Inmigrantes en EEUU ante el riesgo de enfermar sin póliza médica

Enfermarse es uno de los peores temores que afronta Jorge, un salvadoreño que vive en Estados Unidos, pues sin acceso a una póliza médica ni a programas públicos de salud, sabe que no podrá pagar el costo de un servicio hospitalario, informa Edgardo Ayala (IPS) desde San Salvador.

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Millones de inmigrantes en Estados Unidos se beneficiaron del programa conocido como Obamacare, pero su sustituto, el Medicaid redujo los beneficios solo a los migrantes con estatus legal en el país. Foto: Telesur TV

«Me asusta pensar en qué pasaría si llegara a enfermarme, aquí los servicios médicos son carísimos», contó Jorge a IPS, por videollamada, quien pidió no mencionar su apellido por el temor de que, por ser indocumentado, pueda ser rastreado y deportado por las autoridades migratorias estadounidenses.

Jorge, de 56 años, dejó hace más de diez años su natal El Salvador, el más pequeño de los países centroamericanos, donde trabajaba como profesor de inglés. Se fue a Estados Unidos para labrarse un mejor futuro.

«Me vine a buscar el sueño americano, pero ese sueño ahora es una especie de pesadilla americana», dijo, sentado a un lado de su cama, en el pequeño cuarto donde vive, en la ciudad de Silver Spring, en el estado de Maryland, en el este de los Estados Unidos.

Sin documentos legales para vivir en ese país, el salvadoreño se ve imposibilitado de encontrar un mejor empleo, y debe conformarse con trabajar en una empresa distribuidora de vegetales, granos y otros víveres, a compradores por internet. Le pagan trece dólares por hora.

Sin salud en el país más rico del mundo

Como Jorge, muchos de los once millones de inmigrantes indocumentados que se calcula viven en los Estados Unidos enfrentan la dura realidad de poner en riesgo sus vidas al no acudir a recibir servicios hospitalarios, principalmente por dos razones.

Primero porque saben que esos servicios médicos son exorbitantemente elevados, incluso para las personas ciudadanas y residentes y peor aún para ellos, los indocumentados, que no tienen empleos bien remunerados y en general no son elegibles para participar de programas estatales o federales de asistencia médica.

Y segundo, porque esas personas temen ir a hospitales porque creen, con alguna razón, de que ahí van a llegar las autoridades migratorias a detenerlos y deportarlos.

«El temor no es infundado, ha habido casos documentados de personas que acudieron a recibir atención médica y los hospitales llamaron a la oficina de migración», dijo a IPS el director ejecutivo del Centro de Servicios Comunitarios San Bernardino, Emilio Amaya.

Sin embargo, Amaya matizó: «No podemos decir que eso sea generalizado, han sido casos aislados, pero es común en localidades fronterizas con México».

Esa organización, ubicada en el área de San Bernardino Riverside, en California, en el oeste del país, brinda ayuda a migrantes indocumentados desde 2001, explicó Amaya, un mexicano que vive en Estados Unidos desde hace unos cuarenta años.

Sobre el elevado costo de los servicios hospitalarios, Amaya agregó: «En términos generales, al margen de la situación migratoria, el acceso al cuidado médico es difícil y caro».

Y se complica más, refirió, en el caso de los inmigrantes indocumentados, pues no buscan ayuda hospitalaria, porque no califican para programas públicos de asistencia médica para personas de bajos recursos, como el Medicaid, o por el temor mencionado de ser detenidos por las autoridades migratorias.

Con eso, ponen en riesgo su salud.

La posibilidad de recibir cobertura médica, dijo, producto de programas estatales o federales, depende del estado o la ciudad donde se viva, pues no hay una norma nacional que se aplique igual en todo el país.

Y si bien en general las personas indocumentadas tienen dificultad para ser elegibles para algún tipo de asistencia médica pública, como el programa nacional Medicaid, en algunos estados del país, como en California, se han dado pasos positivos hacia una mayor inclusión.

Hace unos años se logró que los jóvenes hasta veintiséis años, al margen de su situación migratoria, calificaran para el Medicaid, y en 2021 se aprobó una ley que da cobertura médica a cualquier persona mayor de 55 años, independientemente del estatus migratorio.

Pero «esto no es así en otros estados, como Texas, Alabama, Tennessee, las Carolinas, donde el acceso al cuidado médico para la comunidad indocumentada es inexistente», aseguró.

Un ojo de la cara

La mayoría de los once millones de indocumentados en Estados Unidos provienen de cuatro países: México y los centroamericanos Guatemala, El Salvador y Honduras,  que enfrentan agudos problemas de desempleo, de inseguridad y de falta de educación, vivienda y otros.

En Estados Unidos, la nación más rica y poderosa del mundo, impera un sistema de salud dominado por una visión comercial, empujado por una rama de la industria financiera, la de los seguros.

«Aquí es el capitalismo más salvaje, en toda su gloria», señaló Jorge, mientras hablaba con IPS a las siete de la noche del jueves 18 de agosto, y al mismo tiempo preparaba sus alimentos y otros detalles, para levantarse el día siguiente a las cuatro de la mañana del viernes 19 y empezar a trabajar una hora después, en una jornada que puede llegar a extenderse hasta catorce horas.

Quien no tiene un empleador que le brinde un seguro médico, o es beneficiario de programas como el Medicaid, diseñado con fondos estatales o federales para cubrir a personas con poca capacidad de pago, el costo de un tratamiento médico lo debe enfrentar cada quien, en solitario, y cuesta un ojo de la cara.

«Una noche en un hospital, dependiendo de la afección, en general puede costar de 5000 a 10.000 dólares. Una operación puede rondar los 50.000 a 100.000 dólares, y alguien con cáncer termina con una deuda de medio millón de dólares», dijo Amaya.

Los hospitales están obligados por ley a brindar servicios médicos, independientemente de la situación migratoria de las personas.

Pero cuando no se tienen ninguna póliza privada ni ninguna cobertura médica, y con una factura por pagar de varios miles de dólares, esos hospitales dan a las personas la posibilidad de pagar el servicio en cuotas mensuales.

Según la cadena de televisión por suscripción CNN, que citó un reporte publicado en julio de 2021 por Kaiser Family Foundation, 23 por ciento de los inmigrantes en general y 46 por ciento de los inmigrantes indocumentados no tienen seguro, en comparación con algo más de 9 por ciento de los ciudadanos estadounidenses.

Amaya, el director del Centro San Bernardino, señaló que pese a la carga de estar pagando deudas por el servicio hospitalario recibido, la organización alienta a las personas indocumentadas a buscar ayuda médica.

«Más vale salvar la vida con una deuda a plazos que perder la vida por no buscar el servicio extremadamente caro», finalizó.

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