La bandera saharaui, objeto de polémica política en España y Marruecos

Nunca la bandera de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) ha estado tan de actualidad como en las últimas fechas. Por un lado, por la omisión intencionada, con motivo del Día de África el pasado 25 de mayo, en el mapa que apareció en la cuenta oficial de una red social de la ministra española de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (MAEC), Arancha González Laya.

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Banderas del MAEC con motivo del Día de África 2020

En el disputado territorio del Sahara había tan solo un espacio en blanco, es de agradecer, eso sí que no incluyera la antigua colonia española envuelta con la bandera de Marruecos, como si le perteneciera y tuviera su soberanía.

Hay que recordar lo obvio, ningún país del mundo reconoce la soberanía marroquí estando el territorio en disputa y dentro de los diecisiete pendientes en el comité de descolonización de Naciones Unidas. En concreto, desde 1960, cuando aún era colonia española.

Hubo satisfacción destacada en la prensa marroquí por el gesto de la ministra que motivó, por su parte, la protesta de las autoridades de la RASD y su delegado en España, así como preguntas parlamentarias del Bloque Nacionalista Gallego y Nueva Canarias sobre las motivaciones de este gesto.

Curiosamente, este 4 de junio 2020 el conflicto en el Sahara estaba en la reunión mantenida por el comisionado de la Unión Africana para la Paz y la Seguridad, Smail Chergui y la secretaria de estado española para Asuntos Exteriores, Cristina Gallach Figueras.

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Bandera saharaui en Bilbao
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La bandera saharaui luce en el balcón del ayuntamiento español de Alfoz de Lloredo

Ahora, la bandera saharaui vuelve a la palestra, por la reciente sentencia del Tribunal Supremo de prohibir las banderas no oficiales en el exterior de edificios públicos. Una decisión motivada por el acuerdo del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife de exhibir como «bandera nacional de Canarias la de las siete estrellas verdes».

El Supremo fija como doctrina que no resulta compatible «con el marco constitucional y legal y con el deber de objetividad y neutralidad de las administraciones la utilización incluso ocasional de banderas no oficiales en el exterior de los edificios y espacios públicos aun cuando las mismas no sustituyan sino que concurran con la de España y las demás legal y estatutariamente instituidas».

Tras esta decisión, el lobby promarroquí en España, junto a la agencia oficial MAP y parte de la prensa del país vecino, han destacado que ya no ondeará más la bandera saharaui, al considerarse no oficial, en ninguna institución pública española, relacionándolo, incluso, que es un revés judicial para la RASD, con una disminución del apoyo a la causa saharaui en España.

En este sentido, los últimos datos del oficial Instituto Elcano son claros y lo desmienten. Un 58 por ciento de los españoles manifiesta apoyar la independencia, un 15 por ciento que sea una región de Marruecos y un 27 por ciento no sabe o no contesta.

Curiosamente, la última encuesta es de hace cinco años, 2015, y de momento, no se ha querido actualizar.

Recordemos que la izada de la bandera saharaui ha sido un motivo de solidaridad de distintas instituciones públicas españolas durante mucho tiempo, destacando especialmente en el 40 aniversario de creación de la RASD.

Independientemente de si se izará o no en un futuro en instituciones públicas españolas, merece recordarse lo obvio, la RASD tiene un espacio físico, que supone el 20 por ciento del actual territorio del Sáhara, siendo Tifariti la mayor localidad de las siete que controlan. Está reconocida por 84 países, 46 lo mantienen en la actualidad –según Marruecos solo 31- y tiene embajada abierta en diecisiete de ellos.

También habría que mencionar qué pasa en el territorio de Marruecos si alguien iza una bandera de otro país, no ya en un edificio oficial, sino en el balcón de su casa o en la calle, pues que según cómo, puede terminar detenido. Una de las acusaciones en el juicio al líder del Hirak rifeño, Naser Zafzafi, era que en las manifestaciones de protesta se exhibían banderas amazigh y de la efímera República del Rif, pero no marroquíes.

Incluso mostrar la bandera española en Marruecos en determinados actos acarrea problemas para sus portadores. Así pasó en las iniciales protestas del Hirak rifeño, en 2016, con insultos de una diputada a los que la llevaban; en la protesta de Sidi Ifni, también en 2016, donde por cierto, nuestra bandera fue ultrajada con el silencio del consulado español en Agadir; y cuando la ondearon aficionados en partidos de fútbol, como pasó precisamente en Agadir, en 2018, lo que llegó a ser considerado «insultar a la bandera» marroquí con lo que ello conlleva.

En Marruecos, la ley 17-05, aprobada en octubre del año 2005, sentencia a condenas de seis meses a tres años de prisión por insultar a la bandera nacional, así como multa de entre 10 000 y 100 000 dirhams (entre 915 y 9158 euros). La condena puede alcanzar los cinco años cuando el acto se comete durante un acto público o un mitin.

Ni que decir tiene qué ocurre en el Sahara controlado por Marruecos o en el mismo territorio marroquí si se exhibe la bandera de la RASD, se acaba directamente en la cárcel y si se es extranjero, expulsado inmediatamente del país. Eso sí, se puede quemar impunemente como pasó en varios actos.

Por último, recordar la historia de la bandera saharaui. Se crea incluso antes que la creación de la RASD, fue en 1973 cuando aún era colonia española cuando se adapta por el Frente Polisario, basándose en el diseño de la rebelión árabe de 1916 contra el Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial. Con la creación de la RASD en febrero de 1976 se adopta según el artículo cinco de la Constitución saharaui.

Son tres franjas horizontales del mismo tamaño unidas con un triángulo en el borde más próximo al asta, y en el centro la media luna y estrella de cinco puntas. En cuanto a sus colores, primera franja, verde de la esperanza, luego blanco de la pureza saharaui y negro de luto, el triángulo es rojo, por la sangre derramada al igual que la estrella –república árabe- y media luna, por ser un país musulmán.

Jesús Cabaleiro Larrán
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, rama Periodismo con cursos de doctorado, estudios sobre Marruecos contemporáneo y el Sáhara Occidental. Más de 35 años de periodismo, la mayoría en prensa escrita, ha trabajado a ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, casi 13 años en el extinto diario El Faro Información, en Algeciras, donde empezó de redactor y del que fue su último director y en Tánger dos años en un diario digital. Además ha participado en la mayoría de los Congresos de Periodistas del Estrecho desde el inicial en 1993 hasta 2019. Titulado en ajedrez por la UAH y UNED. Amante de Portugal. Ha publicado un libro, ‘Artículos periodísticos. Apuntes para la historia de la prensa de Algeciras’.

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