La minoría uigur usa el ajedrez como resistencia a China

El ajedrez se ha convertido en un pequeño acto de resistencia entre la población musulmana uigur de China debido a los fuertes vínculos con su origen en el mundo musulmán.

En China el ajedrez está menos extendido que el Go (el juego de mesa de estrategia conocido como ‘Weiqi’ inventado en China hace más de 2500 años) y sobre todo comparado con el xiangqi, un antiguo juego de la misma familia que el ajedrez, que se considera el ‘ajedrez chino’.

Precisamente por la difusión del xiangqi -que representa el choque entre dos ejércitos y en el que las piezas se mueven sobre líneas en lugar de sobre cuadrados- el ajedrez siempre quedó en un segundo plano.

Por este motivo, los uigures, musulmanes chinos, prefieren el ajedrez como un acto de resistencia siendo muy popular entre ellos, como rechazo a la política de colonización étnica china llevada a cabo en las últimas décadas con traslados de habitantes de otras zonas del país, por eso lo eligen antes que esos otros juegos puramente chinos como los citados weiqi (Go) y xiangqi (ajedrez chino).

Básicamente se trata de enfrentarse a la preponderancia cultural china en todos los aspectos, y el ajedrez, precisamente, es uno de ellos.

En el exilio, como símbolo de identidad, muchos juegan al ajedrez siendo muy popular en los eventos uigures-estadounidenses, de hecho hay un club específico uigur en la plataforma chess.com. Del mismo modo, en Turquía, Kazajistán y Uzbekistán es habitual ver a uigures exiliados ante el tablero.

Los uigures, mayoritariamente musulmanes y con raíces túrquicas, son uno de los 56 grupos étnicos reconocidos por el Gobierno chino y residen en su gran mayoría en las regiones del noroeste de China, principalmente en Xinjiang y bastante menos en otras como Hunán.

Se calcula que, tras las políticas de atracción de población étnica china, ya son solo la mitad de la población en Xinjiang, unos diez millones, de un total de veinte millones que se distribuyen además de China, en Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán, además de exiliados en Estados Unidos, Alemania y Turquía.

Precisamente los exiliados han denunciado la represión y al régimen chino «por crímenes contra la humanidad» ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Solo 43 países condenaron la persecución contra los uigures entre 2017 y 2019.

China lleva una política represiva hacia ellos acusándolos de «extremismo religioso», y se calcula según distintos medios que entre 120.000 y un millón han pasado por campos de concentración, denominados oficialmente ‘campos de reeducación’.

Un informe de Human Rights Watch revela que China podría mantener una vigilancia masiva extrema en Xinjiang. Gracias a tecnología sofisticada, la Policía estaría rastreando hasta las más mínimas acciones de la minoría uigur.

Historia

A pesar de que en China ya se jugaba al ajedrez moderno en el siglo diecinueve, su difusión como práctica competitiva codificada solo ocurrió en la segunda mitad del siglo veinte. El primer campeón del mundo en pisar suelo chino fue Alexander Alekhine (1892-1946) en 1933 en Shangái. En 1956 se celebra el primer torneo y en 1962 se creó una federación de ajedrez pero se estableció dentro de la federación de xiangqi como una filial.

Luego, en los años de la Revolución Cultural entre 1966 y 1976 -el gran movimiento de purga- se llegó a prohibir el ajedrez, «símbolo del decadente capitalismo», se podía multar o arrestar a quien se sorprendía jugando, e incluso estaba prohibido poseer tableros o manuales de ajedrez.

La primera Olimpiada a la que asiste es la de 1978 en Buenos Aires. La federación china (CCA) pasa a formar parte de la federación internacional, FIDE, en 1986, y se convierte en autónoma de la de xiangqi. Eran los primeros pasos de un plan denominado proyecto ‘Gran Dragón’.

A finales de los ochenta llegaron los títulos continentales con el Campeonato de Asia, en 1991 la china Xie Jun se proclamó campeona del mundo, título que consiguió en dos ocasiones y que sigue reteniendo el gigante asiático con Ju Wenjun. Antes de Xie, la Copa del Mundo solo la habían ganado las ajedrecistas rusas y georgianas.

A primeros de la década de los noventa es cuando aparecen los primeros grandes maestros (el reconocimiento más importante para un ajedrecista, que solamente cuentan unas dos mil personas en todo el mundo) en China.

Después obtuvo victorias, en 2014 y 2018, en las Olimpiadas de Ajedrez masculino y en 2010, 2012 y 2014 en el femenino. China ha ganado todo en el ajedrez en las últimas tres décadas. Pero estos éxitos están motivados más por su dinámica política que por su carácter deportivo.

En las últimas décadas, sin dejar de dominar en el ámbito femenino, China también ha crecido a nivel juvenil, donde en los últimos años ha ganado mundiales en todas las categorías de edad, desde la sub8 hasta la sub20. El mayor centro de enseñanza es el Centro Nacional del Ajedrez de Pekín existiendo en el país más de mil entrenadores.

No obstante, las propias fuentes chinas, aunque destacan que el ajedrez está creciendo, admiten que está menos extendido que la versión local, el xiangqi, al que se calcula han jugado unos 550 millones de chinos al menos una vez en su vida.

La victoria de Ding Liren en el Campeonato del Mundo se está usando para acelerar la difusión del juego, con lo que se cuenta con la anuencia del Gobierno.

Se anuncia un plan a diez años para aumentar su propagación y, sobre todo, para formar una nueva generación de ajedrecistas de alto nivel. Ahora, ocho de los cien mejores ajedrecistas del mundo son chinos.

En mayo de 2023, China contaba con 45 grandes maestros (36 hombres y nueve mujeres) y 36 maestros internacionales (23 hombres y trece mujeres).

En cuanto a las cifras, más de diez millones de personas juegan al ajedrez en China, de ellas tres lo hacen de manera habitual. La federación de ajedrez afirma tener «alrededor de cinco millones de miembros», aunque sus fuentes son poco fiables, por lo que la cifra real puede estar en unos trescientos mil miembros.

La plataforma y aplicación de chess.com cuenta solo con 75.000 seguidores en China, aunque muchos apuntan que, debido al seguimiento y control mediático, pueden ser más a través de otros países.

Un dato, el número de seguidores del Campeonato Mundial en directo fue de 570.000 espectadores, en 2021, cuando jugó el noruego Magnus Carlsen contra Ian Nepomniachtchi, ‘Nepo’, mientras ahora con el ruso, que repetía ante el que se convirtió en nuevo campeón, el chino Ding Liren, tan solo ha tenido un leve aumento llegando a los 613.000 seguidores.