La Federación Española de Padres de Niños con Cáncer declaró el 21 de diciembre el día nacional del niño con cáncer. Esta enfermedad es la mayor mortalidad entre los niños con edades comprendidas entre los cinco y los catorce años, y la segunda entre los jóvenes de 15 a 24 años.
El cáncer infantil está considerado una enfermedad rara por la escasa incidencia (uno de cada 7000 menores de 15 años). Aproximadamente 1400 casos nuevos debutan al año en España es decir, alrededor del 80 % de estos se curan, aunque hay entre un 20 % y un 30 % tienen muy mal pronóstico aún.
Según indican los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año, más de 300 000 niños son diagnosticados de cáncer en todo el mundo. Las cifras muestran que 8 de cada 10 de estos niños viven en países de ingresos bajos y medianos con una tasa de supervivencia cercana al 20 %. Esta es muy distinta entre los países desarrollados y subdesarrollados.
El cáncer constituye la segunda causa de muerte en niños y la primera por enfermedad y apenas supone el 2 % del cáncer del adulto. De acuerdo con los datos del Registro Español de Tumores Infantiles (RETI-SEHOP) actualizados en mayo 2019, la supervivencia de los niños menores de 14 años con cáncer en España es del 80 %. La supervivencia era del orden del 55 % a los cinco años, lo que supone un incremento del 45 % en las últimas cuatro décadas.
El diagnóstico precoz, el soporte familiar y terapéutico, el desarrollo de las especialidades pediátricas, los avances tecnológicos, la radioterapia, la inmunoterapia y otros avances, han permitido que los niños cada vez sobrevivan más años al cáncer.
Los tumores más relevantes son la leucemia, los linfomas, los tumores de cresta neutral y los tumores del sistema nervioso central.
El cáncer infantil aparece en las dos primeras décadas de la vida y, generalmente, después de un corto período de latencia. A diferencia de los tumores de la edad adulta, en la que predominan los carcinomas, la mayoría de los tumores pediátricos son tumores embrionarios ya que tienen un crecimiento rápido, agresivo e invasivo.
Las neoplasias malignas pediátricas constituyen una enfermedad rara y tienen una incidencia de 15 nuevos casos al año/100.000 niños menores de 14 años. Además, tienen un incremento anual estimado del 1 % y actualmente se estima que el 70 % de los supervivientes del cáncer infantil presentan algún tipo de secuela derivada del tratamiento recibido. Estas pueden ser secuelas orgánicas (cardíacas, pulmonares, digestivas, nefrourológicas, neurológicas y endocrinas), funcionales (sensoriales, musculoesqueléticas, neurológicas y fertilidad), estéticas (prótesis, cicatrices, alopecia…) o neurocognitivas (disminución del coeficiente intelectual, dificultades de aprendizaje y memoria), limitación del progreso académico por trastornos en el lenguaje, lectura, cálculo, habilidades motrices y visuales.
Actualmente la Fundación Aladina para la lucha contra el cáncer infantil otorga becas para niños con cáncer y proporciona un apoyo integral que pasa desde entrenamientos hasta soporte psicológico para las familias que no saben cómo hacer un abordaje adecuado cuando uno de los niños está enfermo.