Cuba seguirá privilegiando la utilización social de Internet sobre lo privado, según se desprende del anuncio de la apertura a partir de junio de 118 nuevas salas públicas de navegación en el país, lo cual es posible gracias al «pleno funcionamiento» del cable de fibra óptica que llega desde Venezuela, informa Patricia Grogg (IPS) desde La Habana.
Medios oficiales de prensa se hicieron eco este martes 28 de una resolución del Ministerio de Comunicaciones, que establece el pago de ese servicio en cuc, la moneda cubana equivalente al dólar estadounidense usada dentro del país y a la que tiene acceso una parte minoritaria de la población nacional, de poco más de 11 millones de personas.
En las 118 salas o telepuntos, una hora de acceso a internet costará 4,50 cuc, equivalentes a 108 pesos cubanos y a 5,40 dólares si el cambio se hace mediante transacción bancaria: «Ese precio es prohibitivo para mi pensión de 270 pesos mensuales», comentó de forma tajante a IPS el periodista y profesor universitario jubilado Enrique López Oliva.
Con una queja similar reaccionaron los primeros lectores del diario Juventud Rebelde, que divulgó en amplitud la información sobre el tema: «Pareciera que el que pone esos precios vive en otro país o gana un salario en cuc total», comentó un lector de ese periódico que se identificó como «jperez».
Si una persona opta solo por la navegación nacional (intranet) pagará 0,60 cuc (14,40 pesos) por una hora. Otra alternativa es el correo electrónico internacional, a un costo de 1,50 cuc (36 pesos) por similar tiempo.
El servicio corre por cuenta de la estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba SA (Etecsa), único ente empresarial a cargo del sector de informática y comunicaciones en la isla.
La resolución oficial deja claro que el cliente queda obligado a no usar el servicio para cometer acciones «dañinas o perjudiciales para la seguridad pública, la integridad, la economía, la independencia y la soberanía nacional».
La advertencia parece dirigida a sectores de la oposición, que actúan sin autorización legal en el país y son considerados por el gobierno «mercenarios a sueldo» de la política hostil de Estados Unidos hacia Cuba.
A su vez, la prensa local comentó que la ampliación de los servicios de conectividad en el país está en consonancia con la estrategia de seguir facilitando cada vez más el acceso de la población a las nuevas tecnologías, en dependencia de la disponibilidad de recursos y con un enfoque que favorezca su uso social.
«Ello es posible además por estar ya en funcionamiento el cable de fibra óptica entre Cuba y Venezuela, el cual garantiza una mayor calidad y estabilidad en las comunicaciones internacionales de la isla, torpedeadas por las limitaciones que impone el injusto e irracional bloqueo económico, comercial y tecnológico de Estados Unidos», publicó Juventud Rebelde.
El periódico añadió que «el cable de fibra óptica, si bien mejora las comunicaciones internacionales (hasta ahora fundamentalmente por vía satelital), no es un servicio gratuito, de ahí el costo de la ampliación del servicio de navegación por Internet en los primeros momentos».
Esa ruta submarina destinada a mejorar la conexión a Internet tocó costas cubanas en 2011. Autoridades venezolanas lo declararon operativo en mayo del año siguiente, aún en medio de la discreción guardada por medios oficiales cubanos. Estas fuentes han insistido siempre en que una mejoría en calidad no implica «una extensión de las infocomunicaciones».
Por vía satelital, Cuba dispone de un ancho de banda mínimo de 323 megabits por segundo, pero diversas fuentes estiman que el cable de fibra óptica multiplicará por 3.000 las velocidades actuales de transmisión y abaratará los costos de operación en 25 por ciento, aunque no cesarán los servicios satelitales.
Las autoridades cubanas han dejado claro en más de una ocasión que el país continuará priorizando el uso social de las nuevas tecnologías, es decir en centros educacionales, asociaciones profesionales o espacios recreativos y comunitarios, entre otros.
En la actualidad, pocas personas disponen de conexiones o correo electrónico en sus domicilios, la mayoría «dial up» (tecnología que permite el acceso a través de una línea telefónica analógica) y contadas inalámbricas. Algunas pagan los elevados precios de los cibercafés, sobre todo en hoteles.
En su informe de este año al Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos, la delegación cubana especificó que el país contaba al finalizar de 2011 con 783.000 computadoras personales. Se estima que 18 por ciento de ellas están en hogares y más de 33 por ciento en sectores sociales de salud, educación y cultura.
«A su vez, 2.610.000 usuarios utilizan los servicios de Internet, 622.000 de ellos con navegación plena», añade el documento, que no hace diferencia entre el acceso social y privado, limitado este último, mediante pago en moneda nacional, a sectores intelectuales y profesionales como periodista, académicos, artistas o médicos.
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¡Uff! me compliqué con los costos y aquello.
Alcanzo a vislumbrar algún avance, pero todavía lejos de lo que debería ser. Rememoro a cuando en la Ex URSS se restringió hasta el uso de las fotocopiadoras por ser peligrosas al permitir reproducir documentos con ideas distintas a la oficial.