Se publican las conferencias que Torrente Ballester pronunció en Vigo en 1973
Entre el 20 y el 24 de agosto de 1973 Gonzalo Torrente Ballester pronunció en Vigo, en unas jornadas universitarias promovidas por la Caja de Ahorros de esta ciudad, cuatro conferencias sobre el género de la novela que permanecieron inéditas hasta ahora, a pesar de que la intención del escritor era publicarlas en un libro o a través de artículos en la prensa, como lo acreditan las correcciones que él mismo hizo sobre los originales mecanografiados.
Esas conferencias, acompañadas de otros textos inéditos, son las que ahora se recogen en “Teoría de la novela”, un libro con el que comienza su andadura la nueva editorial Deliberar, una iniciativa ciertamente original de la que hablaremos más adelante.
En “Cuadernos de un vate vago” (Plaza & Janés, 1982) Torrente Ballester ya nos había adelantado algunos de los procedimientos que utilizaba para elaborar las tramas y los desenlaces de algunas de sus novelas. Lo hacía de una manera muy simple, improvisada, como corresponde a unos textos fruto de la transcripción de grabaciones magnetofónicas que él mismo se hacía. Ahora profundiza en estos procedimientos pero además añade algunas consideraciones teóricas acerca del género de la novela y de su papel en la cultura contemporánea.
Cómo se hace una novela
Así pues, en “Teoría de la novela” se manifiesta, antes que el novelista, el Torrente Ballester académico y docente, ya que se trata de textos pensados para un auditorio de estudiantes de literatura y de lectores de novelas.
El punto de partida del profesor es el de la asunción de ese pacto no escrito entre el escritor y el lector por el que ambos aceptan, como si fueran verdaderas, las historias falsas que uno crea y el otro consume. Después de teorizar sobre Historia y novela (Torrente Ballester fue profesor de Historia y de Literatura), afirma que entre una obra histórica y una obra de ficción la única diferencia que podemos establecer es que una es real y la otra es ficticia. El interés de la novela, es decir, de una historia que el lector sabe que no es cierta, estriba según Torrente en el interés por el destino de los personajes, de unos seres que el lector sabe que son ficticios, que no existen, pero cuyo itinerario quiere conocer hasta el final. Introduce el concepto de “principio de convivencia”, para explicar esa relación que el lector establece con los personajes de una novela, para cuya creación Torrente concede una gran importancia a la intuición del artista, entendida como la capacidad de empatía que tiene con los personajes que inventa.
Torrente Ballester destaca en el proceso creativo de la novela dos elementos importantes para el escritor: la imaginación y la experiencia, y afirma que la imaginación, por muy fantasiosa que sea, siempre mantiene una cierta relación con la realidad, por eso aceptamos la literatura fantástica, porque se nos presenta de manera que pensamos (según el pacto establecido entre escritor y lector) que es real. En la creación de una historia ficticia el escritor mantiene con la realidad una relación que se manifiesta a través del inconsciente, que Torrente Ballester identifica con la “experiencia almacenada”, con la realidad por lo tanto. Pero no es la realidad la que sirve de materia inmediata al escritor, sino “la experiencia de realidad, inconscientemente transformada y convertida en materia imaginaria”.
Son muy interesantes las reflexiones de Torrente Ballester sobre la interpretación de una novela por parte de los lectores, dependiendo de la cultura de cada lector y del tiempo en que ese lector viva. Incluso caben distintas interpretaciones de un mismo texto por un mismo lector (“Cada vez que un señor lee el Quijote, el resultado es distinto”, dice). Torrente asume aquella afirmación de Unamuno de que a veces la interpretación del lector no coincide con la del escritor porque el libro, una vez publicado, ya no pertenece al escritor, ya es del lector.
Además de las cuatro conferencias, el libro incluye dos textos muy relacionados con el tema del ciclo, “Realismo y realidad en la literatura contemporánea” y “El proceso creador de una obra de ficción”. En ellos insiste Torrente Ballester en que la materia de que se compone la novela no es la verdad sino la realidad: “Hay la realidad de la fórmula matemática, la realidad de la idea abstracta, la realidad del ensueño, la del proyecto e, incluso, la realidad de la mentira”. La realidad, la experiencia personal, la sensibilidad artística, son los elementos fundamentales que Torrente Ballester destaca en un escritor de novelas.
Textos para deliberar
Además de una introducción a cargo de la profesora Carmen Becerra, directora de la Fundación Torrente Ballester, en la que profundiza en la obra del novelista como “experiencia de la realidad convertida en materia imaginaria”, el libro incluye otros textos de autores que comentan los contenidos de las conferencias de Torrente Ballester y no siempre (esta es la novedad de estos textos) de manera panegírica, como suele presentarse en ediciones similares. A los elogios del artículo de la escritora Carmen Martín-Gaite (una de las asistentes a aquel ciclo de conferencias de 1973) suceden las críticas fundamentadas a algunos de los argumentos de esta teoría de la novela según Torrente Ballester a cargo de la escritora Cristina Sánchez-Andrade, quien cuestiona la idea de “talento” expresada por Torrente Ballester y, a diferencia del autor de “Los gozos y las sombras”, destaca la importancia del oficio en el escritor. Incluso cita textos de Natalia Ginzburg, Edith Wharton y Flannery O’Connor que considera de más valor para la teoría de la novela. Por su parte, el profesor Stephen Miller, uno de los expertos extranjeros en la obra del escritor español, se pregunta si algunas de sus últimas obras (“La princesa durmiente a la escuela”, “Quizá nos lleve el viento al infinito” o “Yo no soy yo, evidentemente”), están a la atura de “Don Juan” o de “La saga/fuga de JB”, algo que sólo el tiempo podrá dilucidar.