Bilingüismo: los problemas siguen en el siglo XXI

Hay personas en Bélgica inclinadas a ver el problema del bilingüismo como algo único y exclusivamente belga, como si no hubiese otros paises en el mundo preocupados por la tarea de tener que enseñar dos idiomas a los niños en las escuelas. Quizá pueda haber españoles, también, para quienes los problemas del bilingüismo son asuntos de catalanes, vascos,gallegos, valencianos y mallorquines.

Colegio bilingüe Alfred B. Nobel

Su actitud puede ser la consecuencia de experiencias personales, en algunos casos, y de las dificultades que han encontrado, o tendrían para trabajar en una sociedad bilingüe. Puede ser también que el parecer de algunas personas, en lo que toca al bilingüismo, tenga muy en cuenta las ventajas personales que encontrarían, si saben los dos idiomas, al trabajar y vivir en un país o región donde se hablen las dos lenguas que dominan.

Pero…, ¿qué es una persona bilingüe? Es la habilidad que tienen algunas personas para servirse de dos idiomas sin ninguna dificultad aparente en cualquier momento. Bilingüismo no significa, necesariamente, tener la misma facilidad para comunicarse con los demás en cualquier circunstancia. La persona bilingüe puede tener preferencia por una de las dos lenguas, según el tema de conversación con su interlocutor. Tal preferencia puede ser el resultado de las experiencias y medios vividos, con lo que ha adquirido ciertos hábitos lingüísticos.

De hecho, es bastante difícil llegar a dominar un solo idioma, cuanto más dos. Las personas bilingües suelen encontrarse con el problema de tener que elegir entre dominar por completo un idioma o tratar de hacerlo con los dos. La mayoría de los niños que han nacido y vivido, en sociedades bilingües pueden llegar a saber los dos idiomas casi con el mismo esfuerzo que necesitarían hacer para aprender uno solo.

Hay padres y profesores que se oponen al bilingüismo alegando que los niños sufren cierto retraso en su desarrollo físico y mental, así como en las otras materias objeto de estudio. La verdad es que hasta el presente los resultados de las investigaciones hechas a este respecto no son lo suficientemente evidentes como para llegar a conclusiones definitivas que demuestran el citado retraso.

Se deben comenzar a estudiar los dos idiomas desde los primeros años de la infancia

Lo mejor para el niño es el bilingüismo coordinado; es decir, el enseñar al niño los dos idiomas desde la más tierna infancia, porque, en otro caso, siempre dominaría más un idioma que el otro.

Al coordinar los dos idiomas, se llega a establecer un lazo directo entre el pensamiento y la expresión en ambas lenguas, desde los primeros años de la infancia. Como resultado, cuando un niño esté expresándose en uno de los dos idiomas, no sufrirá interferencias del otro. Parece como si tuviesen dos conductos verbales, paralelos y distintos a su disposición y voluntad.

Si aceptamos que los niños deben de aprender los dos idiomas desde los primeros años de la infancia, la responsabilidad del problema está en las personas encargadas de que se establezca la educación bilingüe y, sobre todo, que los niños y profesores lo consigan con el mínimo esfuerzo. Esto último es el problema básico de la educación bilingüe, una vez aceptado su ideal.

¿Por qué preocuparse del bilingüismo? Sencillamente, porque ha adquirido una nueva significación en la sociedad y educación de nuestro tiempo no sólo en paises como Bélgica, Canada, Finlandia, Israel, Irlanda así como en Baleares, Cataluña, Galicia, Navarra, País Vasco y Valencia en España , sino a nivel internacional.

Hace cien años, el bilingüismo estaba considerado como una etapa de transición; algunos pensaban que duraría una o dos generaciones, a lo sumo; en todo caso, tanto tiempo como el idioma de la comunidad dominante o de la mayoría, tardase en absorber o incorporar (hacer desaparecer o eliminar) a los de las minorías. Así pasó en Irlanda y el País de Gales dominados por Inglaterra así como en otros paisés o regiones. Donde quiera que hubo una minoría que hablaba una lengua diferente a la de la mayoría, la tendencia general fue el intento de conseguir la desaparición del idioma de la minoría, a fin de alcanzar la uniformidad lingüística del país.

Lo mismo pasó en las colonias donde los nativos, que deseaban alcanzar altos cargos dentro de la Administración, adoptaban la lengua del país colonizador y renunciaban a la suya. Un caso concreto pasó en Estados Unidos y otros paises de América y África, donde casi desaparecieron las minorías lingüísticas, a favor de la lengua española, inglesa o francesa, lo que se consideraba esencial para su completa integración y la colonización del país.

El declive y muerte de una lengua era deseado, a menudo, por personas que la hablaban (por los mismos nativos), aunque fuesen idiomas, por ejemplo, como el irlandés o galés, cuna gran tradición histórica y literaria de varios siglos. Este fue uno de los rasgos fundamentales de la vida política del siglo XIX y parte del XX así como, principalmente, de la edad del imperialismo. Un ejemplo concreto es el de las islas Filipinas y Puerto Rico, donde los Estados Unidos hicieron lo posible para hacer desaparecer la lengua española e implantar la inglesa.

Hoy día, esta actitud debería pertenecer al pasado. En cualquier caso, no debería encontrarse en el siglo XXI. Ha sido reemplazada por un amplio deseo de preservar la lengua nacional y la de las minorías donde quiera que existan y estén. Pero no sólo se trata de conservarlas, sino que, todavía más, busca el desarrollo y restauración de las mismas, para que no se pierdan siglos de historia, que son  los auténticos pilares del alma de una nación

  1. Una primera versión de este artículo fue publicada en el Diario Informaciones, Madrid, España, el 2 de enero de 1971
José Antonio Sierra Lumbreras
Licenciado en Filosofía y Letras, Magisterio y Estudios en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. Residente 40 años en Francia, Reino Unido e Irlanda como profesor de español. En Irlanda fundó el Centró Español de Documentación y el Instituto Cultural Español, actual Instituto Cervantes de Dublín. Asímismo, fue corresponsal de: Agencia EFE, Diario Informaciones, Carta de España, Crónicas de la Emigración, España Exterior, La Región Internacional y Escuela Española. Jubilado.

1 COMENTARIO

  1. Quizás una extensión del asunto que trata el artículo es la lucha que se va a plantear o ya ha comenzado a plantearse entre un poder mundial prácticamente único y los distintos estados (y naciones y países) que se niegan a ser absorbidos por ese poder mundial. Ahí también intervendría una lucha entre esa lengua que pretende sustituir a las lenguas nativas y uniformar el mundo y esas lenguas nativas como expresión de las almas de los distintos pueblos del mundo…

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