Son tantos ya, que las cifras se pierden entre conteos ciudadanos, registros públicos, denuncias civiles, estadísticas gubernamentales y demás contadores de muertes y desapariciones en México.
Yolisbeth Ruiz García
Ni un muerto vale más que el otro, ni uno borra la memoria del otro, nadie será borrado con la sangre en la memoria de alguien más.
Sin embargo, los feminicidios se encuentran entre las muertes olvidadas. Hay quienes aún creen que la masacre de mujeres es asunto pasional o que son causa de la misma violencia que se vive en el país.
Esto, por ignorar que la violencia de género es un fenómeno terrible que implica la denigración de ser mujer. Las muertas por feminicidios son mutiladas en sus genitales, violadas, y humilladas en su condición de féminas. Se trata de la mayor manifestación de odio hacia el otro género.
Por estas razones, el Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidios (OCNF) acompañado de otras asociaciones, ha solicitado al Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (SNPASEV), que se declare Alerta de Género en por lo menos ocho Estados de México. La SNPASEV y los gobiernos locales han impedido que se apruebe este procedimiento en reiteradas ocasiones.
El OCNF ha declarado que los feminicidios son “delitos de estado” pues, hasta la fecha, las autoridades se han negado a reconocer este trágico fenómeno. Además, se habían negado a implementar los protocolos para investigar estos casos especiales, aun con las claras muestras de odio hacia el género y las cifras alarmantes; los feminicidios seguían considerándose como “homicidios calificados”.
Dentro de los avances que se han hecho en esta histórica cadena de ineptitud e impunidad, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) avaló la creación de los Protocolos de Investigación Ministerial, Policial y Pericial con Perspectiva de Género para el Delito de Feminicidio y para la Violencia Sexual, ya que la misma CIDH señaló como responsable al gobierno mexicano de violar los derechos humanos de las mujeres al no prevenir las agresiones y las muertes de tantas mujeres.
En la elaboración del documento, colaboraron distintas instituciones como la Procuraduría General de la República (PGR), Instituto Politécnico Nacional (IPN) y otras organizaciones especializadas, ONU-Mujeres entre ellas; quienes señalaron que con este protocolo “se resuelve una deuda pendiente a nivel internacional, y se avanza en el cumplimiento del Programa Integral para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, publicado en abril de 2014”.
Las Cifras
Según datos facilitados por el OCNF, entre 2010 y 2013, fueron asesinadas en México 3892 mujeres, y solo 613 casos fueron investigados como feminicidio. Solamente se sentenció al 1.6 % de los encausados. Es decir, otro factor que no abona para erradicar, o por lo menos controlar el feminicidio en México, es la impunidad, un lastre que arrastra todo el sistema judicial del país.
De los homicidios de mujeres que se han clasificado como violencia de género, solo el 20 % está vinculado con personas que conocía la víctima, en el otro 80 %, el victimario es anónimo. Esta estadística echa abajo la idea de las autoridades de que los feminicidios tienen un origen pasional o están relacionados con la violencia intrafamiliar, aspecto que, hasta la fecha, sigue sin reconocer el sistema legal mexicano.
Ante este panorama, múltiples asociaciones se han dado a la tarea de pedir a los tres niveles de gobierno que todas las muertes violentas de mujeres sean investigadas como feminicidios, sin embargo muchos estados no cuentan aun con este protocolo o se han negado a tipificar este hecho.
La declaración de Alerta de Género es una necesidad imperante en el país azteca, ya que se cuenta entre cinco a seis muertas por día con estas características, y los Estados de Veracruz, Chiapas, Sinaloa, Coahuila, el propio Chihuahua, Guerrero, Oaxaca son los de mayor incidencia, pero el Estado de México encabeza la lista con más de 12 muertas cada 24 horas.