Ética periodística en Uruguay

La Asamblea General de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) ha aprobado un Código de Ética de la Profesión Periodística, iniciativa que  consideran un paso histórico para la profesionalización de los comunicadores y la mejora de la calidad de información en los medios.

Según informa la agencia Cerigua, los ponentes de Código consideran que en los últimos años han proliferado en Uruguay una serie de situaciones, como el cierre de medios, la precarización de medios y la reducción de planillas, lo que ha provocado un deterioro en las condiciones de trabajo de los periodistas.

Dicho deterioro ha llevado a una pérdida de muchas prácticas éticas y a la necesidad de consolidar una serie de principios que sean de referencia para el ejercicio periodístico.

Además del Código de Ética se aprobó la creación de un Tribunal Arbitral, que estará encargado de la promoción, recepción de denuncias y de emitir decisiones; asimismo, podrá nombrar comisiones consultivas para analizar y estudiar asuntos referidos a la aplicación del código.

Entre los estatutos de este código se encuentra que los periodistas no deben difundir material falso, engañoso o deformado, en caso de hacerlo por error, se debe rectificar la información con el mismo énfasis empleado para su difusión, pidiendo las respectivas disculpas.

La cobertura debe diferenciar claramente la información verificada de la opinión; los periodistas deberán utilizar métodos honestos para obtener la información y deben evitar hacerse pasar por otra persona, grabar de manera clandestina llamadas telefónicas, utilizar cámaras o micrófonos ocultos o sobornar a testigos.

De igual manera, los comunicadores tendrán especial cuidado al difundir información que pueda perjudicar la integridad de las víctimas de hechos violentos o que pueda poner en riesgo el respeto a derechos básicos fundamentales consagrados por la legislación nacional e internacional de derechos humanos.

En caso de cobertura de crímenes, tragedias o accidentes, los periodistas deben ser respetuosos del dolor ajeno, evitando testimonios que revictimicen a las personas.

La APU, el Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública (CAinfo) y el Grupo de Medios y Sociedad (GMS) formaron parte de esta iniciativa, que fue patrocinada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a través del Programa Internacional para el Desarrollo de las Comunicaciones (IPDC).

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