/o sustanciada. Entonces, la ironía es y será su contradicción lógica y por lo tanto su paradigma.
¿Por qué necesitamos, aún, de la sorpresa en la ruptura de la norma?
El adulto-cómico rompe con la brecha intergeneracional lógica para empatizar a los niños. El payaso ‘It’ de Stephen King reformulaba el terror infantil y leía la mente adulta (conocía sus deseos). El alimento expresivo, variando el motivo del relato de King, requiere del contagio, muchas veces superando la ‘zona de confort’ de quien desea descubrir variantes de las cosas. ‘It’ se alimentaba (se contagiaba), y desaparecía durante décadas.
Deseo llamar la atención sobre varias cuestiones: El error heurístico puede cebarse del sentido común, cuando entendemos heurística como proceso de economía del pensamiento que usa de éste en su lateralidad, y cuando entendemos error heurístico el propio de caer en el estereotipo. Y, a través de la paradoja como prueba podemos salir del entorno del error heurístico.
Al asimilar paradoja e ironía, también en la codificación de un entorno lógico, primero como relator de una acción diversificada y/o segundo como punto de inflexión o vía eferente de un bucle lógico asumido; comenzamos a insertar la expresividad cómica como significado en un entorno integrador.
Valga lo dicho, con la intención de querer decir que la lógica no es un producto finalizado ni su entorno, tampoco. Y que la integración del personaje antropomórfico que se oculta tras la careta del payaso o del bufón, el niño, participe de la variabilidad del entorno lógico como paradigma.
Quisiera finalizar indicando lo que me satisfizo leer varios artículos en la prensa española por la estancia de Richard Stallman en nuestro país, donde ha impartido varias conferencias en defensa de su proyecto de ‘Software Libre’. Creo que, la satisfacción, es por identificar ese espíritu de ‘juego’ que practica y sabe transmitir Stallman, y por entender que la codificación de la programación informática es y debe de ser una oportunidad para la ciudadanía y para poder ejercerla como tal.
Quizá, sea Stallman, el programador de la ironía que indicaba más arriba. Y que tras su máscara se oculte la oportunidad debida a la infancia para que sea ésta la nueva paradoja de la programación en un lenguaje para que nos entendamos. Quizá como error aferente que nos lleve a la ruptura de la lógica con la introducción de aquella ironía.