El ajedrez es uno de los mejores deportes para ejercitar el cerebro y se juega hoy en día ampliamente en todo el mundo, sin importar la edad, lo practican desde niños, jóvenes hasta mayores.
El ajedrez es pues un juego de estrategia, habilidad e inteligencia y según algunos estudios, los beneficios son mayores en niños: «El ajedrez es el mejor juego para jugar en familia. (…) Además de mejorar las habilidades cognitivas, mejora la capacidad de resolución de problemas y ocupa la mente de manera positiva», señala el entrenador de fitness número 1 de Estados Unidos, Samir Becic.
Los beneficios de jugar al ajedrez por parte de niños y adolescentes entre otros son la concentración y el enfoque mejorados.
Jugar al ajedrez requiere una gran cantidad de concentración, ya que los contendientes deben pensar durante todo el tiempo anticipándose a su oponente y hacer el mejor movimiento posible en respuesta. El ajedrez puede mejorar la concentración y el enfoque no solo en el juego sino también en otras áreas.
Un estudio italiano, publicado en 2019, titulado ‘Efecto del entrenamiento de ajedrez en los procesos metacognitivos y el rendimiento académico’, señaló que entre los niños que comenzaron a jugar al ajedrez, aquellos que tenían un rendimiento más bajo mejoraron su aprendizaje a un ritmo mayor que los que habían tenido un rendimiento más alto.
Dicho estudio analizó a 85 niños de Primaria, 48 en un grupo experimental (con un programa de ajedrez de treinta horas) y 37 en un grupo de control con otro programa deportivo.
Los dos grupos no difirieron en su enfoque y uso de estrategias de estudio, y en su capacidad de recordar y comprender textos escritos; en cambio, los niños del grupo experimental, que jugaban al ajedrez, mostraron una mayor capacidad para representar un problema matemático y categorizarlo que los otros niños del grupo de control.
Otro estudio, publicado en Psychology in the Schools, encontró que jugar ajedrez puede ayudar a los estudiantes a desarrollar mejores habilidades de memoria, enfoque y concentración. El citado estudio también encontró que jugar ajedrez puede conducir a un mejor desempeño académico en áreas como lectura y matemáticas.
También se recomienda el juego para niños con TDAH. En este sentido, según la revista de información médica estadounidense Healthline, los estudiantes que participaron en un estudio en 2016 con un centenar de niños con TDAH mostraron una disminución del 41 por ciento en la hiperactividad y la falta de atención, después del curso de ajedrez.
También en Libano se hizo un estudio universitario titulado ‘Efecto de jugar al ajedrez en la concentración de alumnos de TDAH’, en concreto entre alumnos de segundo ciclo, entre once y trece años. Los estudiantes recibieron clases de ajedrez dos veces por semana. Los resultados mostraron una mejora en la habilidad, período de concentración, y en la capacidad de escucha.
Mayor creatividad
El ajedrez requiere que los jugadores piensen de manera creativa para idear nuevas estrategias y movimientos para burlar a su oponente. Esto puede ayudar a un jugador a desarrollar sus habilidades de pensamiento creativo y encontrar soluciones innovadoras a los problemas que pueden enfrentar tanto dentro como fuera del tablero.
El más que milenario juego ayuda y lleva a un pensamiento creativo propio. Esto sucede tanto en niños como en adultos. Jugar activa el lado derecho del cerebro, el lado responsable de la creatividad.
Un estudio en Estados Unidos siguió a estudiantes de los grados siete a nueve, que jugaban ajedrez, usaban ordenadores o desarrollaban otras actividades una vez por semana durante 32 semanas para ver qué actividad fomentaba el mayor crecimiento en el pensamiento creativo.
El grupo que practicaba ajedrez obtuvo la puntuación más alta en todas las medidas de creatividad, siendo la originalidad su principal área de éxito. El argumento es que se demuestra que los niños rompían lo establecido explorando nuevas formas en el tablero para ganar al oponente.
También los investigadores de una escuela en la India probaron las habilidades de pensamiento creativo de dos grupos de estudiantes. Uno fue entrenado en disputar partidas de ajedrez, otro no.
En unas pruebas pidieron a los estudiantes que propusieran usos alternativos para elementos comunes, y que interpretaran patrones y significados en formas abstractas.
Los estudiantes que jugaron ajedrez obtuvieron mejor resultado que los que no. Los investigadores concluyeron que el ajedrez aumentó la capacidad de los estudiantes para ejercitar el pensamiento divergente y creativo.
Función de mejora de la memoria
Los trebejistas deben recordar mucha información. Al jugar, hay que conocer previamente las reglas del juego, movimientos anteriores y posibles estrategias. Es necesaria la memoria para tratar de evitar errores anteriores o recordar el estilo de juego de un oponente en particular. Esto puede mejorar la función y la retención de la memoria, lo cual es beneficioso en muchas áreas de la vida.
Los buenos jugadores de ajedrez tienen una memoria y un rendimiento de la memoria excepcionales. Un estudio efectuado en Pensilvania a estudiantes de sexto grado encontró que los que nunca antes habían jugado al ajedrez mejoraron su memoria y sus habilidades verbales después de hacerlo.
Mayor paciencia, perseverancia y planificación
El ajedrez no es un juego para gente impaciente. Este juego requiere que los jugadores pasen mucho tiempo pensando y que sean muy pacientes y perseverantes frente a los contratiempos y desafíos. Esto puede ayudar a los jugadores a desarrollar esta importante habilidad para la vida y aplicarla a otras áreas de su vida.
Cada movimiento requiere previsión y actuar de manera sistemática. La paciencia permite a un jugador reducir las prisas.
Una de las últimas partes del cerebro en desarrollarse durante la adolescencia es la corteza prefrontal, el área responsable del juicio, planificación y autocontrol.
Dado que jugar al ajedrez requiere un pensamiento estratégico y crítico, ayuda a promover el desarrollo de la corteza prefrontal y ayuda a los adolescentes a tomar mejores decisiones en todas las áreas de la vida, evitando que tomen una decisión irresponsable y arriesgada.
Mejora de la resolución de los problemas
El juego del ajedrez es como un rompecabezas que enseña cómo abordar un problema. Se requiere un pensamiento rápido y la resolución de problemas sobre la marcha porque su oponente cambia constantemente los parámetros. Un estudio hecho en 1992 en New Brunswick, Canadá, dividió a 450 estudiantes de quinto grado en tres grupos. El grupo C que comenzó a jugar al ajedrez en primer grado superó al grupo A que no sabía previamente jugar al ajedrez en un 21,4 por ciento.
Mejora las habilidades de lectura
En un estudio, el doctor Stuart Margulies, de 89 años, siguió en 1991 el desempeño en lectura de 53 estudiantes de escuela primaria que participaron en un programa de ajedrez y los comparó con estudiantes que no jugaban en el distrito y en todo el país.
Encontró resultados definitivos de que jugar al ajedrez provocó un aumento en el rendimiento de lectura. En un distrito donde el promedio de los estudiantes obtuvo resultados por debajo del promedio nacional, los niños del distrito que practicaban el ajedrez aprobaron el examen.
Margulies es autor del que fuera el libro más vendido en Estados Unidos sobre ajedrez, ‘Bobby Fischer enseña ajedrez’. Editado inicialmente en 1966 ha editado 1.250.000 ejemplares hasta la fecha.
Por último, hay que tener clara la diferencia entre el juego presencial y el virtual o digital para los niños. En este sentido, el doctor y profesor asociado de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, Michael Rich, fundador de Digital Wellness Lab, que estudia los aspectos de la salud con la tecnología, advierte que no está claro que el ajedrez on line ofrezca algo más valioso que otros juegos on line.
«Todo depende de si alguien está jugando con paciencia y para aprender o simplemente por impulsos o emociones digitales rápidas», explica de forma didáctica.