Ángeles Caso narra la historia de las hermanas Brontë

“Todo ese fuego”, una biografía novelada

Una imagen tierna y romántica: terminadas las labores domésticas, tres jóvenes hermanas escriben alrededor de la mesa del comedor de su casa. Es una vieja mansión, en Haworth, condado de West Yorkshire, una zona rural de la Inglaterra profunda.

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Xulio Formoso: Las Bronte y Ángeles Caso

 

Viven con su padre, el reverendo Patrick Brontë, con la vieja criada Tabby, que les llena la cabeza de historias fantásticas, y con un hermano con problemas, atrapado en el alcohol y en las drogas que ahogaron para siempre su talento.

Otras dos hermanas murieron siendo niñas a causa de los malos tratos y las condiciones insalubres de un internado en Cowan Bridge, pocos meses después de que el cáncer se llevara a la madre de todas ellas.

En algún momento intentaron contribuir a los gastos de la casa trabajando como institutrices: dieron con niños malcriados y padres groseros y estúpidos, y esta experiencia negativa las marcó de por vida.

Cada una de las hermanas escribe una historia diferente pero a las tres les han influido estas vivencias comunes, que volcaron en sus novelas y en sus poemas, llenos de referencias autobiográficas. Son Charlotte, Emily y Anne: las hermanas Brontë. Y escriben “Jane Eyre”, “Cumbres borrascosas”, “Agnes Grey”, “La inquilina de Wildfell Hall”…

Novela de no ficción

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Portada de Todo ese fuego, novela de Ángeles Caso editada por Planeta

La escritora Ángeles Caso narra la historia de la familia Brontë en su novela “Todo ese fuego” (Planeta), trasladando a las páginas de la ficción la historia real y documentada de tres escritoras que en plena época victoriana revolucionaron la poesía y la literatura escrita por mujeres.

Cuando las hermanas Brontë pergeñaban sus primeros poemas, siendo aún unas niñas, lo hacían a escondidas de todos, especialmente de su padre, que consideraba que la escritura era una actividad destinada exclusivamente a los hombres y en la que las mujeres no debían siquiera pensar: su padre, que las había educado en la pasión por la libertad y en el amor por la lectura. No era esta la mentalidad exclusiva de un pastor protestante de ideas conservadoras sino el sentir general de la sociedad inglesa de la época, en la que las mujeres estaban destinadas al matrimonio y la procreación. Incluso el poeta Robert Southey, quien apreciaba los versos juveniles de Charlotte, le previno para que se alejase de la escritura.

Ángeles Caso ha sabido penetrar en este ámbito personal de las mujeres cultas y con talento a quienes los prejuicios sociales impedían mostrar al mundo su creatividad y que lucharon por imponer su criterio y sus ideas, primero desde la clandestinidad, enmascaradas bajo un seudónimo, y definitivamente con la valentía de revelar sus verdaderas personalidades y denunciar las contradicciones de una sociedad enferma de soberbia. Una sociedad que elogiaba su poesía y sus novelas porque estaban firmadas con nombres de hombre, unas obras que con seguridad atraerían la cólera y la rabia de las mismas personas que las ensalzaban, si supiesen que habían sido escritas por mujeres.

Las hermanas Brontë escribían porque lo único que las mantenía con ganas de vivir era esta ansia de inventar historias y volcar sus sentimientos en poesías, un fuego místico del que no podían ni querían desprenderse cuando casi todo les había dado la espalda y el amor se negaba a acercarse a sus vidas. No buscaban la celebridad ni el reconocimiento público, ni mucho menos imaginaban hacerse ricas escribiendo, sino únicamente que la gente pudiese leer las historias salidas de su imaginación en las que, además, contaban cómo era la vida real de las personas, cómo vivían los obreros, las prostitutas, los campesinos.

Llevaban a las páginas de sus novelas los problemas de las mujeres que no seguían los cánones de la moral victoriana, las que tenían ideas propias y rechazaban la sumisión total a sus maridos. Y contaban las vidas de los alcohólicos, de los mendigos, de los abandonados de la fortuna. Cómo vivían familias como la suya, enfrentándose a las necesidades económicas y a los dramas que las castigaban permanentemente.

Reivindicaban la verdad a través de la ficción. Y vaya si lo consiguieron. Las hermanas Brontë abrieron definitivamente un camino a la literatura escrita por mujeres, un mérito nunca suficientemente reconocido. Novelas como ésta de Ángeles Caso vienen a hacerles justicia.

 

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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