Y los españoles emigraron

La emigración es sin lugar a dudas uno de los hechos que más influyen en la trayectoria del ser humano, que se ve forzado por razones generalmente económicas a abandonar su hogar, su país, para labrarse una nueva vida a miles de kilómetros, en lugares desconocidos, con distintos idiomas, costumbres, formas de pertenecer a una sociedad donde siempre, o casi siempre, será un extraño.

portada-conrad-emigracion Y los españoles emigraronEn este mi cuarto libro que ahora presento, “Y los españoles emigraron. Una mirada actual a la emigración española” abordo como periodista y como emigrante que un día fui las tres grandes migraciones que han tenido lugar en nuestro país en el último medio siglo: la emigración española de los años cincuenta-sesenta del pasado siglo, en la que cientos de miles de españoles se vieron –nos vimos- forzados a marcharse a otros países del centro y norte de Europa para ganarse la vida. Abordo pues el tema desde un punto de vista personal, hablando con conocimiento de causa.

Una emigración aquella del pasado siglo en la que los emigrantes españoles veníamos a ser, según se decía, como una especie de “maletas rodantes atadas con una cuerda de esparto”, porque la cosa no daba para más. Tiempos de trabajos a destajo y muchos sacrificios para poder ahorrar y regresar cuanto antes a casa, tiempos de la película “Vente a Alemania, Pepe”, y del “Adiós mi España querida”.

La segunda parte de la obra está dedicada a la inmigración, aquella que empezó a llegar a España en los primeros años noventa del pasado siglo, con la que millones de inmigrantes provenientes de países latinoamericanos, pero también polacos, rumanos, búlgaros, marroquíes y de otros lugares llegaron a España para forjarse una nueva vida. Eran los tiempos del llamado “boom del ladrillo”, años en los que llegaron a residir en nuestro país más de cinco millones de inmigrantes, muchos de los cuales han regresado a sus países de origen tras la crisis, mientras que otros muchos se han nacionalizado.

En el año 2004 ya residían en España casi tres millones de inmigrantes entre regularizados e irregulares, también llamados estos últimos “invisibles”. Época en la que empezaron a aparecer en España bandas juveniles que tenían su origen en Latinoamérica, como los Latin Kings, Maras, Salvatruchas y otros. Y junto a ello también comenzaron a aflorar hechos como el racismo, la xenofobia o el rechazo al inmigrante, al tiempo que los hijos nacidos de parejas de inmigrantes vinieron a paliar en parte nuestra pirámide demográfica, próxima en aquellos años al crecimiento cero.

La tercera parte de “Y los españoles emigraron. Una mirada actual a la emigración española”, está dedicada a la nueva emigración española, la formada principalmente por miles de jóvenes que hoy, como otro día hicieron sus padres o abuelos -entre los que me encuentro-, se ven forzados de nuevo a marcharse de nuestro país en busca de un trabajo, de una oportunidad de ganarse la vida que no encuentran en España. Una generación bien preparada cuyos frutos recogerán sin duda otros países de nuestro entorno.

La obra en su conjunto pretende ser a través de sus diez capítulos un a modo de documento exhaustivo de lo que pasó con las dos grandes migraciones anteriores, al tiempo que convertirse en una especie de guía laboral para los españoles que desean marcharse ahora fuera, informándoles de lo que deben hacer, pero también de lo que no deben hacer porque, como desconocedores del tema, cometen errores que podrían subsanarse con la información adecuada. Es cierto que ahora ya no se van con la maleta de madera, sino con ordenador portátil y títulos universitarios, pero sigue siendo emigración, en la que una información adecuada evita sufrimientos.

En las últimas fechas han ocurrido en nuestro país dos hechos a destacar en el mundo de la emigración, y que nos afectan como sociedad: uno es el hecho de que para el Gobierno actual, y según palabras de su ministra de Trabajo, doña Fátima Báñez, lo que está ocurriendo con los jóvenes que se están marchando no hay que considerarlo como emigración, sino “movilidad exterior”. Tengo que decir como antiguo emigrante y como periodista que he dedicado muchos años a la investigación en este campo que hay eufemismos que conducen no a la risa, sino al bochorno. Porque los que se están marchando son, querámoslo o no, los nuevos emigrantes, como un día lo fuimos otros. Bastante desgracia tienen como para que encima les vengan con eufemismos ridículos.

La segunda cosa a destacar es que se ha estrenado hace escasas fechas una película dedicada al tema, titulada “Perdiendo el Norte”, la cual trata la actual emigración. En ella se ven reflejadas las dos grandes emigraciones: la actual, de esos jóvenes que se van a Alemania con un montón de títulos y “masters” bajo el brazo para abrirse camino, y la antigua emigración, aquella que lleva en el país germano 40 ó 50 años y sabe muy bien lo que aquello significó. En el mes de mayo se cumplirán 50 años de mi salida hacia Alemania, cuando contaba 19 años, por lo que de alguna manera me veo reflejado en la figura del veterano y viejo emigrante interpretado por José Sacristán…

Es por ello que «Y los españoles emigraron. Una mirada actual a la emigración española» es el retrato fiel de la vida y vivencias de millones de personas que se han visto obligadas a salir de su país en busca de una vida mejor. Todos ellos y sus vivencias son los verdaderos protagonistas de este trabajo, de lo que yo me limito como escriba a dar fe.

Conrado Granado
@conradogranado. Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. He trabajado en la Secretaría de Comunicación e Imagen de UGT-Confederal. He colaborado en diversos medios de comunicación, como El País Semanal, Tiempo, Unión, Interviú, Sal y Pimienta, Madriz, Hoy, Diario 16 y otros. Tengo escritos hasta la fecha seis libros: «Memorias de un internado», «Todo sobre el tabaco: de Cristóbal Colón a Terenci Moix», «Lenguaje y comunicación», «Y los españoles emigraron», «Carne de casting: la vida de los otros actores», y «Memoria Histórica. Para que no se olvide». Soy actor. Pertenezco a la Unión de Actores y Actrices de Madrid, así como a AISGE (Actores, Intérpretes, Sociedad de Gestión).

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