Informar con rigor, sin sensacionalismos, sin morbo, y con conocimientos científicos es fundamental para ayudar a prevenir los suicidios, señala una de las principales conclusiones del taller “Suicidios y los medios de comunicación. Rompiendo en tabú“, organizado por la Asociación de Periodistas – Asociación de la Prensa de Almería (AP-APAL), el Colegio de Periodistas de Andalucía en Almería (CPPAA) y la Unidad de Gestión Clínica (UGC) de Salud Mental de Almería.
Combatir el suicidio es cosa de todos: hobbitfoot / 123RF Foto de archivoConsiderado un problema epidemiológico por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los suicidios son la principal causa de muerte no natural en España, y en el taller, que forma parte del convenio de Formación Continua para Periodistas suscrito entre la AP-APAL y la Universidad de Almería, tuvo lugar el sábado 30 de enero de 2016, se puso de manifiesto que los suicidios se pueden prevenir, teniendo en cuenta además que, por cada suicidios consumado, hay entre 10 y 20 tentativas.
En 2013, 3879 personas se quitaron la vida en España. Son diez veces mas frecuentes que los homicidios, sesenta veces más que la violencia de género, y el doble que accidentes de circulación. Aún así, la tasa de suicidios en España es de 8,9 %, frente al 61 % de Lituania o el 17,5 % de Francia.
Un millón de personas se suicida cada año en el mundo. La tasa, según la OMS, ha crecido en un 60 % en los últimos 45 años. Y se prevé que esa tasa aumente en 2020 hasta el millón y medio de personas.
Una solución permanente a un problema temporal
El catredrático de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UAL, Adolfo Javier Cangas Díaz, explicó que “el objetivo es verbalizar, que se pueda hablar libremente de temas que para el que está sufriendo son muy dolorosos y que aprendamos a escuchar. Porque, contra lo que hacemos con este tabú (los medios no informan sobre suicidios), lo importante es hablarlo. Porque es una percepción subjetiva, y hay salidas alternativas al suicidio“.
Cangas, quien mostró cartas de suicidas, analizó los síntomas que alertan de que esa decisión puede estar cercana, con rasgos habituales como depresión y consumo de drogas, especialmente el alcohol. Y hay fases previas: la consideración, la ambivalencia y la decisión. En las dos primeras, es en las que más fácilmente se puede intervenir.
Entre las profesiones con más riesgo de suicidios están la de policías, médicos y psiquiatras, abogados y agentes de seguro.
Por su parte, Domingo Díaz del Peral, coordinador del taller, psiquiatra y director de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental de Almería, abordó los aspectos psicológicos que conducen al suicidio y que, explicó, “siempre se dan en una fase muy aguda de crisis, que es breve” y hay una ambivalencia “porque en realidad la gente no quiere morir, sino lo que no quiere es vivir como está viviendo“.
Domingo Díaz indicó que “hay que informar al paciente de que esa situación angustiosa no dura para siempre, es pasajera y tiene solución, porque antes pudimos tener momentos similares y pudimos salir“. Es prioritario para ayudar al paciente conocer la red de apoyo que puede tener esa persona.
Para Díaz del Peral, hay que tomar medidas entre todos, “lo mismo que se ha hecho con los accidentes de tráfico, Se han hecho protocolos, cambiando leyes, de manera que hemos pasado de tener 5000 muertos al año en nuestras carreteras, a 1000. Y sin embargo, no hacemos lo mismo con este gravísimo problema“.
“Tampoco -ha dicho- cuidamos, ni ayudamos a los supervivientes de los suicidios, a sus padres, familia, amigos y hasta el médico que lo ha tratado previamente“. Es la llamada postvención suicida. Es que cada suicidio supone un impacto y un shock brutal para entre seis y veinte personas del entorno del suicida.
Romper con el tabú
Por eso cree que atajar los suicidios es una labor “en la que entran familia, amigos, pero también médicos de atención primaria, especialistas, maestros y profesores (ante los casos de suicidios de menores) y claro, también los periodistas“.
Para Díaz “es fundamental que los medios de comunicación se unan para informar de los síntomas, de las señales y, sobre todo, difundan las herramientas que tenemos disponibles para evitarlo“.
“Tenemos que romper con ese tabú, dejar de pensar que es un asunto absolutamente privado, cuando es una verdadera epidemia“, añadió: “Los medios de comunicación tienen que gritar que el suicidio no es una vergüenza. No tiene ninguna connotación moral negativa“.
El papel de los medios
El periodista Ángel Luis Mena, técnico de la Escuela Andaluza de Salud Pública, señaló que es habitual que los suicidios no aparezcan en las noticias: “Es una evidencia que los medios tenemos una obligación ante los suicidios, y podemos cumplirla jugando el papel del joven Werther, el joven romántico que se suicida, y que lleva a la imitación. Por eso nos dicen que no debemos dar datos sobre el suicidio, datos morbosos, con mucho detalle, porque está demostrado que cuando así aparecen en las noticias, hay réplicas a los tres días y luego a las dos semanas“.
Pero “La novedad es romper el tabú. Hablar, pero de forma correcta, del fenómeno Papageno (por el personaje de la Flauta Mágica, que no llega a suicidarse). Explicando qué alternativas hay, qué sistemas de ayuda, y respetando por supuesto al entorno de la víctima y el proceso de duelo“.
“No debemos repetirlo constantemente, ni tampoco contarlo de forma normalizada, y debemos tener especial cuidado, por ejemplo, al hablar del suicidio de menores, adolescentes o personas famosas, porque puede provocar empatía y que se multipliquen“.
Mena recordó las recomendaciones de la OMS:
- Que no vaya en portada
- Que no aparezca en titulares
- Que no aparezca en titulares la palabra suicidio, ni términos como “suicidio fallido”
- No usar datos grandilocuentes o abusar de adjetivos
- Usar datos fiables y estadísticas correctas
- No confundir suicidios con tentativas
- Respetar el duelo de los supervivientes
Plan Integral de Salud Mental
El taller, en el que participaron 74 personas, entre periodistas, estudiantes universitarios de diferentes grados y profesionales de trabajo social, la psicología y la psiquiatría, procedentes de varias provincias andaluzas y de Madrid, fue inaugurado por el delegado territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, José María Martín, quien destacó “la importancia de capacitar a los profesionales y concentrar esfuerzos para asistir a personas en riesgo de suicidio y a aquellas que se encuentran en una situación de duelo al perder a un familiar tras un suicidio” y recordó que la Consejería de Salud va a impulsar a lo largo de este año la formación de los profesionales de Atención Primaria para fomentar la capacidad de detectar, intervenir y derivar a los pacientes con conducta suicida.
Dentro del Plan Integral de Salud Mental de Andalucía (PISMA) han sido varias las acciones emprendidas para contribuir a la prevención del suicidio en los últimos años, señala la AP-APAL. Así, se han elaborado documentos dirigidos a profesionales sanitarios y a personas con ideación suicida y familiares. Asimismo se ha desarrollado un proyecto de investigación con el objetivo de mejorar las actuaciones de detección, atención y seguimiento de las personas con intentos de suicidio, mediante el análisis de la situación en dos distritos sanitarios de atención primaria con una alta mortalidad por suicidio.
Para avanzar en el conocimiento en cómo prevenir el suicido de forma efectiva, en el año 2012 Andalucía se integró como socio en el proyecto europeo ‘Euregenas’, que finalizó en el año 2014. ‘Euregenas’ tenía como objetivo la promoción de la salud mental y la prevención del suicidio a través de una estrategia de creación de redes locales y regionales e identificación de ejemplos de buenas prácticas. En el contexto de este proyecto se elaboraron diferentes guías y herramientas prácticas que han sido difundidos y están disponibles en la página web del Servicio Andaluz de Salud, en una sección dedicada a la prevención del suicidio con información y herramientas prácticas, dividida en diferentes apartados: para profesionales, para pacientes y familiares, y para medios de comunicación. De todo ello ofrecemos los documentos al final de este texto.
La Junta de Andalucía viene trabajando en red con distintos sectores implicados en la prevención del suicidio como el Teléfono de la Esperanza, la Asociación Alma y Vida, de padres en duelo y la ONG Justalegría de Málaga. En los próximos años, el Plan Integral de Salud Mental continuará abordando líneas de colaboración en cooperación con otros sectores para avanzar en la prevención. A nivel nacional, Andalucía participa en el grupo de trabajo de la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, sobre detección temprana, tratamiento y prevención de la reincidencia de las tentativas de suicidio.
Por su parte, en la presentación del taller, la presidenta de la AP-APAL y del CPPAA, Covadonga Porrúa, destacó la importancia de este taller para ofrecer herramientas a los periodistas que ayuden a tratar con rigurosidad y seriedad las informaciones sobre suicidios.
Documentos asociados para consulta o descarga:
- “Herramienta sobre Prevención del Suicidio para profesionales de los Medios de Comunicación” (Eva Dumon y Gwendolyn Portzky. Euregenas. Versión íntegra)
- Resumen “Herramienta sobre Prevención del Suicidio para profesionales de los Medios de Comunicación” (Eva Dumon y Gwendolyn Portzky. Euregenas)
- Prevención del suicidio, un instrumento para profesionales de los medios de comunicación”(SUPRE, iniciativa mundial de la OMS)
- El tratamiento del suicidio en la prensa española: ¿efecto werther o efecto papageno? (R. Herrera, M. B. Ures, J.J. Martínez)
- Detección precoz, tratamiento y actuación en el riesgo de suicidio(Curso de formación de Atención Primaria. Euregenas)
Enlaces asociados:
- Fundación Salud Mental de España. Orevensuic. La primera app en español para prevención del suicidio
- Proyecto Euregenas para prevenir suicidios
- Proyecto SUPRE
- Servicio Andaluz de Salud – Prevención del suicidio
En el abordaje de la crisis suicida por personas no entrenadas en el manejo de personas en riesgo de suicidio, se cometen diversos errores cuyo resultado puede ser el empeoramiento de la situación crítica y en el peor de los casos, la muerte por suicidio del individuo