Un sector de la izquierda propone no pagar la deuda pública de Cataluña

Mª Esther del Alcázar*

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Presupuestos con recortes para los trabajadores públicos y los servicios sociales, sin inversión para crear puestos de trabajo públicos, con privatizaciones masivas a precio de saldo… todo al servicio de pagar la deuda en los bancos, es la propuesta del Gobierno de la Generalitat de Catalunya.

Toda la argumentación de la Generalitat con estos presupuestos es que no hay más recortes. No es cierto: consolida todos los que se aprobaron el 2013 por decreto con la prórroga de los presupuestos CiU-PP del año anterior –reducción del 9,6% del gasto del 2012-, y además añade el nuevo recorte a las pagas de los trabajadores públicos –que ya han perdido de media el 30% de poder adquisitivo y ahora se les reduce otra vez de golpe el 7%. Con estos presupuestos, en los últimos 4 años, se habrán rebajado el 22% del gasto en enseñanza, el 16% del de sanidad, se consolida la pérdida de 10.000 puestos de trabajo públicos y el retroceso de las condiciones laborales (reducciones de jornada y sueldo a interinos, precariedad de las sustituciones en enseñanza).

Los presupuestos tampoco aportan inversión para crear puestos de trabajo. Y, a pesar de que Felip Puig dice que ya se ve el final de la crisis, Panrico lleva 60 días en huelga ante la amenaza de un ERE salvaje y SEAT sufrirá otro de más de 350 trabajadores/as. Y a pesar de todo, no se equilibra el déficit porque la deuda pública continúa subiendo.

Después de años de conciertos y externalizaciones (en la enseñanza se han incrementado un 6% los conciertos), los presupuestos 2014 añaden privatizaciones masivas sin identificar y que serán ventas de bienes públicos a precio de saldo. Pero aun así, Mas-Colell prevé que la deuda seguirá creciendo y en 2014 llegará al 30,3% del PIB.

La deuda es impagable…

Estos presupuestos prevén continuar el pago diario de 6 millones de euros en intereses de la deuda. Es decir 2.077 millones el año y 5.800 millones más en amortizaciones. ¡Y cómo que esto ya es impagable, se emitirá más deuda pública y acabaremos el año con 2.600 millones más de deuda, que llegará a los 62.350 millones! La política es seguir ordeñando la vaca del dinero público hasta donde sea posible. En los últimos dos años, sólo con la deuda pública española, la banca estatal –en parte, rescatada- ha sacado 17.300 millones de beneficios de la caja pública. Hay que cortar esta sangría cuando antes mejor.

Mas-Colell responde que hay que pagar las deudas. Pero de deudas hay muchas: con la banca, con las farmacias, con los trabajadores y trabajadoras de la administración, con la salud de las personas mayores, con los niños y niñas que se quedan sin beca comedor, con las familias que necesitan el PIRMI… Lo que hace falta es decir qué deuda va primero: si la de los bancos o la de la gente. Para CiU y ERC está claro que primero son las deudas con el capital financiero; si llega el FLA del Estado, pagan los farmacéuticos… y si no hay más, se recortan sueldos y servicios sociales.

¿Pero qué orden ponen otros, como PSC o IC-EUiA? Dicen que primero van las personas, pero no dicen que se deje de pagar la deuda… Al contrario, se tiene que seguir pagando, con una política impositiva “progresiva”, para impulsar el crecimiento y redistribuir

la riqueza. Los resultados los tenemos a la vista, porque todos ellos han participado en el gobierno estatal o en gobiernos autonómicos y son parte del problema actual. O cómo gobiernan en Andalucía con unas cifras de paro y miseria escalofriantes. ICV-EUiA habla de renegociar la deuda, es decir, alargar la hipoteca del futuro, para evitar el enfrentamiento con los intereses del gran capital.

… y además es ilegítimo. 

La deuda no se puede pagar, y además es injusto. Una parte de la izquierda defiende que hay que hacer una auditoría ciudadana para delimitar la parte ilegítima de la deuda (como los intereses de los bancos) de una supuestamente legítima y que se tiene que pagar.

Pero de hecho, toda la deuda es ilegítima, porque es producto de las políticas neoliberales de los 90 y 2000 –del PSOE y el PP- contra los trabajadores y se ha disparado con los planes de rescate a la banca. Son deudas contraídas para favorecer al gran capital, para dar exenciones fiscales a las grandes empresas…

Además, la idea de pagar una parte “legítima” y rechazar la ilegítima nos trae a la situación de Argentina o el Ecuador: cómo que una parte no se ha pagado, la otra, que se renegocia, sube los intereses y se convierte no sólo en un nuevo lastre tan grande como antes, sino que se eterniza. Hay que ser claros y, decir sin tapujos, que ni se puede ni se tiene que pagar la deuda, porque toda ella es ilegítima.

Los presupuestos se pueden derrotar

Hay que dar respuesta a las necesidades urgentes de la población trabajadora: puestos de trabajo, salarios dignos, sanidad y educación pública… Esto empieza parando estos presupuestos. El gobierno de CiU está en una posición débil y la movilización puede hacer tambalear el apoyo que le da ERC. Necesitamos una convocatoria de huelga de los sindicatos del sector público, en el camino de una huelga general, para pararlos.

Pero no es el único paso. Hay que dar respuesta al problema político de fondo y constituir un frente de organizaciones políticas, sindicales y sociales para decir no al pago de la deuda. Igual que defendemos una consulta donde el pueblo de Cataluña pueda decidir, queremos decidir qué se paga con el dinero de todo el mundo.

¡Queremos decidir, también, dejar de pagar la deuda!

*Mª Esther del Alcázar es militante de Lucha Internacionalista

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