La pérdida de hielo en el Ártico evidencia el cambio climático en la Tierra

Con pérdida de hielo y temperaturas cada vez más cálidas en el aire, la región ártica atestiguó de nuevo este año el cambio climático que experimenta la Tierra, destacó un reporte de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), informa la IPS desde Ginebra.

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El derretimiento de grandes capas de hielo continuó durante 2023, uno de los años más cálidos jamás registrados en la región ártica. © Sepp Friedhuber / Ecowatch

Las temperaturas del Ártico han aumentado al menos dos veces más rápido que las temperaturas globales desde el año 2000, con afectaciones sobre las personas, comunidades y ecosistemas de toda la región, indica la OMM en ese estudio, citando estudios de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (Noaa) de Estados Unidos.

El informe anual «Arctic Report Card» de la Noaa concreta que durante el verano boreal las temperaturas del aire en la superficie fueron las más cálidas jamás observadas e hicieron de 2023 el sexto año más cálido registrado en el Ártico.

Esa «amplificación del Ártico» es un fenómeno ampliamente reconocido, en el cual el calentamiento global causado por el hombre se amplifica en los polos, lo que hace que la región se caliente más rápidamente que el resto del mundo, derritiendo grandes masas de hielo y nieve, explica la OMM.

Las diecisiete extensiones de hielo marino del Ártico más bajas registradas ocurrieron, precisamente, durante los últimos diecisiete años.

El calor inusual en Groenlandia contribuyó a que el área acumulada de días de deshielo se acercara al récord histórico en la capa de hielo de esa isla danesa de 2,1 millones de kilómetros cuadrados entre los océanos Ártico y Atlántico.

El punto más alto de la capa de hielo de Groenlandia se derritió por quinta vez en 34 años de registros anuales.

El calor inusual en el norte de Canadá coincidió con precipitaciones inferiores a lo normal, lo que contribuyó a la temporada extrema de incendios forestales en la región y llevó grandes cantidades de humo hacia Estados Unidos.

Los mares poco profundos alrededor del océano Ártico se han calentado dramáticamente en las últimas cuatro décadas, según los informes. Y muchas regiones del océano Ártico continúan mostrando una mayor proliferación de fitoplancton oceánico.

En promedio, esas áreas se han calentado alrededor de dos grados centígrados durante la era de los satélites, parte de un ciclo de retroalimentación en el que el calentamiento de las temperaturas del aire y del agua reduce la capa de hielo marino.

Eso expone una mayor parte del océano a la luz solar directa, lo cual provoca un mayor calentamiento. La temperatura media de la superficie del mar en regiones entre 65 y 80 grados de latitud norte está aumentando a un ritmo de 0,5 grados centígrados por década.

Lugares que alguna vez estuvieron cubiertos de nieve durante casi todo el año se están descongelando a principios de la primavera. El invierno de 2022-23 trajo acumulaciones de nieve superiores a la media en el Ártico, pero desapareció en la primavera mucho más rápido que antes.

El calentamiento ha tenido impactos divergentes en distintos recorridos del salmón de Alaska: algunos con abundancia récord y otros una baja récord.

El salmón está madurando en tamaños más pequeños. Desde la década de 1970, el salmón chinook del río Yukón ha disminuido aproximadamente seis por ciento en la longitud media del cuerpo adulto y 15 por ciento en su fecundidad, lo que probablemente incremente la disminución de la población.

La disminución de la población de salmón ha provocado cierres de pesquerías, empeorado los conflictos entre usuarios e impactado en la cultura y seguridad alimentaria en las comunidades indígenas vinculadas a ese rubro durante milenios.

En el aire, la temperatura promedio en la superficie del Ártico el año pasado fue la sexta más cálida desde 1900.

Aunque la tundra ártica (región biogeográfica polar cuya vegetación es de bajo crecimiento) es en su mayor parte demasiado fría y seca para los árboles, es hogar de otras plantas que evolucionaron para sobrevivir a los inviernos gélidos.

Ubicada entre los bosques boreales y el océano, esta área de arbustos, musgos, líquenes, pastos y plantas parecidas a las hierbas llamadas juncos crecen en la capa relativamente delgada de suelo que se descongela brevemente en el verano ártico.

Pero a medida que el Ártico se ha calentado en las últimas décadas, los satélites han documentado un importante «enverdecimiento» de la tundra.

Rick Spinrad, administrador de la Noaa, dijo que «el mensaje principal del informe es que ahora es el momento de actuar. Debemos reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero (que calientan la atmósfera) que están impulsando estos cambios».

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