Noveno día del sexto mes de 2024. En tiempos de incertidumbre como los actuales, huyo. Quiero decir que si las obligaciones de la nave me lo permiten, huyo. Cuando veo la deriva que están tomando nuestras sociedades, cuando por aburrimiento o hastío, o por decepción, o por falta de respuestas a los problemas sociales a los que nos enfrentamos somos capaces de elegir en las elecciones a aquellas fuerzas políticas de extrema derecha pesando que éstas si los resolverán con mano dura, huyo.
Puedo entender la abstención, que no se vote, que ningún partido te represente, que ante las respuestas que las diferentes opciones políticas dan a los problemas actuales no te satisfagan, no las compartas, te desesperen.
Pero de ahí a votar a quienes directamente están gritando que quieren acabar con el sistema de derechos y libertades que nos hemos dado en Europa, con todos sus defectos, que los tiene, votar a esas fuerzas extremas, ultraconservadoras, ultraliberales y antidemocráticas, hace que no pueda entender a quienes conociendo a dónde nos llevaron estas opciones políticas en el pasado: a la guerra, a la destrucción, a la miseria; estén dispuestos a apoyarles o a blanquearles, hace que me entre el miedo al futuro que nos espera, hace que me aleje irremediablemente de ellos. Que huya.
Y para huir nada mejor que perderse en aquellos paisajes con los que cada uno ha crecido, que conocemos, que añoramos y que en la nave podemos recrear con la realidad virtual y la inteligencia artificial.
Programo en el simulador la Ruta de los Miradores en Cercedilla que se adentra en el Parque Nacional de Guadarrama entre las provincias de Madrid y Segovia; esta ruta discurre por el valle de la Fuenfría y es apta para cualquier persona dispuesta a caminar sin demasiado esfuerzo, salvo el tramo de Poyal del Rubio que se las trae y más vale tomárselo con calma.
La ruta comienza en las Dehesas de Cercedilla, y por la Calzada Romana, muy bien conservada y que unía Segovia y Titulcia, se llega hasta el Puente del Descalzo, donde se gira a la derecha para tomar el Camino de Agromán, hasta encontrar la Vereda de Enmedio, la del Poyal, para llegar, con la lengua afuera en mi caso, a la carretera de la República.
En este punto se puede seguir subiendo por la Senda Victory hasta encontrar de nuevo dicha carretera, o continuar a la derecha por la misma en un ligero ascenso hasta llegar a los Miradores de los poetas Vicente Aleixandre y Luis Rosales, todo el mundo recomienda, yo también, ver primero el de Aleixandre y luego el de Rosales.
Las vistas desde ambos miradores son para deleitarse con el paisaje y perder la mirada hacia Siete Picos, el Puerto de Navacerrada coronado con la Bola del Mundo, recorriendo el paisaje por las crestas de las montañas percibimos hacia el este las puntas de los cuatro rascacielos del norte de Madrid, seguimos girando para contemplar todo el valle hasta llegar al embalse de Valmayor, rotando levemente hacia la derecha podremos ver El Monasterio del Escorial y el Puerto de Abantos.
Una vez de vuelta a la Carretera de la República nos aceramos a la pradera donde se encuentra del Reloj Solar de Cela y el monumento a los Caminantes de la Sierra de Guadarrama. Si continuásemos subiendo atravesaríamos el Puerto de la Fuenfría para llegar a Segovia.
En otro momento quizás nos adentremos en las razones de por qué estos miradores llevan los nombres de estos poetas, Aleixandre de la Generación del 27 y Rosales de la del 36, pero ambos con historias comunes, con su enorme trayectoria poética y cada uno con sus cuestiones políticas que merecerían dedicarles uno de estos cuadernos. No olvidemos que en la casa de la familia Rosales fue detenido Federico García Lorca para inmediatamente ser fusilado por los golpistas en agosto de 1936.
El paseo virtual entre este magnífico bosque de robles, pinos, tejos, brezos, acebos, casi permanentemente protegidos por sus copas, salpicado de arroyos, fuentes, pequeñas cataratas y continuos saltos de agua hace que la temperatura siempre sea más agradable tanto en verano como en invierno, aunque quizás los momentos más hermosos para recorrerlo se den en primavera y otoño.
La vuelta la podremos hacer por donde hemos venido que resultará igual de placentera. Tomar un bocadillo en las praderas que hay cerca de los aparcamientos o un tentempié en Casa Cirilo será una justa recompensa a nuestra caminata.
Lástima que en las recreaciones virtuales no se haya conseguido que los aperitivos sean realmente comestibles. En fin, es hora de dejar la huida.