Las exposiciones temporales que con motivo del 195 aniversario de su inauguración está presentando este otoño el Museo del Prado constituyen una oferta artística de primera magnitud.
Veintitrés obras de Gian Lorenzo Bernini, en su primera monográfica en España, entre esculturas, óleos, estampas y dibujos, seleccionadas para poner de manifiesto la relación del artista con los dos últimos reyes Austrias, Felipe IV y Carlos II.
Una innovadora presentación de los Cartones para Tapices de Goya, distribuidos en siete secciones temáticas, de modo que faciliten el estudio de este período del pintor, el primero en la villa y corte, desde 1775 a 1794. La sociedad madrileña y española, sus usos y costumbres, sus clases sociales, en suma un extraordinario reflejo de Goya y su tiempo, facilitan también la comprensión de la evolución posterior del artista en el siglo XIX, otro tiempo, otros modos de expresión, otros dramas.
Los Dibujos Españoles reunidos en la Kunsthalle de Hamburgo se exhiben por primera vez en España. Se trata de una selección de 85 dibujos que abarcan desde el siglo XVI al XIX, parte de la colección de más de dos centenares de obras que alberga esa institución, sin duda la más importante de dibujo español fuera de España. La exposición está vertebrada en torno a un conjunto de dibujos sevillanos de Murillo, Herrera el Mozo y Valdés Leal, acompañados por dibujos de Cano, Castillo y otros hasta llegar a una extraordinaria serie de Goya de dibujos preparatorios para copias de retratos de Velázquez
La guinda la ponen las Primeras Poesías de Tiziano para Felipe II. Dánae y Venus y Adonis, recién restauradas, con un exquisito recorrido por el proceso de restauración. Una temprana Dánae procedente de la Colección Wellington de Apsley House de los años 50 del siglo XVI. Y las dos joyas, auténticas poesías pintadas por encargo de Felipe II una década más tarde, la Dánae y Venus y Adonis ambas auténticas joyas del Museo del Prado, dos obras maestras absolutas de las varias que posee la pinacoteca madrileña.
Las Ánimas de Bernini
Veintitrés obras de Gian Lorenzo Bernini, entre esculturas, óleos, estampas y dibujos, junto a dieciséis de otros artistas, contextualizan, de manera elocuente, la relación de Bernini con Felipe IV, Carlos II y otros clientes españoles presentes en Roma, desde embajadores a cardenales o prelados. Se trata, por tanto, de una muestra con vocación de visualizar los conflictos y juegos de equilibrios políticos y expresarlos en términos artísticos y arquitectónicos. Bernini, fue consciente de ese papel tan decisivo de plasmar los intereses cambiantes de sus clientes.
El Bernini tanto escultor como arquitecto, pintor, escenógrafo, autor teatral, diseñador de fiestas y ceremonias religiosas y profanas, creador de fuentes y otros repertorios ornamentales y suntuarios, sin duda el artista más versátil de su tiempo, recibió encargos tanto de mecenas españoles en Roma como de la propia Monarquía y sus representantes en la ciudad. Algunos de estos encargos pueden contemplarse en esta exposición, desde el Anima beata y el Anima dannata –magníficas esculturas, de altísima calidad realizadas en mármol en 1619, cuando aún era un joven escultor, al pequeño y bellísimo bronce de la Escultura ecuestre de Carlos II (1680), que se expone por primera vez en España. Otros proyectos arquitectónicos y escultóricos como el Monumento a Felipe IV de Santa María la Mayor de Roma; dibujos de ceremonias de canonizaciones, como la de Santo Tomás de Villanueva en la basílica de San Pedro (1658); y arquitecturas efímeras como las máquinas pirotécnicas realizadas para celebrar El nacimiento de la Infanta Margarita, (1651) o las diseñadas para conmemorar La Paz de Aquisgrán (1668). Junto a ellos, el busto del Cardenal Scipione Borghese, sobrino de Pablo V, quien consciente del talento extraordinario de Bernini, apoyó incondicionalmente su brillante carrera como escultor.
Una de las obras más representativas de su concepción del arte como unidad de las artes visuales, y muy centrada en un tema religioso netamente español, fue El Éxtasis de Santa Teresa (1647-1651) para la Capilla Cornaro en la iglesia de Santa María de la Victoria en Roma. En la exposición se pueden contemplar el boceto en terracota para el grupo escultórico procedente del Ermitage, así como algunos magníficos dibujos preparatorios para la decoración de la capilla conservados en la Biblioteca Nacional de España.
La exposición puede verse un extraordinario álbum inédito de dibujos de arquitectura de la Roma barroca, procedente de una colección privada española, con proyectos casi desconocidos de Bernini como la Capilla Poli, en San Crisógono de Roma. Y para finalizar, se plantea por primera vez la visión virtual del proyecto arquitectónico del espacio en el que se iba a colocar la monumental estatua en bronce de Felipe IV, ideado por Bernini para el pórtico de la basílica de Santa María la Mayor de Roma, la iglesia vinculada a la Monarquía Española. Desgraciadamente el monumento no se llegó a realizar como había previsto el artista. Pero gracias a la ‘colaboración tecnológica’ de Samsung puede verse virtualmente en una pantalla colocada ad hoc en la muestra.
- En sus tres secciones temáticas se exponen los Retratos del Alma, Roma Teatro de las Naciones en tiempos de Felipe IV y con el último Bernini, Arte, religión y diplomacia.
- En su conjunto, la mejor inspiración del barroco.
- Hasta el 8 de febrero de 2015 en la sala C del edificio Jerónimos.
Goya en Madrid
De la magnitud de esta obra y de su diversidad social da idea la organización temática, ahora en la exposición, más adelante, de la nueva estructura expositiva como obra permanente. La primera sección incluye todas las situaciones relacionadas con la caza, cazadores desde reyes a plebeyos, partidas y descansos, animales de caza, etc.
Divertimentos, juegos, majas, majos y engaños en la segunda sección, Las Clases Sociales en la tercera, reflejada en la armonía del pueblo, los vendedores ambulantes, el matrimonio desigual. La sección cuarta muestra Música y Baile, orillas del Manzanares, la Gallina ciega con su mezcla de majos y nobles, romances de ciegos, dulzaina y tambor. En la quinta Niños, una temática siempre acariciada por Goya, los distintos entornos de la infancia hasta la desolación de los desastres de la guerra.
Los Sueños, Las cuatro estaciones y el Aire completan las tres temáticas restantes. Goya en Madrid refleja muy ampliamente las actividades de todas las capas sociales de las últimas décadas del siglo XVIII y cómo van anunciando los enormes cambios que se avecinan.
Con Goya en Madrid se inicia un análisis de estas obras y de sus fuentes, fundamental para entender el trabajo de Goya. Con ella se ha puesto en marcha un programa a medio plazo para la investigación, estudio técnico y restauración de todo este conjunto; lo que vemos ahora es un pequeño avance de lo que será la ubicación definitiva del Goya del siglo XVIII en la sección de pintura española del edificio Villanueva. El Goya que, recién llegado a Madrid supo captar genialmente los comportamientos sociales y personales de aquellas gentes, incluso los detalles más pioneros en la época, como la unión de distintas clases sociales en temas de ocio y juegos, como en La gallina ciega; uno de los quizá primeros fumadores en La cometa, la desolación de la joven desposada con un rico caricaturizado en La boda, desolación que reproduce mucho más tarde en el extraordinario retrato de La Condesa de Chinchón, otra desposada a la fuerza; o la entrañable y relajada escena del momento de descanso de los trabajadores en La era; o la maravilla en pequeño formato de una feliz y luminosa Romería de San Isidro. Años más tarde repetiría el tema de forma muy distinta en una de las pinturas negras. La distancia entre estas y otras, la guerra.
- Hasta el 3 de mayo de 2015 en salas A y B del edificio Jerónimos.
Dibujos Españoles en la Hamburger Kunsthalle
El núcleo de la colección está formado por los dibujos de Bartolomé Esteban Murillo y algunos de sus más importantes coetáneos y seguidores, muchos de ellos vinculados a la Academia fundada en Sevilla por el maestro junto con Juan de Valdés Leal y Francisco de Herrera el Mozo. Además, se presentan importantes obras de otros destacados maestros del Siglo de Oro como Alonso Cano o Antonio del Castillo.
Los dibujos de Francisco de Goya, sobre todo los realizados a partir de cuadros originales de Diego Velázquez hoy conservados en el Museo del Prado, conforman el otro gran foco de la colección. Concebidos como preparatorios para una serie de estampas, en ellos Goya no se limita a “copiar” a Velázquez, sino que deja muestra de su genial visión de la obra del sevillano. Junto a estos, también se podrán contemplar dibujos del Álbum de Madrid, y preparatorios para su famosa serie de estampas de La Tauromaquia.
Los dibujos presentados cronológicamente, plantean algunas de las principales cuestiones relacionadas con el mundo del dibujo, principalmente la de los cambios y estudio de sus atribuciones. También se analiza el valor del dibujo como medio de expresión autónomo o como instrumento de formación, así como su empleo en el proceso creativo. Asimismo se examina a través de este conjunto de dibujos el modo en que se coleccionaron en los siglos XVIII y XIX y se recrea el modo en que llegaron a Hamburgo a través del inventario expuesto, que acompañaba al álbum en el que en origen estuvieron pegados los dibujos.
La muestra ofrece también la oportunidad de acceder a la visualización del contenido completo del catálogo a través de una pantalla ubicada en el interior de la sala gracias a la aportación de Samsung como “colaborador tecnológico” del Museo.
- Hasta el 8 de febrero 2015 en la sala D de edificio Jerónimos.
Primeras Poesías de Tiziano para Felipe II
Están inspiradas en las Metamorfosis de Ovidio y parece que en ellas Tiziano se recrea en mostrar una manera de pintar precursoramente barroca y capaz de despertar emociones intensas. Júpiter como lluvia de oro, penetra el espacio cerrado al que su padre ha condenado a Dánae, y la seducción del dios, implícita, está abrumadoramente presente en la postura laxa y expresión casi orgásmica de la mujer. Hay otros símbolos, como presente y futuro, en los que la juventud, belleza y sensualidad de la joven Dánae contrastan con la vejez, fealdad y asexualidad de la anciana celadora, atenta a recoger la lluvia de oro en su halda.
La restauración revela la extraordinaria carnalidad del joven cuerpo de Dánae, que parece estar viva, frente al espectador. También ha traído de nuevo a primer plano la más idiosincrásica característica de la pintura veneciana: la luz adriática que impregna todo el conjunto con todos sus matices, que ponen de relieve el inmenso dominio de Tiziano del comportamiento de la luz. Velázquez compró esta obra durante su primer viaje a Italia y la vendió a Felipe IV con destino al Palacio del Buen Retiro, pero más tarde, en 1666, se incorporó al Alcázar para emparejarla con Venus y Adonis. En este último, con la diosa de espaldas, en un intento inútil de retener a Adonis, Tiziano dota a la pintura de volúmenes escultóricos o simplemente la realidad volumétrica humana. Compensaciones compositivas, espacialidad, matices de luz y color: el maestro ejerce de maestro.
- Hasta el 1 de marzo en la sala XL del Edificio Villanueva.