Aunque en el espacio no haya sonidos, ya que la mayor parte está vacío y las ondas sonoras no pueden viajar, nuestros científicos reciben las ondas electromagnéticas que sí viajan por el espacio y algunas de éstas llegan en nuestro rango de frecuencia audible y, por tanto,esas ondas fluctuantes se pueden traducir en ondas sonoras para que las podamos escuchar.
A veces suenan como las noches de tormenta, como un lejano ulular de gritos y alaridos, otras como una pequeña melodía de fondo en la que van entrando distintas voces agudas y graves que parecen lamentos que nos erizan la piel, pero no deja de ser la banda sonora del espacio exterior y, como las propias imágenes que captan nuestros telescopios espaciales, esos sonidos son espectaculares.
No deja de ser un inmenso logro de la humanidad poder ver o escuchar nuestro universo de manera tan nítida, tan clara. Haber desarrollado esa tecnología hace de nuestras mentes algo extraordinario. El desarrollo científico para poder hacerlo es uno de los mayores logros de la humanidad porque nos da sentido como especie, porque nos pone en nuestro lugar en el universo, pero no sólo en el aspecto físico, es decir en qué lugar de nuestro galaxia, la Vía Láctea, estamos, y ésta, junto a su más próxima, Andrómeda, con respecto al resto de galaxias en este universo en expansión.
Saber que estamos en un rincón de un espacio que se tarda en recorrer 13.8000 millones de años luz nos da una idea de la inmensidad del universo y de lo pequeños que somos, pero para nada insignificantes, ya que esas mentes de esos seres que viven y piensan en un lugar tan pequeño de un inmenso lugar común han conseguido entender gran parte de lo que ha pasado.
La humanidad ha sido capaz de ver y oír el espacio infinito desarrollando instrumentos que lo pueden permitir y hemos alcanzado esa tecnología porque primero hemos entendido la física universal a escala espacial, a escala atómica, también cuántica, aunque nos quede mucho por comprender. Algo verdaderamente sorprendente.
Viajar por el espacio en nuestra nave es demostrarnos cada día nuestra increíble capacidad. Poder viajar por el espacio allá donde nuestra nave no puede llegar pero sí nuestros ojos y oídos para seguir explorando y conociendo nuestro universo, nos abre las puertas a un futuro que en una parte importante dependerá de nuestra propia conciencia como especie.
Casi dos mil científicos han escrito una carta denunciando el peligro real que suponen las decisiones que está tomando el actual gobierno de los Estados Unidos para la comunidad científica, han lanzado un mensaje de socorro ante la destrucción del sistema científico de ese país.
Denuncian en dicha carta que la actual Administración está imponiendo la censura, destruyendo la independencia de criterio e intelectual, está amenazando con utilizar los recursos financieros en aquellos temas que consideren oportunos decidiendo qué se investiga y qué no, imponiendo un sesgo ideológico y bloqueando aquellos temas que considera cuestionables como el cambio climático, o cuyos resultados no le puedan gustar como la investigación para el descubrimiento de tratamientos y vacunas que curen enfermedades.
Estados Unidos tiene un sistema científico que es la envidia del mundo, porque se ha sabido invertir y diversificar la investigación, y los recortes y despidos indiscriminados, y en algunos casos ideológicos, están obligando a las instituciones científicas a interrumpir investigaciones que ponen en grave riesgo el futuro del país, y por extensión de la propia humanidad, dada la importancia y recursos que siempre han movido estas instituciones y su repercusión en el resto de la comunidad científica.
Es un grito desesperado el que lanzan porque la investigación, independientemente del campo hacia donde vaya dirigida, nos procura una vida mejor, hace que comprendamos y entendamos nuestro entorno y, en definitiva, nos salva la vida.
El universo seguirá con o sin la humanidad, pero de esta misma humanidad dependerá si seguimos o no en este universo. Y eso es lo que está poniendo en riesgo las decisiones autoritarias e infundadas que está tomando el actual gobierno de los Estados Unidos.