La OIT pide avanzar en la globalización del trabajo decente

La OIT pide garantizar el derecho a un aprendizaje a lo largo de la vida que permita adquirir competencias, perfeccionarlas y reciclarse profesionalmente

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha hecho público un informe, en el inicio de las celebraciones de sus cien años, en el que asegura que, en el futuro, se esperan múltiples oportunidades para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y ampliar sus opciones, pero se necesitan medidas enérgicas para evitar que se intensifiquen las desigualdades e incertidumbres existentes, y que se garantice globalmente el acceso a un trabajo decente.

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OIT/MArcel Crozet
La sede de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ilumina para comenzar la celebración de los cien años de la institución.

La Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo de la OIT ha creado una serie de predicciones sobre el mundo laboral, y recalca que las competencias y cualificaciones de hoy no se ajustarán necesariamente a los trabajos del mañana, así como que las nuevas adquiridas pueden quedar desfasadas rápidamente.

Por ejemplo, proyecta que los avances tecnológicos, como la inteligencia artificial, la automatización y la robótica, crearán nuevos oficios para muchas personas, pero otras perderán sus puestos de trabajo en esa transición. Serán las menos preparadas para aprovechar las nuevas oportunidades.

También el camino de las economías hacia una senda más sostenible ambientalmente creará millones de puestos de trabajo a medida que se adopten prácticas sostenibles y tecnológicas, pero a la vez muchas posiciones desaparecerán, al dejar atrás las industrias basadas en el carbón.

La evolución demográfica será otro factor importante. El aumento de la población juvenil en algunas regiones del mundo, y el envejecimiento en otras, generará presión sobre los mercados de trabajo y los sistemas de seguridad social; esos cambios abrirán nuevas vías para contar con sociedades activas, basadas en los cuidados y la inclusión.

La OIT llama a aprovechar esas “profundas transformaciones” para crear un futuro más prometedor y alcanzar la seguridad económica, la igualdad de oportunidades y la justicia social. Para ello se necesita que los Gobiernos, las organizaciones de empleadores y los trabajadores se comprometan a acciones que permitan “revitalizar el contrato social” que asegura a los últimos una participación justa en el progreso económico, el respeto de sus derechos y la protección de los riesgos a los que se exponen a cambio de su contribución laboral.

Un programa centrado en las personas

Para lograr ese fin, la Comisión plantea diez recomendaciones, como parte de un programa “centrado en las personas” y que, de seguirse, generaría crecimiento, igualdad y sostenibilidad para las generaciones presentes y futuras.

1. Garantizar el derecho a un aprendizaje a lo largo de la vida que permita adquirir competencias, perfeccionarlas y reciclarse profesionalmente:

Esto incluye el aprendizaje formal e informal desde la primera infancia y hasta la vida adulta. Los Gobiernos, los trabajadores y los empleadores, así como las instituciones educativas, tienen responsabilidades que se complementan a la hora de generar un entorno de aprendizaje que sea efectivo y cuente con financiación.

2. Incrementar las inversiones en las instituciones, las políticas y las estrategias que apoyen a los trabajadores a lo largo de las transformaciones del futuro laboral:

La OIT asegura que, especialmente los jóvenes, necesitarán ayuda para la cada vez más complicada transición de la escuela al trabajo. También se deben aumentar las posibilidades de los trabajadores mayores para que puedan permanecer en el mundo laboral mientras lo deseen.

“Será preciso ayudar a todos los trabajadores en las transiciones cada vez más frecuentes que afrontarán en el curso de sus vidas”, asegura el informe.

3. Aplicar un programa transformador para lograr la igualdad de género:

Las políticas deben promover que se comparta el trabajo de cuidados no remunerados en el hogar para crear una auténtica igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo. Para esto se debe fortalecer la voz de las mujeres y su liderazgo, la eliminación de la violencia y el acoso, y la aplicación de transparencia salarial.

4. Proporcionar protección social universal desde el nacimiento hasta la vejez:

El futuro del trabajo necesita un sistema de protección social sólido y con capacidad de respuesta que asegure cobertura para todas las personas vulnerables.

5. Establecer una Garantía Laboral Universal:

Significa que todos los trabajadores sin importar su acuerdo contractual o situación laboral deben disfrutar de los derechos fundamentales del trabajo, tales como un salario adecuado, límites máximos respecto a las horas de trabajo, seguridad social y cobertura de salud.

6. Ampliar la soberanía sobre el tiempo:

La Comisión asegura que los trabajadores necesitan una mayor autonomía sobre su tiempo de trabajo, sin dejar de satisfacer las necesidades de la empresa, e invita a aprovechar la tecnología para ampliar las oportunidades y conciliar la vida profesional con la personal. Esto se traduce en opciones reales de flexibilidad y control sobre los horarios de trabajo.

7. Garantizar la representación colectiva de los trabajadores y los empleadores:

“Todos los trabajadores deberán disfrutar del reconocimiento de su libertad sindical y del derecho de negociación colectiva, con el Estado como garante de esos derechos”, asegura el informe.

8. Administrar la tecnología a favor del trabajo decente:

Los avances tecnológicos deben incluir una reglamentación del uso de datos y de la responsabilidad sobre el control de los algoritmos en el mundo del trabajo. También debe establecerse un sistema de gobernanza internacional de las plataformas digitales que exijan el respeto a determinados derechos y protecciones de los usuarios y clientes. La OIT resalta además que, en el caso de la inteligencia artificial, se debe garantizar que las decisiones definitivas que afectan el trabajo “sean tomadas por personas”

9. Dar incentivos para promover inversiones en áreas claves en favor del trabajo decente y sostenible:

Este tipo de inversiones impulsará la igualdad de género y podrían crear millones de puestos de trabajo y nuevas oportunidades para las microempresas y las pequeñas y medianas empresas. También el desarrollo de la economía rural, del cual depende el futuro de muchos de los trabajadores del mundo, debería convertirse en una prioridad.

10. Remodelar las estructuras de incentivos empresariales en pro de sus estrategias de inversión a largo plazo:

Esto incluye políticas fiscales justas, la revisión de las normativas contables empresariales y nuevos modos para medir el desarrollo de los países para que den cuenta de las dimensiones de su crecimiento, el valor del trabajo no remunerado que se realiza en el servicio doméstico en las comunidades.

La importancia de la acción

Las cuestiones destacadas en el informe son relevantes para todos en todo lugar y para el planeta, asegura el director general de la OIT, Guy Ryder.

“Pueden ser desafiantes, pero si las ignoramos lo hacemos por nuestra cuenta y riesgo. El mandato de la OIT, que reúne a gobiernos, empleadores y trabajadores de todas las regiones del mundo, significa que la Organización está bien situada para servir de brújula y de guía para contribuir a abrir nuevas perspectivas en el trabajo para las futuras generaciones”, recalcó.

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