José de Ribera, el maestro anatomista

El Museo Nacional del Prado acaba de inaugurar una extraordinaria exposición monográfica titulada Ribera: Maestro del Dibujo, que reúne medio centenar de obras  que representan toda su trayectoria artística como dibujante, desde los años 1610 hasta 1650.

La exposición conmemora la edición de un Catálogo Razonado cuyo objetivo ha sido ofrecer la colección completa de todos los dibujos de Ribera, unos 160, culminando así un trabajo de investigación que ha durado más de un siglo y que ha tenido una especial intensidad durante los últimos cuarenta años. En la edición del catálogo, que desde su primer día de vida puede considerarse único, han participado el Museo del Prado, el Meadows Museum de Dallas y la Fundación Focus de Sevilla.

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Museo del Prado. Ribera, maestro del dibujo. Sansón y Dalila h. 1620. Museo de Bellas Artes, Córdoba

El valenciano de Xátiva José de Ribera nació en 1591 en una familia sin antecedentes artísticos, pero él tuvo claro desde muy joven a lo que quería dedicarse y apenas adolescente se fue a Italia y después de viajar por Cremona, Milán y Parma, se estableció en Roma en 1606, una época en la que la Ciudad Eterna estaba superboblada de artistas, entre otros los caravaggistas del norte. También cabe la posibilidad de que durante sus diez años de estancia romana llegara a conocer al maestro Caravaggio. Si bien su pintura de esos años se inclina al naturalismo caravaggista, sus dibujos apuntan claramente al clasicismo, fruto de su formación académica mediante el estudio de la escultura antigua de Grecia y Roma y el clasicismo del Renacimiento. Se sabe que en 1613 fue nombrado miembro de la Accademia di San Luca de Roma, cuya actividad fundamental era la práctica del dibujo del natural.

Solo hay un dibujo documentado de sus años romanos, Cabeza de Guerrero, de entre 1610 al 15, uno de los nueve dibujos de la colección del Prado; también uno de los pocos dibujos probablemente asociado a una pintura del mismo lustro, un soldado viejo visto de perfil en La negación de San Pedro en que los perfiles de ambos son casi idénticos. En 1616 decide establecerse en Nápoles, la ciudad populosa, rica y mercantil, capital del virreinato de la corona de España. Este cambio le acercó al mecenazgo más importante de la época, gracias al patrocinio del III Duque de Osuna, virrey desde 1616 a 1620, una figura determinante en su carrera. De esos cuatro años se conocen dos dibujos extraordinarios, San Pedro Penitente, sin duda preparatorio del óleo del mismo año con el mismo tema. Y San Cristóbal llevando al Niño Jesús de hacia 1717/20. En ellos utiliza varias técnicas, tinta parda y negra a pluma, aguada roja y sanguina. El último, es el primer  semidesnudo que muestra un monumental estudio anatómico. También se inicia en los aguafuertes, que emplea para la difusión de su obra y como método de enseñanza. En Nápoles nació Lo’Spagnoletto.

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Museo del Prado. Ribera, Maestro del Dibujo. El eremita atado a un árbol h. 1620. Préstamo del British Museum, Londres.

La década de 1620 a 1630 es la que marca su madurez como artista. Se convierte en un dibujante empedernido; necesita del dibujo para progresar en sus estudios anatómicos, en reposo, en movimiento, en posturas extremas con estiramientos, torsiones y escorzos increíbles. Es un trabajo altamente científico de estudio del comportamiento de la anatomía humana en cualquier situación, incluidas la  del sufrimiento y la tortura. Es su consagración como dibujante, no tanto de dibujos preparatorios para pinturas posteriores, sino más bien como estudioso de la anatomía humana en clave científica. Y al mismo tiempo, el dibujo refleja su búsqueda más íntima y sensible, el aspecto con el que más se identifica. Digamos, la parte de su genio en la que se encuentra a sí mismo. Sus dibujos se difunden por Europa y se cree que alguno llegó a estar en posesión de Rembrandt.

Gabriele Finaldi, comisario de la exposición, coordinador del catálogo razonado, así como ex -director adjunto de Conservación del Prado y actual director de la National Gallery de Londres, propone una serie de obras maestras de cada periodo, presentes en la exposición, fieles reflejos de este cientifismo anatómico. David y Goliat y Sansón y Dalila, ambos de hacia 1624, a lápiz negro y sanguina, muy pictóricos, muy elaborados, en los que Ribera se muestra como un anatomista que ha alcanzado su máxima pericia. Posiblemente ambos estaban destinados a ser su carta de presentación ante Felipe IV, como dibujos preparatorios de futuros cuadros para el rey. Quizá los pintó, pero se perdieron en el incendio del Alcázar de Madrid, como tantos otros. El  Eremita atado a un árbol, ¿quizá San Alberto? de 1626, es una obra extraordinaria, la piedra de toque de los dibujos de Ribera, una demostración del grado de excelencia alcanzado por el artista, en la que destacan la precisión del contorno, la perfección del modelado interno del personaje, el cuerpo poderoso equilibrado sobre las puntas de los pies, la complejidad de la figura en contrapposto, con el hombro derecho empujando hacia delante y la pierna izquierda elevada en un  difícil escorzo orientada diagonalmente hacia atrás, creando una exquisita arquitectura compositiva. Es un préstamo del British Museum de Londres.

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Museo del Prado. Ribera, Maestro del Dibujo. San Sebastián atado a un árbol, h. 1620. Ashmolean Museum. Oxford

Dos dibujos de San Sebastián, un motivo recurrente en Ribera por las posibilidades anatómicas de un personaje que se muestra casi siempre desnudo. En el dibujo del Ashmolean Museum de Oxford, está atado a un árbol para enfatizar la vulnerabilidad de las  axilas alzadas en un estiramiento extremo; es uno de sus muchos experimentos de hombre desnudo atado a un árbol, desde este periodo hasta el final de su vida, hasta el punto de que aunque tradicionalmente identificados con santos mártires o personajes mitológicos, en realidad podrían ser estudios anatómicos de hombres desnudos, puros ensayos científicos de su temática predilecta. Otro ejemplo es la Crucifixión de San Pedro, un bellísimo escorzo en proyección ortogonal, que afortunadamente se queda en Madrid, en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Algunos interesantísimos estudios de cabezas y el enigmático e inquietante Estudio de un murciélago y dos orejas, (humanas) de simbolismo incierto aunque con especulaciones abundantes.  Y para poner la guinda a estos años veinte del siglo XVII, La ninfa dormida, único dibujo de desnudo femenino conocido de Ribera, en tinta parda a pluma, en contraste radical  con sus pinturas y dibujos de mujeres. Recostada en un lecho, rodeada de dos cupidos y un sátiro, emana una energía tensa y nerviosa que no tiene nada que ver con el estilo elaborado y monumental de sus dibujos masculinos. Es un dibujo esquemático, con líneas cargadas de electricidad. Cuenta con un montón de atribuciones y ninguna certeza, de ahí su nada comprometido título.

Ribera: época prodigiosa

 La década de los años treinta,  es su época prodigiosa, con un Ribera en plenitud de su madurez artística, realiza una serie de obras maestras, en las las formas se vuelven casi abstactas, al tiempo que elegantes y sutiles, con trazos ligeros y nerviosos, entrecortados pero firmes, a veces enriquecidos por una aguada transparente.

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Museo del Prado. Ribera, Maestro del Dibujo. Estudios de Ticio, 1630. Istituto Centrale per la Grafica, Roma

Entre las obras maestras presentes en la muestra, se encuentran una serie de dibujos de temática clásica. Así, los Estudios para Ticio, figura mitológica que representó en varias versiones; otro dibujo de Ticio estuvo en 2013 en el Prado, como parte de la exposición El trazo español en el British Museum. Dibujos del Renacimiento hasta Goya, más la versión pintada al óleo sobre lienzo del Prado perteneciente a la serie Las Furias, que también fue objeto de una exposición en el Prado en 2014 con el subtítulo De Tiziano a Ribera. El dibujo expuesto ahora muestra dos figuras en dos momentos del tormento, ambos anteriores al desgarro de sus entrañas por el buitre, aunque en el segundo ya está aullando de pánico, en el segundo anterior al ataque del ave. Están ejecutados a pluma fina, en dos secuencias de movimiento absolutamente magistrales y es que el artista esta concibiendo el tema en términos pictóricos; el óleo de Madrid evoluciona al momento siguiente, el de la consumación del castigo.

De nuevo mitología en los Estudios de Laocoonte; tras el descubrimiento del grupo escultórico en 1506, éste se convirtió en tema recurrente para los pintores. Ribera va creando en su dibujo una nueva composición, que partiendo del original escultórico, va evolucionando a medida que trabaja hasta el extraordinario resultado final, en el que se combinan las composiciones armónicas de anatomías en movimiento con torsiones y escorzos, a base de ligeros toques de pluma con tinta parda y una aguada precisa que crea volúmenes y dibuja la anatomía. Lo extraordinario es que vemos las ideas desechadas cubiertas con un rayado y la transición hacia la composición que prevalece; así se muestra la forma de trabajar del dibujante.

Aquiles entre las hijas de Licómedes  está considerado por algunos estudiosos como el dibujo más bello de Ribera así como una demostración de su magistral manera de hacer. La precisión, atención al detalle y perspectivas arquitectónicas descendentes y ascendentes, componen una meticulosa armonía de proyecciones ortogonales convergentes sobre un punto de fuga que está fuera del borde derecho de la composición. La leyenda: Aquiles disfrazado de mujer se esconde entre las hijas de Licómedes según proyecto de su madre Tetis para salvarle de su destino en Troya. Pero en la antigua Grecia nadie puede escapar a un destino determinado por los dioses. Ulises, presente en el punto de fuga del dibujo seguido de Licómedes, utiliza una treta para que el joven Aquiles se delate…

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Museo del Prado. Ribera, Maestro del Dibujo. Apolo y Marsias, óleo sobre lienzo h. 1637. Nápoles, Museo Nazionale di Capodimonte.

Apolo y Marsias. Un pequeño dibujo y su consecuencia, el óleo procedente del Museo Nacional de Capodimonte, ambos de 1637, una maravilla de composición llena de dramatismo, que muestra al sátiro Marsias aullando de dolor, vencido y torturado por Apolo. Las geometrías destinadas a crear la armonía compositiva invitan a sumergirse en el cuadro y quedar mudo de admiración.

 La década prodigiosa es rica en estudios de personajes bíblicos y evangélicos, siempre en la línea de los desnudos masculinos, que permiten ver la evolución de personajes como San Sebastián, San Pedro y la Crucifixión; temas de la virgen, los apóstoles y excelentes dibujos preparatorios de una Asunción de la Virgen que produjo su taller hacia 1637/40. Escenas de la vida cotidiana, tan dispares como el de los acróbatas que figuran en la portada del catálogo razonado y la  Escena de la Inquisición del final de la década, con una víctima que durante el interrogatorio de los inquisidores, aparece colgada de la garrucha por las muñecas retorcidas.

Hasta el final

 Entre 1640 y 1650 la producción decae debido quizá a enfermedad,  pero no afecta a la calidad de su trabajo, hasta su último dibujo datado en 1650 presente en la exposición. Siguió pintando hasta el año de su muerte en 1652 en Nápoles y de ello hay dos muestras en el Prado, la Inmaculada Concepción de 1650 y San Jerónimo Penitente de 1652. 

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Museo Nacional del Prado. Ribera, Maestro del Dibujo. Santa Cecilia h. 1640/43. Madrid, Museo Nacional del Prado

Hay tres hitos en esta sección final de la exposición: Santa Cecilia de hacia 1640/43, adquirida por el Museo del Prado en 1993.  La patrona de la música aparece sentada ante un clavicordio en un dibujo de trazo finísimo y contornos rotos y delicados que definen su perfil y los contornos de su vestido mientras que la aguada enriquece el cromatismo. La dulce expresión del rostro con mirada dirigida hacia los ángeles raya en el éxtasis.

La  Adoración nocturna de los pastores, obra maestra absoluta de hacia 1643 radicada en Liverpool, es una obra muy teatral, para la que ha retomado las técnicas de sanguina y lápiz negro, pero aquí hay un efecto de luz blanca que emana del Niño colocado sobre un lecho de paja, que lo hace único. La luz ilumina las expresiones y actitudes de ternura de la madre, cuya importancia espiritual está realzada por su alta estatura, del padre y del pastor en primer plano, que ofrece al niño el simbólico cordero, en semicírculo perfecto. No es habitual en Ribera esta composición circular al estilo de Rafael, que aquí comporta el preciosismo de una joya. La composición se compensa y completa con dos pastores más a la izquierda y el buey y la mula a la derecha.

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Museo del Prado. Ribera, Maestro del Dibujo. Adoración nocturna de pastores, 1640. National Museums, Liverpool

La exposición termina con el último dibujo de Ribera datado en 1650, La adoración de los pastores, trazado con una espléndida mano trémula y siempre genial en un dibujo ambicioso y preciosista, hondamente sentido y trabajado. Están presentes los trazos cortos y temblorosos, las tachaduras y rectificaciones. La grandeza y humildad del Maestro.

El Catálogo Razonado es una auténtica joya en el que se pueden estudiar y admirar todos los dibujos de Ribera documentados a día de hoy y otros atribuidos. Por primera vez un catálogo no es ilustrativo de una exposición, sino al contrario. La exposición es la presentación del Catálogo.

  • Ficha de la Exposición:
  • Sede: Museo Nacional del Prado.
  • Fecha e itinerancia: 22 noviembre 2016 a 19 febrero 2017. Meadows Museum de Dallas
  • Comisario: Gabriele Finaldi, director de la National Gallery, Londres.
Teresa Fernandez Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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