Simpática, cálida y sonriente se nos presentó, en el marco de la Feria del Libro de Miami (Miami Book Fair) en Miami Dade College, la reconocida periodista española Sonsoles Ónega. Llegó a Miami para hablarnos de su saga literaria «Las hijas de la criada», Premio Planeta 2023.
Gracias a Mónica, delegada de prensa de dicha editorial, tuvimos un encuentro privado donde pudimos conversar de televisión, periodismo, literatura y algo más.
Sonsoles nació en Madrid un treinta de noviembre de 1977, hija de un periodista, y como lo que se hereda no se roba, Sonsoles se recibe de Periodismo, especializada en Medios Audiovisuales y cumple una brillante carrera en prensa.
Comienza su faceta literaria publicando en 2004, la novela Calle Habana, esquina Obispo, luego le sigue Donde Dios no estuvo y en 2017, su éxito, Después del amor, que tiene como escenario la España de la Segunda República.
Nos sentamos y Sonsoles me invita a iniciar la plática.
Adriana Bianco: Tú te formas en periodismo y tienes una extensa trayectoria en televisión.Qué significa la televisión para ti y como te planteas, en momentos difíciles, los asuntos «éticos» en el periodismo.
Sonsoles Ónega: La televisión es mi oficio. Desde que terminé la carrera de periodismo, empecé a trabajar en la televisión en CNN-plus, la filial española de CNN en España. Allí pasé los mejores años de mi vida haciendo reporterismo en la calle, luego entré al Canal Telecinco para hacer información parlamentaria en el Congreso de los Diputados y, actual y accidentalmente, soy presentadora de televisión. Es un accidente porque no tengo atributos físicos para ser presentadora, pero ahora tengo un programa «Y ahora Sonsoles», de tarde, en la otra gran cadena española, Antena 3. Pero siempre he hecho compatible la tele con la literatura. Siempre he escrito.
AB: Sigamos un poco mas con la televisión, en estos momentos frente a la información falsa que se desparrama, la falta de credibilidad, un periodismo cada vez menos objetivo, tu, como periodista, ¿cómo manejas esta crisis actual?
SO: La televisión está viviendo un momento crucial porque sigue siendo un medio de gran potencia, probablemente con más potencia que las redes sociales. Cuando hay grandes acontecimientos se recurre a la televisión, y por lo tanto tenemos la enorme responsabilidad de que se nos perciba, de parte del ciudadano, como un espacio seguro, de rigor y de verdad.
Para mí, esas son las reglas del trabajo que realizo. Prefiero ir un peldaño por detrás, que equivocarme y que lo que contamos no sea verdad.
La credibilidad es una lluvia fina que pierdes muy rápido, esa ha sido una máxima en mi carrera. No hay algo más importante para un periodista que la credibilidad. Estamos en un momento muy serio, después de años de descrédito, debemos ser percibidos como un medio seguro y todavía gratis.
La televisión es también una tabla de salvación para la soledad. Yo hago un magazín de tres horas y a veces pienso que mi equipo y mi voz es la que rompe el silencio en muchas casas. Y me gusta que sea así, hacer televisión de compañía. No hago ahora política, hago un magazín de entretenimiento y siento que ayudo a la soledad, soy una voz en sus casas.
AB: Es la función un poco del actor, animador, presentador, de ser imagen, acompañamiento y guía, y así se producen las identificaciones del público con sus ídolos, y por eso, los que estamos en ese medio, tenemos una doble responsabilidad.
SO: Absolutamente. Está muy bien que desde la televisión proyectemos modelos a seguir. Vivimos en una época de mucha impostura, las redes sociales, el filtro, el espectáculo. Nosotros, en este programa «Y ahora Sonsoles», estamos recuperando muchos personajes que han hecho cosas. Cuando vienen a las entrevistas es por que es alguien que ha hecho algo, que generó admiración por su labor, sin manipulaciones, algo auténtico. El ciudadano está necesitado de verdad. El ciudadano está a veces perdido porque está bombardeado en su intimidad, con el teléfono móvil, con mensajes distorsionados, ideologías, políticas. Vivimos una época de mucha trinchera, de negro o blanco y yo siempre reivindico el gris, La vida tiene mil matices. Creo que es necesario que la gente evolucione en su pensamiento y que pueda contrastar.
AB: Como lo hizo Sartre en su momento, se aparto del partido comunista, tomo una actitud crítica, personal…
SO: La gente evoluciona, la gente cambia y eso es bueno…
AB: Sin duda. Hablemos ahora de literatura. Vi que tienes varios libros publicados, uno sucede en Cuba. ¿Estuviste en Cuba?
SO: Es verdad que siempre escribí, desde adolescente escribí relatos, cuentos. Y me presentaba en certámenes. En los noventa, hice un viaje universitario a la Habana, y me produjo un shock tremendo el deterioro del régimen, de la ciudad y del pueblo.
AB:Te desilusionaste como yo, que estuve invitada para la Bienal de las Artes, casi un mes. Fui muy ilusionada y salí de Cuba, triste y decepcionada.
SO: Todos de alguna manera sentimos admiración por Cuba, sobre todo en la época de Fidel. Mira Adriana, yo soy hija de la transición española, yo nací en el 77 y ya teníamos todo ganado, derechos, libertades, nací en una España libre y ese viaje a Cuba me produjo un shock.
Recuerdo cuando nos estábamos yendo al aeropuerto, vi un señor que intentaba que la fachada de su casa no se viniera abajo. Ese hombre (que no conozco), estaba luchando contra el régimen al estar luchando que la fachada de su casa, en La Habana vieja, no se viniera abajo. A partir de allí, fabulé una historia de un padre y un hijo, una novela corta que también ganó un premio pero que no tuvo éxito. Sin embargo, fue el punto de partida de mi voluntad de escribir.
Yo pensaba que cuando uno escribía un libro se convertía en escritor, llevo siete novelas y aún me cuesta decir que soy escritora. Por pudor intelectual, porque no le he dedicado a la literatura todo su tiempo, es como la amante, sabes, y el periodismo es el marido. Sin embargo, la literatura ha sido mi salvación.
AB: Hablemos del Premio Planeta 2023, tu novela «Las hijas de la criada», es una saga muy elaborada, con muchos datos, información, personajes, situaciones y escenarios. Muchos temas: el amor, la infidelidad, lo social, la familia, el mundo empresarial. Cómo surge esta idea de contar esta historia. Tu agradeces a gente que parece te dio la trama, la historia… ¿Cómo nace esta saga?
SO: La historia del intercambio de las niñas al nacer es una historia que yo conté como periodista. Ocurrió en un hospital, dos niñas que fueron cambiadas, y supieron de lo que les había pasado cuando tenían dieciocho años. A mí me pareció una historia increíble. Pensé en una novela: ese capricho del destino que intercambia vidas me pareció que era el punto de partida de una novela. Busqué entonces, dónde situar la historia...
AB: Tu eres madrileña…
SO: Si nací en Madrid, pero mi familia es gallega y por eso situé la novela en Galicia, porque Galicia es mi infancia, mi familia, mi paisaje. Tienes que escribir de donde sabes como llueve. Y conozco Galicia.
AB: Reconozco que hay una mirada muy próxima a Galicia en tu novela. También, aparece Cuba. Yo sé que los españoles tienen con Cuba una especial relación o un trauma…
SO: Porque fue tierra nuestra, y especialmente en la época en que está situada la novela, que arranca en 1900, recorre todo el siglo veinte. Cuba fue nuestra segunda casa. España, creo, no se ha recuperado del trauma de 1898, levantarse y ver que la bandera española no ondea más en el malecón…
AB: Tal vez Cuba es un poco la imagen para España, de que el imperio se acabó. En la novela manejas una gran cantidad de personajes, la familia Valdés, su entorno. ¿Son todos ficticios o hay relación con gente conocida?
SO: Son todos ficción, no existe la familia Valdés. Es verdad, que use la vida de industriales gallegos que hicieron del mundo del mar un imperio. A mi me gusta decir que Galicia hizo un imperio de una lata de sardinas. Es un periodo muy difícil, es un siglo de guerras, y Galicia tenía beneficios en los tiempos de guerra. Desde la primera guerra mundial, nuestra guerra civil, la segunda guerra mundial, los gallegos incrementaban su producción y vendía su producto más que nunca.
AB: En tu novela, además del fondo histórico de España y Cuba, que lo describes muy bien, con datos, fechas, personajes notables, también haces un entronque con el sur, con Argentina, donde sin duda, emigraron muchísimos gallegos. Una colectividad muy prospera, yo recuerdo porque me invitaban como actriz al Circulo Gallego, a la Asociación de Galicia, hasta hay bancos….
SO: Si, lo se. Mira, lo de Argentina fue casi un capricho literario. Yo necesitaba hacer algo con ese personaje terrible de Catalina. Y pensé en casarla con un argentino y fue muy bonito descubrir el mundo del campo argentino, el mundo de la carne que nada tiene que ver con el mar gallego.
AB: La novela, a su vez parece un guion cinematográfico, con distintos escenarios…
SO: Ahora están haciendo una serie de la novela, están rodando en Galicia y en Canarias, y con el personaje de Catalina han dado un giro que me ha gustado más de como yo lo concebí.
AB: Creo que en esta novela has dado el todo por el todo, no dejaste cabo suelto y tomaste el aspecto social, comercial, las historias de amor, el incesto, las crisis financieras, el tema de la infidelidad, es muy fuerte la secuencia del descubrimiento de la dueña de la finca que se entera que su marido esta con su doméstica…mata a la doméstica y se pega un tiro en el juicio, en pleno tribunal, haciendo justicia por ella misma. ¡Es brutal!
SO: Esa historia ocurrió en Cuba. Es verdad. Una amiga me dio unos folios sobre la madre que tenía un pasado cubano interesante, militares españoles que se fueron para Cuba y trabajaron en el negocio del azúcar, y en estos escritos se narra ese hecho increíble.
AB: Hay en esta novela una gran entrega, un deseo panorámico y abarcativo de la saga. ¿Por qué tanta ansiedad literaria?
SO: No lo se, tal vez inseguridad, tal vez deseo de contarlo todo, no sé, tal vez, mi alma gallega…
AB: Sin duda, hay mucha entrega y la novela se desenvuelve con mucha intensidad. ¿Dime, tu como española, como ves a los latinoamericanos? Hay muchos latinoamericanos ahora en España.
SO: Uy, si muchos… hay muchos venezolanos. Ahora somos la patria de acogida de latinoamericanos que tienen regímenes donde no hay libertad. Han cuajado los extremos en Latinoamérica y eso no los ayuda.
AB:Y como española, escritora, intelectual, mujer de la prensa ¿Cómo sientes a España?
SO: A mí, me duele España.
AB: ¡Estas como Unamuno!
SO: ¡Sí, unamuniana! Me duele España. Sabes por qué, porque el consenso que construyó los mejores años de nuestro país ya no tiene ética. Nadie reivindica en consenso. Acabamos de pasar un trauma tremendo con la situación de Valencia, y no se han puesto de acuerdo frente a esta situación tan dramática.
AB:Si, España duele, por eso y otras cosas. Dime Sonsoles, ¿Qué es para ti la literatura?
SO: La literatura es un consuelo para los desconsolados de nuestro siglo. Es una compañía. Con la promoción del Premio Planeta 2023, que me ha permitido llegar a sitios diversos, he comprobado la compañía que hace la literatura. He hecho la gira por Latinoamericana: Miami, Bogotá, Buenos Aires, Santiago de Chile y en varias ciudades de España, y veo y palpo que la literatura hace mucha compañía, ayuda…
AB:Y también educa, abre los ojos, nos descubre mundos…
SO: Claro, nos saca de nuestra trinchera, nos permite vivir otras vidas, la literatura es redentora, hasta para los sentimientos más abyectos, redime y eso consuela. Hubo alguien que sintió como yo y eso consuela…es una gran compañía…un espejo de nuestra humanidad.