Eaborada por la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual para comunicar responsablemente desde un paradigma diferente
Ante la tragedia de las inundaciones que afectan al litoral argentino y regiones de Paraguay y de Brasil, y al objeto de colaborar con quienes en comunidades de fe, medios religiosos o seculares les toca informar sobre estas catástrofes, ALC se hace eco de la Guía para la cobertura periodística responsable de desastres y catástrofes, elaborada por la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual del Gobierno argentino, recientemente presentada en el país.
La propuesta desarrollada en la Guía nace en el marco del nuevo paradigma de comunicación que promueve la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, que considera a la comunicación como derecho humano.
Decálogo para la cobertura periodística responsable e desastres y catástrofes
Las fuentes de información
Identificar cuáles son las principales fuentes gubernamentales y no gubernamentales vinculadas
con la gestión de situaciones de desastre para establecer una agenda de contactos, procurando su pluralidad y diversidad, con el objetivo de brindar la mayor cantidad y calidad de información posible frente a la emergencia.
La preparación para afrontar la emergencia
Reclamar los equipos adecuados para realizar las coberturas de un modo seguro: botiquín de primeros auxilios, linternas, equipo de lluvia, equipamiento de transmisión de emergencia, chalecos y credenciales de identificación, mapas con la ubicación de hospitales, centros de emergencia y refugios.
El rol social del/a comunicador/a
Centrar la cobertura en información precisa y verificada con fuentes jerarquizadas y fehacientes. Evitar la magnificación de datos porque puede incrementar la situación de pánico, como así también la espectacularización de la catástrofe. Asumir que el flujo informativo es irregular, de manera de no forzar la cobertura cuando no haya nuevos datos.
La preservación de la propia vida
Evitar arriesgar la vida por encontrar la primicia. Si la situación o el terreno se tornan peligrosos,
es aconsejable que los/las comunicadores/as se pongan a resguardo y sólo continúen la cobertura si es seguro hacerlo.
La información como servicio
Informar, de manera específica, sobre las tareas de asistencia a la población: medidas para prevenir
formación sobre nómina de víctimas; hospitales con recursos para recibir damnificadas/os; elementos que se necesitan según las/os especialistas y lugares a donde acercarlos; números telefónicos de emergencia y asistencia.
El respeto a la intimidad y la integridad humana de las/os afectadas/os
Es recomendable no transmitir imágenes de cadáveres o primerísimos planos de damnificadas/
os y heridas/os, dado que exponen intimidades, vulnerando derechos, e intensifican el aspecto
dramático no informativo del acontecimiento. Considerar a las personas como sujetos de derecho y respetar su dignidad e intimidad al entrevistarlas/os durante o al instante de ocurrida la situación de desastre para no intensificar su estado de shock al ser consultados por sus pérdidas.
El cuidado integral del/a comunicador/a
Reclamar asistencia terapéutica para procesar las emociones y la conmoción que deviene del contacto con historias e imágenes traumáticas y las medidas necesarias para recuperarse del ritmo intenso de la jornada.
La evaluación de la cobertura periodística
Procurar la reflexión y el registro de los posibles errores de procedimiento, de las dificultades que surgieron, del funcionamiento de la interacción con los actores detrás áreas de asistencia y de las buenas prácticas realizadas, a fin de programar capacitaciones que reviertan los puntos débiles.
La instalación del tema en la agenda
Realizar un seguimiento del hecho y mantener informada a la población sobre las tareas de reparación que desarrollan las autoridades o sobre el incumplimiento de las mismas para sostener el tema en la agenda.
La investigación después de la emergencia
Procurar la producción de informes interdisciplinarios y profundos que aborden las temáticas de desastres y catástrofes por fuera de la emergencia. Contextualizar los datos y analizar el origen de la tragedia de modo de contribuir a una mirada integral sobre la problemática, de cara a la prevención.