Los nuevos condotieros

Escritores que defendieron los totalitarismos en los campos de batalla

A lo largo de la Historia fueron muchos los escritores e intelectuales que utilizaron su obra para apoyar los ideales con los que se sentían identificados. No fueron tan frecuentes los casos de quienes, tomando como modelo al Poeta-Condotiero del Renacimiento, se involucraron también con la acción y participaron en guerras y enfrentamientos que en algunos casos les costaron la vida.

El poeta Garcilaso de la Vega murió en 1536 a causa de las heridas recibidas durante el asalto a una fortaleza en Le Muy luchando contra las tropas francesas de Francisco I. También Lord Byron cayó en Missolonghi en 1824 por la libertad de Grecia, entonces parte del imperio otomano.

En los siglos posteriores muchos escritores siguieron su ejemplo y alternaron su producción intelectual con el apoyo o la participación en acciones bélicas o violentas. El siglo veinte fue testigo de muchos de estos casos, que sobre todo proliferaron durante los años treinta, cuando los sistemas totalitarios, el comunismo, el fascismo y el nazismo, se apropiaron de los espacios del arte y la cultura.

Un libro de Maurizio Serra, «El esteta armado» (Fórcola), recoge numerosos casos de los nuevos condotieros que se comprometieron con los movimientos políticos de aquellos años.

La Rusia soviética, la Italia de Mussolini, la Alemania de Hitler, la Tercera República francesa, la España de la guerra civil… atravesaron aquella década convulsa con acontecimientos en los que los estetas armados vieron una oportunidad para intervenir en las decisiones que moldeaban las reacciones de las masas. Amparados en las vanguardias (futurismo, surrealismo, dadaísmo) arremetían contra los valores del pasado atraídos por los regímenes totalitarios que encarnaban una aparente subversión.

Uno de los personajes más seductores que estudia Maurizio Serra es Lawrence de Arabia, superviviente de la Gran Guerra y voluntarista nexo de unión entre las sensibilidades de 1914 y 1930. Imbuido de un aura romántica por su apoyo a la causa árabe (aunque era un mediocre conocedor de su lengua y de las tradiciones del Islam) y autor de una obra de culto: «Los siete pilares de la sabiduría», rodeándose de una corte de mercenarios y utilizando técnicas de propaganda propias de Hollywood, se autofabricó una imagen de héroe ampliamente aceptada. Murió en un accidente de moto en 1935 cuando estaba a punto de unirse a la British Union of Fascists.

Es curiosa e interesante la relación de los condotieros de los años treinta con la aviación, siguiendo el ejemplo de Mussolini, que presumía de ser un gran piloto. Partidarios del progreso técnico, convirtieron el avión en el símbolo del heroísmo moderno. Los escuadrones de la Unión Soviética, la simpatías del aviador Lindberg con la extrema derecha europea, sir Oswald Mosley, autodenominado «fascista por el rey y por la patria» y promotor del fascista New Party, Malraux buscando en avión el tesoro de la reina de Saba y organizando la escuadrilla de «L’Espoir» en los cielos de España en llamas, Lauro de Bosis el «Ícaro antifascista» lanzando octavillas sobre Roma … Algunos murieron en accidentes o en enfrentamientos, convertidos en héroes: Saint-Exupéry, Italo Balbo, Richard Hillary

Otros valores ensalzados por los estetas armados fueron el homoerotismo y la sexualidad vivida como revuelta y subversión, encarnada en las femmes fatales. También la juventud (la única fase aceptable de la vida humana, según Gombrowicz) promocionada por el nazismo en las Juventudes Hitlerianas y ensalzada en los documentales de Leni Riefenstahl.

Para los condotieros identificados con los totalitarismos, los jóvenes no eran los representantes de una generación insatisfecha y rebelde sino soldados disciplinados y conformes con el orden y las necesidades de la patria y de la raza. Otro de los valores era la belleza como sublimación de los impulsos, a la que rendían culto encarnada en el bel fascismo, tan admirado por intelectuales como Brasillach.

La referencia obligada en Italia para referirse al esteta armado es la figura de Gabriele D’Annunzio, personaje excéntrico, artista y héroe (por cierto, también piloto), amigo de Mussolini, quien encarna como nadie al Poeta-Condotiero, desde su protagonismo en la toma de Fiume, cuyo estilo inspiró la retórica de un fascismo pretendidamente revolucionario pensado para una Italia imperial.

La guerra civil española tiene una amplia presencia en estas páginas, en las que se destaca el papel de los intelectuales y la oportunidad de pasar a la acción, de salir de las bibliotecas, de las redacciones de las revistas y de los cafés.

El fusilamiento de García Lorca se convirtió en el símbolo de una época en que la pluma llegó a ser más peligrosa que la pistola: «España atormenta la mala conciencia del héroe pequeño burgués de Sartre, que sueña con redimirse de la mediocridad cotidiana, pero se siente repelido por la historia, como si fuera una meta demasiado alta e importante para él» (p. 170).

Termina Maurizio Serra con una reflexión sobre el fracaso de los estetas armados en la guerra civil: fracasaron en el intento de escapar de la historia y de elevar a las masas a mito. Fracasaron también en las trincheras.

Una gran parte de este ensayo se centra en la Alemania anterior a la guerra, a los intelectuales adscritos al nazismo y a quienes defendían los valores de las democracias liberales. Se dedican importantes espacios a estetas como Stefan George, Hugo von Hofmannsthal, Friedrich Gundolf y una atención amplia y especial a la familia Mann: Thomas, Klaus, Golo y Erika, representantes del amplio abanico de enfrentamientos al régimen nazi.

De todos estos autores y de muchos otros desconocidos en España, se analizan sus novelas, sus ensayos, sus poesías, sus obras de teatro o sus películas, para finalmente obtener una imagen muy real de la Europa cultural de los años treinta del siglo veinte y de algunos de sus intelectuales más destacados.

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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