La directora de la Agencia Española de Cooperación (AECID), Aina Calvo, ha reafirmado el compromiso de la cooperación española con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y el apoyo de España al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)[1] para conseguir que las mujeres y niñas en el mundo puedan tener una capacidad real para ejercer sus derechos, entendiendo que esos derechos son una prioridad para conseguir un desarrollo sostenible.
El poder de decidir el número de hijos y cuándo y con qué frecuencia tenerlos puede impulsar el desarrollo económico y social, según el Informe sobre el Estado de la Población Mundial 2018[2] publicado por el UNFPA, que se ha presentado este 17 de octubre en la sede de la AECID en Madrid, informa la Unidad de Comunicación de la AECID.
En la presentación de El poder de decidir. Los derechos reproductivos y la transición demográfica han participado la secretaria de estado de Igualdad, Soledad Murillo, el responsable de Derechos Humanos, Género y Cultura de UNFPA, Luis Mora, el presidente de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE), Guillermo González Antón, y la directora de la Agencia Española de Cooperación (AECID), Aina Calvo Sastre.
En palabras de Luis Mora, de UNFPA, “la posibilidad de decidir el número de hijos puede cambiar el mundo; sin embargo, en la actualidad nos enfrentamos a situación paradójica en la que las mujeres y las parejas siguen sin poder decidir, en países en desarrollo por falta de acceso a servicios integrales de salud reproductiva, y en los países desarrollados por falta de políticas de conciliación entre familia y trabajo. El ejercicio de los derechos reproductivos se convierte por tanto en un aspecto esencial para el futuro del planeta”.
La secretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo, se ha referido al capítulo del informe que habla sobre las tasas de fecundidad en el mundo y que pone de manifiesto que la baja tasa de fecundidad en los países desarrollados está convirtiendo este asunto en un problema de carácter nacional. “No se puede dejar toda el peso de la responsabilidad del equilibrio demográfico en las mujeres. La corresponsabilidad es necesaria” –afirmó Murillo- “el concepto de conciliación debe dejar de ser algo que atañe solamente a las mujeres” y, para ello, Murillo ha puesto el foco en la necesidad de articular políticas públicas que fomenten una responsabilidad compartida.
Por su parte, Guillermo González Antón, presidente de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE) – entidad encargada de la presentación de este informe en España-, ha hecho hincapié en que «el informe de UNFPA nos muestra claramente cómo los derechos reproductivos son fundamentales no sólo para la autonomía moral de las personas, lo que ya sería suficiente, sino también para el ejercicio de otros derechos. Por eso insistimos en que es un imperativo ético y político protegerlos y defenderlos frente a la creciente judicialización de los debates, que además no responden a lo que la inmensa mayoría de las personas demanda, que es que se respete el poder de decidir».
Según el UNFPA, la tendencia mundial hacia la creación de familias más pequeñas refleja que las personas toman decisiones sobre su vida reproductiva y eligen el número de hijos que desean tener y en qué momento. La falta de opciones en este sentido repercute a largo plazo en las tasas de fecundidad, que tienden a ser más altas o más bajas de lo que la mayoría de población realmente quisiera, según muestra el Estado de la Población Mundial 2018[2].
El tamaño de los hogares está estrechamente relacionado con los derechos reproductivos, lo que a su vez se relaciona con muchos otros derechos, como el derecho a la salud, a la educación y al empleo. Cuando las personas pueden ejercer sus derechos, tienden a prosperar. Cuando estos se vulneran, las personas no logran alcanzar su pleno desarrollo y, en consecuencia, el desarrollo socioeconómico se ve amenazado, según señala el nuevo informe El poder de decidir. Los derechos reproductivos y la transición demográfica.
«La posibilidad de decidir puede cambiar el mundo —explica la doctora Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, en el prólogo del informe—. Puede mejorar rápidamente el bienestar de las mujeres y las niñas, transformar familias y sociedades, y acelerar el desarrollo mundial». Por ejemplo, cuando una mujer tiene la posibilidad de evitar o retrasar el embarazo, y dispone de los medios para hacerlo, ejerce un mayor control sobre su salud y puede incorporarse o permanecer en la fuerza de trabajo remunerada y alcanzar su pleno potencial económico.
El informe concluye que ningún país puede afirmar que todos sus ciudadanos disfrutan de sus derechos reproductivos en todo momento. La mayoría de las parejas no pueden tener el número de hijos que anhelan porque carecen del apoyo económico y social necesario para mantener el tamaño de familia que desean o porque carecen de los medios necesarios para controlar los embarazos. La necesidad insatisfecha de anticonceptivos modernos impide que cientos de millones de mujeres puedan elegir formar familias más pequeñas.
A partir de la celebración de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo en 1994, en muchas regiones del mundo se ha avanzado de forma considerable en materia de salud reproductiva y derechos reproductivos. La población conoce mejor sus derechos y opciones y tiene más capacidad para hacerlos valer. «La transición histórica hacia tasas de fecundidad más bajas ha sido motivada por la voluntad de las personas de ejercer su derecho a decidir sobre su vida reproductiva y a elegir el número de hijos que quieren tener y en qué momento», señala el informe, que clasifica a todos los países del mundo conforme a la tasa actual de fecundidad de su población.
Asimismo, UNFPA ofrece en su Informe recomendaciones concretas acerca de las políticas y los programas que podrían ayudar a cada país a aumentar las opciones reproductivas disponibles.
En el documento, UNFPA asegura que, con miras a que la libertad de decidir se convierta en una realidad, los Gobiernos han de conceder prioridad a los elementos siguientes:
- Priorizar el acceso a servicios de salud reproductiva de calidad, incluidos los anticonceptivos modernos;
- Garantizar el acceso a una educación de calidad que ofrezca, entre otros aspectos, una educación sexual adecuada a la edad;
- Llevar a cabo campañas encaminadas a transformar las actitudes de los hombres con vistas a que apoyen los derechos y las aspiraciones de las mujeres y las niñas;
- Ayudar a las parejas a tener más hijos, si así lo desean, al favorecer la conciliación de la vida laboral con la familiar a través de medidas como guarderías asequibles.
Enlaces:
- UNFPA es el organismo de las Naciones Unidas responsable de lograr un mundo donde cada embarazo sea deseado, cada parto sea sin riesgos y que cada persona joven alcance su pleno desarrollo. El Fondo llega a millones de mujeres y jóvenes en 155 países y territorios.
- Informe sobre el Estado de la Población Mundial 2018
- La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) es el principal órgano de gestión de la Cooperación Española, orientada a la lucha contra la pobreza y al desarrollo humano sostenible. Para ello, cuenta con instrumentos como la cooperación técnica, la cooperación económica y financiera, la ayuda humanitaria y la educación para el desarrollo y la sensibilización social. La AECID dispone de una red de 31 Oficinas de Técnicas de Cooperación, diecinueve Centros Culturales y cuatro Centros de Formación distribuidas por África, Asia y América Latina y el Caribe.