El Banco España ha informado de que entre abril y junio de 2015 los criterios de aprobación de préstamos permanecieron sin cambios, salvo en los créditos destinados a hogares para consumo y otros fines, en los que se “relajaron ligeramente”.
De esta manera señala el Banco de España que, por primera vez desde 2014, la banca ha mejorado las condiciones que aplica en la concesión de créditos a las familias, y lo argumenta en el «aumento de la competencia entre entidades y la mayor solvencia de ciertos sectores o empresas».
Pero según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la relajación se ha producido solamente en la concesión de créditos hipotecarios y en la venta de automóviles, para dar salida a los stocks acumulados por los principales clientes de la industria y por las propias entidades bancarias.
Así, el crédito a las familias para las necesidades recurrentes de mantenimiento y reforma de viviendas, para bienes de consumo vinculados a la informática o a la renovación de mobiliario, por ejemplo, han sido satisfechas en gran medida por las grandes cadenas de distribución, que han comercializado profusamente tarjetas de fidelización, con financiaciones que alcanzan los dieciocho meses sin intereses, con cargo al margen de beneficios en la venta de los productos.
Otro factor que ha irrumpido con fuerza en 2015 en el sector de la financiación ha sido la aparición de los créditos fáciles que permiten obtener micro-préstamos para solventar problemas de liquidez a corto plazo. De este modo, este tipo de financiación facilita a familias y también ha trabajadores autónomos con pequeños negocios atender pagos sin incurrir en descubiertos en cuenta penalizados por la mayoría de las entidades bancarias.
La competencia para conceder estos micro-préstamos en el menor tiempo posible, sin papeleo y a través del teléfono o de Internet, ha sido beneficiosa al obligar a las entidades que los facilitan a ajustar los costes y depurar la concreción de riesgos, y permitió en Europa duplicar la financiación alternativa en 2014, que alcanzó los 2960 millones de euros, según un estudio publicado por la Judge Business School de la Universidad de Cambridge.
El informe sostiene que el crecimiento de estas nuevas formas de obtener recursos para familias y nuevos negocios comienza a atraer a inversores institucionales y explica que el mercado más grande se encuentra en el Reino Unido, con 2.340 millones de euros contabilizados en 2014, seguido de Francia (154€ millones), Alemania (140€ millones), Suecia (107€ millones), los Países Bajos (78€ millones) y España (62€ millones). El informe apunta que el conjunto de la financiación colectiva en Europa podría superar los 7.000 millones de euros en 2015.