Latifa Chraki
El cuento popular y las leyendas ocupan un amplio espacio en la literatura infantil. Esta hipótesis ha sido ampliamente debatida en una mesa organizada en el marco del VII Festival de la Lectura para Niños en Sharjah (Emiratos Árabes Unidos: 23 de abril – 2 de mayo) para explicar que el cuento es un género literario que permite conocer la cultura del “Otro”. De ahí surge el interés de catalogar los cuentos de tradición oral para enriquecer el patrimonio humano.
El cuento es un patrimonio universal
Para Aïcha Al Ajil, responsable de la comunicación en el departamento de la cultura y de la información en el emirato de Sharjah, las bibliotecas constituyen un impresionante fondo de cuentos de distintas partes del planeta que los niños suelen leer en el mundo árabe: “Nos enfrentamos a un escollo puesto que estos cuentos no son producto del entorno del niño árabe. Como son obra de autores extranjeros para comunicar con los lectores de su comunidad, el niño árabe se encuentra ante la dificultad de adaptase a su temática y a los objetos buscados”, observa al Ajil explicando que el cuento crea fronteras entre el universo del hombre y el universo de las hazañas heroicas.
Aun así el cuento popular trata de las preocupaciones del ser humano, sus aspiraciones y necesidades en la sociedad. En contra, la leyenda se interesa por los fenómenos del universo, su organización por los dioses y las grandes dificultades que afronta el héroe. El hombre está sólo citado como instrumento al servicio de los dioses que encarnan la fuerza natural. Por esta razón Al Ajil admite que el cuento popular interviene en una sociedad más desarrollada que admite la diferencia entre el mundo real y la fuerza natural donde el héroe asume un papel.
Leyenda, imaginación y fantasía
La escritora inglesa Holly Webb ha preferido hablar de su experiencia como autora de cuentos para niños, y reconoce que se inspira en sus obras de las leyendas: “Intento en mis libros refugiarme en la imaginación y la fantasía sin alejarme de la cruda realidad en nuestra época”, señala la autora de “Rose”, un best seller de la literatura infantil.
Considera que la mayoría de los cuentos para niños se nutren de las leyendas ya que los temas tratados eran totalmente distintos de los acontecimientos que vivimos hoy: “Somos un producto del legado de nuestros antecesores y de las leyendas griegas pero estamos también obligados a escribir sobre nuestro tiempo ayudándonos de la historia”, admite Webb.
Como ejemplo, recuerda que ha hablado en sus libros de las sirenas de Venecia y que su novela Rose se inspira de su pasión en la niñez por los cuentos históricos y del deseo de ver a los animales hablar.
Para la escritora americana Julia Johnson, existen números cuentos populares, historietas, leyendas y ficciones que son similares puesto que todos sus héroes se afrontan a desafíos para superar los apuros. “Vivimos actualmente en una aldea pequeña en la que compartimos cuentos que nos facilitan el acceso a otras culturas y conocer a otras religiones sin olvidar que nuestro mundo reboza de cuentos dentro de nosotros”, señala la autora de “Pearl Diver” (2012).
La crítica literaria marroquí, Suad Meskin, sostiene que el cuento popular escrito forma parte de la memoria colectiva. Nació en el mundo árabe en la primera parte del Siglo XIX como consecuencia de la generalización del sistema educativo, la traducción de clásicos de la literatura universal y del desarrollo de la prensa, según la autora de “Maktabat Schahrazad” (Biblioteca de Sheherezade).