La convocatoria del pasado domingo en la Plaza de Colón de Madrid por parte de la derecha, a la que se sumó la ultraderecha renaciente hasta hacerla más suya que de los partidos convocantes, revaloriza el artículo más interesante del número de febrero de 2019 de la revista El viejo topo: El rearme del nacionalismo español.
Sostiene Antonio Santamaría que Felipe VI pretendió presentar a la monarquía, en su discurso del 3 de octubre del año 2018, como garante de la unidad nacional amenazada por el secesionismo catalán. El autor escribe que el franquismo procedió a una operación de gran envergadura que fue la reinvención de España y se apropió de la identidad nacional.
La Transición supuso una amnesia sobre la atormenda historia contemporánea del país, que impidió la recuperación de la memoria democrática. Eso reforzó los procesos de nacionalización de la sociedad en Cataluña y Euskadi. Se dio un primer rearme del nacionalismo español con el llamado Plan Ibarretxe. El segundo se ha dado con ocasión del auge en los últimos años, coincidentes con los gobierno de Mariano Rajoy, del independentismo catalán, con un crecimiento casi desbocado.
Para el articulista, la renuncia a restablecer los hilos de continuidad con las tradiciones de la España republicana constituye un gran obstáculo para constituir una alternativa eficaz al intento de las derechas de monopolizar los sentimientos de la identidad nacional española.
La izquierda, por su parte, no ha sabido plantear una respuesta al rearme en clave reaccionaria del nacionalismo español. Tenemos por un lado, pues, este rearme y, por otro, el rearme del victimismo del independentismo catalán, que se exacerbará durante el juicio a sus presos, sin que haya por parte de la izquierda una alternativa sólida. El panorama es negro, según Santamaría.
Manuel Monereo abre el índice de la revista con un artículo sobre Crisis de las ideologías e ideologías de crisis, en el que analiza el futuro como problema político, en el marco de una transición geopolítica de grandes dimensiones y una crisis ecológico-social del planeta.
Las élites dominantes -apunta Monereo- sienten que ya no tienen enemigo, que ya no tiene fuerzas que se les opongan existencialmente. Está desapareciendo la democracia entendida como medio para conseguir justicia social, igualdad sustancial entre hombres y mujeres y desarrollo de las libertades públicas. De la democracia sólo queda su aspecto más formal. Se podría pensar -concluye el politólogo- que estamos viviendo en todas partes una contrarrevolución preventiva como si el sistema anticipase una crisis que podría ser definitiva. En ese contexto, renunciar al ideario socialista equivaldría a dejar el futuro a merced de la barbarie y bloquear la esperanza de un mudno justo e gualitario en paz con el planeta.
Otros artículos incluidos en este número 373 de El Topo son los firmados por Carlos Antonio Aguirre Rojas, quien escribe sobre el neozapatismo mexicanos después de veinticinco años de vida pública; Eduardo Luque no adelanta un balance de la crudelísima guerra de Siria, cuando ya da sus últimos coletazos, y que ha supuesto para Estados Unidos, Francia y Reino Unido un fracaso; Mark Aguirre escribe sobre los campos de desplazados en Gedeo, donde ha investigado sobre la razones del conflicto étnico que azota el sur de Etiopía, y Salvador López Arnal entrevista a Xulio Ríos, autor de varios estudios sobre China y director del Observatorio de la Política China: Si China se resiste a incorporarse a la redes de dependencia de EEUU, la confrontación está servida, anuncia Ríos, quien augura que si las cosas no se tuercen, ese gran país será pronto la primera economía del mundo.
Dos artículos sobre literatura se puede leer también en este número. El primero es obra de Martín Alonso y Teresa Soler, y se titula De Machado a Mairena, con motivo de la muerte del poeta en el exilio hace ochenta años: La cultura popular, para don Antonio, era el medio de superar la división clasista. En un artículo firmado en el diario La Vanguardia en marzo de 1938 decía Juan de Mairena: Quien avanza hacia atrás, huye hacia delante. Que las espantadas de los reaccionarios no nos cojan desprevenidos.
Junto a éste texto sobre el poeta de Campos de Castilla, Antonio García Vila escribe sobre los cien años del Ulises, de James Joyce, que si aunque su primera edición data de 1922, ya pudieron leerse sus primeros capítulos en la revista The Little Review en 1919.
Finalmente, Higinio Polo dedica su colaboración de este mes a la fotógrafa Lee Miller, quien pasó de las páginas de Vogue y el glamour fútil de la moda a la angustia y la barbarie de los campos de concentración, con reportajes sobre los hornos crematorios de Buchenwald y Dachau. Miller fue la primera fotógrafa que entró en París tras ser liberada de los nazis.