De paso por Bruselas he tenido ocasión de ver el excelente documental chileno «Oasis» en el marco del festival Kino Latino (11 al 19 de abril), codirigido por dos miembros del colectivo MAFI[1]: Felipe Morgado y Tamara Uribe.

Su título alude con ironía a una frase del derechista ex presidente chileno Sebastián Piñera cuando afirmaba que Chile era un «verdadero oasis de estabilidad en la región», poco antes de que en octubre de 2019 estallara una masiva protesta social y una movilización general de la población chilena contra los efectos desastrosos de las sucesivas políticas económicas neoliberales, iniciadas en 1973 por la dictadura de Pinochet.
El detonante de esa revuelta fue el aumento escandaloso del precio de los transportes públicos, gota que con la que se derramó el vaso de la injusticia y la desigualdad social en ese país, que fue desde el golpe de estado del 73 un verdadero laboratorio para las multinacionales del planeta (aquellas que Salvador Allende llamó en su día «transnacionales») con la tristemente célebre escuela de Chicago, que sigue teniendo hoy numerosos admiradores, aunque minoritarios y antidemocráticos, entre los aspirantes a dictadores en todos los continentes del planeta.
Esa rebelión espontánea de la multitud con amplia participación de las clases sociales más desfavorecidas, se transformó en tentativa de revolución institucional con la apertura por vez primera desde 1973 en Chile de una asamblea constituyente para redactar una nueva Constitución, que debía romper con la que Pinochet impuso con las armas.
El colectivo MAFI se reivindica heredero de ese género documental que Patricio Guzmán[2] inicio en tiempos de la Unidad popular con «La batalla de Chile», filmando en directo todo lo que sucedía en aquel proceso revolucionario, hasta el golpe de estado, el bombardeo del palacio de la Moneda y el asesinato de Salvador Allende.
Película que fue luego editada y estrenada en la Habana en 1975, tras el montaje de todo aquel material recopilado y rescatado de la represión. En Chile se estrenó tan solo en 1997, siete años después del retorno a la democracia.
El método de trabajo y de filmación del colectivo MAFI sigue en nuestros días los caminos trazados por Joris Ivens y Patricio Guzmán, ya que todo el material filmado en 2019 por el colectivo MAFI durante esa revolución interrumpida, ha sido montado y transformado en película documental el pasado 2024.
Observar y filmar la realidad del país, para poder después en el montaje descifrar todo lo ocurrido, tal es el objetivo del colectivo MAFI, que filma a menudo planos fijos, con sonido directo, sin cortes y de corta duración, o cámara en mano en las escenas de manifestaciones más agitadas.
La cámara va recogiendo en directo diálogos, testimonios y discusiones, dejando al espectador libre de interpretar lo que ve y escucha, tanto las calumnias y propaganda de la rancia derecha pinochetista, como la ingenuidad de esa izquierda popular que se enfrentaba con algo inédito y se dejó arrebatar la victoria.
A buen entendedor pocas palabras bastan, y aquí son las imágenes las que hablan por sí solas o más bien buscan hacer pensar y reflexionar al espectador sobre ese proceso revolucionario filmado en directo en 2019. Tres años de montaje y post producción para descifrar lo ocurrido y ofrecernos la lucida mirada de sus autores.
La clase política aceptó por referendo la apertura de un proceso de refundación de la Constitución chilena, con inédita participación de los representantes de la población más desfavorecida y de las minorías indígenas mapuches, hasta entonces siempre ignoradas y discriminadas.
Chile mostró de nuevo al mundo el camino a seguir en la lucha por el respeto de la dignidad humana frente a las políticas económicas neoliberales generadoras de miseria para la mayoría y de obscena injusticia social.
Sin embargo, la propaganda fascista de los pinochetistas en la prensa, en los medios audiovisuales y desde los poderes facticos, con sus habituales campañas de calumnias y desinformación, pesaron más en la balanza que la movilización popular.
La dimensión histórica de lo sucedido en Chile en 2019, hasta el voto que rechazó la nueva constitución en 2022, (66 por ciento en contra) aplazado tras la traumática pandemia del covid, fue no obstante una lección para América Latina y para el mundo entero.
El no a esa constitución democrática y progresista dejó interrumpida la revolución, con un amargo sabor de derrota, ahí donde la película pone la palabra fin, ahí donde podríamos también decir: continuará.
Una cosa en todo caso surge con fuerza de este documental a pesar de la derrota: la juventud chilena de hoy y las fuerzas vivas del país han perdido el miedo, han recuperado la voz y la memoria. Esa memoria obstinada que la dictadura no logró eliminar.
- MAFI Mapa Fílmico de un País, es un colectivo cinematográfico de dieciocho jóvenes profesionales que trabaja desde 2012, de forma colaborativa, filmando sobre el terreno la realidad de la sociedad chilena hoy en día. En su haber tienen ya otros dos largometrajes «Propaganda» 2014, y «Dios» 2019.
- Patricio Guzmán desarrolló luego en el exilio su carrera como documentalista, con una obra muy personal pero siempre centrada en la necesidad de recuperar la memoria perdida del pueblo chileno. Su última película «Mi país imaginario» en 2022, tenía también como tema la rebelión popular y el proceso institucional revolucionario de 2019 en Chile.