La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara (México), ha tenido este año como invitada de honor a España. La participación española, con el lema «Camino de ida y vuelta», ha estado dirigida por el Ministerio de Cultura a través de la Dirección General del Libro, del Cómic y de la Lectura y Acción Cultural Española.
La Feria ha sido un rotundo éxito: 907.300 visitantes, casi cincuenta mil personas más que el año pasado; 2763 editoriales cuando en 2023 fueron 2469; 632 presentaciones de libros; 210 actividades y 2700 periodistas acreditados.
España ha batido récords como invitada de honor de la FIL. Sergio Ramírez, comisario literario del programa, ha definido la participación española como un «proyecto de Estado que excede la literatura».
Los «caminos de ida y vuelta», entre América Latina y España, son los que, a lo largo del tiempo han contribuido de manera determinante a la creación de relaciones económicas, personales, familiares y sociales y al establecimiento de vínculos políticos, económicos, sociales y culturales y hasta de valores comunes entre ambas regiones, lo que se incrementa si pensamos en México y España.
El ministro Ernest Urtasun ha destacado el hecho de que la Cultura sea un motor paras entrelazar vínculos entre México y España, lo que es muy positivo en estos momentos. Por su parte Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, ha destacado que la literatura nos enseña que la razón y los sentimientos son inseparables, lo que no deben olvidar los especuladores y los conquistadores.
En otras palabras, la FIL más importante de habla española y la FIL más española, ha sido una apuesta por la cultura para curar las heridas diplomáticas entre México y España.
En un libro de varios autores, de reciente aparición, titulado Las singladuras pendientes entre América Latina y Europa. Horizonte 2030 (Francisco Aldecoa y José Ángel Sotillo (eds.) y prólogo de Josep Borrell. Movimiento Europeo y editorial Catarata), Ramón Jáuregui, presidente de la Fundación Euroamérica, en el texto titulado «La relación Europa-América Latina: Una ecuación no resuelta. Ideas para reforzarla» se refiere a la necesidad de «conciliar nuestras respectivas miradas sobre nuestro pasado histórico». Pues bien, para eso puede servir también la revalorización de un pasado no tan lejano y que hermana a España con los países latinoamericanos y especialmente con México.
Hace un mes se presentaba en el Instituto Cervantes el Observatorio Global del Español (OGE), con la presencia del ministro José Manuel Albares y el presidente riojano Gonzalo Capellán, y en ese evento, García Montero afirmaba: «Los vínculos de la cultura española y mexicana son muy sólidos, ahora más que nunca y al margen de cualquier coyuntura caprichosa».
En la FIL el Instituto Cervantes y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han firmado un convenio para poner en marcha el Observatorio del Español para América Latina y el Caribe, que dependerá del OGE y que analizará el tratamiento de la lengua en la enseñanza y las nuevas tecnologías en la región.
El exilio español en México
La FIL ha sido también una puesta en escena de lo mucho que México debe al exilio español. Al decir de Enrique Krauze: «Las humanidades mexicanas son inimaginables sin los aportes de los intelectuales españoles».
Pues bien, en España todavía no hemos valorado suficientemente esa aportación a la hora de comprender a los países del otro lado del Atlántico.
Fue significativo el conversatorio sobre «El exilio español en México», organizado por el Ateneo Español de México declarado hace unos meses «lugar de memoria democrática» por el ministro español de Memoria Democrática Ángel Víctor Torres, con la participación de Marisol Schulz, directora de la FIL, Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del expresidente Lázaro Cárdenas, Teresa Álvarez Aub, nieta de Max Aub, Juan Luis Bonilla Rius, presidente del Ateneo, la escritora e hija de exiliados Angelina Muñiz-Huberman y el escritor, también hijo de exiliados, Jordi Soler, quien llamó a resolver diferencias entre los dos países: «México y España son tan parecidos que ternemos la impresión de que ya está todo hecho, pero no es así. De otra forma no tendríamos ese ciclo malentendido cuya manifestación última ha sido la carta del expresidente López Obrador al Rey de España. Hace falta conversación, un diálogo como el que ya sostienen los artistas y los empresarios de ambos países, una multitud de conversaciones como las que vamos a tener en la FIL los escritores de ambos países. Eso es lo que hace falta, un intercambio sistemático y continuado que lleva varios siglos en el mundo de la cultura a todos los niveles de las sociedades de ambos países, para que los mexicanos dejen de creer que los españoles del siglo veintiuno son los representantes de Hernán Cortés y para que los españoles aprendan de una vez por todas que México se escribe con equis, no con jota, y que somos un país norteamericano, no sudamericano, como insisten los medios de comunicación españoles».
Y si hay algo importante en las relaciones entre países es la reciprocidad. Por eso la cultura mexicana tendrá un espacio propio en la Conferencia Mundial de Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible (Mondiacult 2025), que se celebrará del 29 de septiembre al 1 de octubre de 2025 en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB), de la misma manera que lo tuvo España, representada por el exministro de Cultura Miquel Iceta, durante la Mondiacult de México de 2022.
Así lo han acordado Claudia Curiel de Icaza, secretaria de estado de Cultura del Gobierno de México, y el ministro español Urtasun, evidenciando una vez más que son culturas hermanas con una histórica relación de amistad consolidada a lo largo del tiempo.
Un programa de cooperación cultural conjunto está en marcha. La secretaría de Cultura de la Ciudad de México organiza la exposición «Exiliados de España. Artistas de México», que se podrá visitar hasta el 27 de abril en el Colegio de San Ildefonso de México. Por cierto, que la UNAM ha creado la cátedra María Zambrano para honrar la vida y la obra de la filósofa española exiliada en México, en colaboración con el Instituto Cervantes y la Universidad de La Habana y que será dirigida por la escritora argentina, naturalizada mexicana, Sandra Lorenzano.
No nos cabe duda ministro Albares, pensando en la Cumbre Iberoamericana de 2026, que además de alinearnos con los intereses de América Latina y el Caribe y presentar el Cuarto Plan Cuatrienal de la Cooperación Iberoamericana 2026-2030 con la disposición de superar los problemas existente hoy en el denominado «espacio iberoamericano», deberíamos hacernos un favor como españoles; a saber: ampliar la cultura, el conocimiento y la conciencia sobre América Latina.
Me viene a la cabeza un artículo no muy lejano de Ricardo Tejada titulado «José Luís Abellán (1933-2023): puente del exilio y pensador en el erial», quien además de recordarnos obras de como «Filosofía española en América, 1936-1966» (1967), «El exilio español de 1939» (seis vols. 1976-1978) o la «Historia crítica del pensamiento español» (1979-1991), ponía el acento en el papel que jugó Abellán en la recuperación del legado del exilio y como mediador entre los pensadores exiliados y los que vivían en España.
La vida y la obra de los exiliados españoles, es útil para una mejor comprensión de los países latinoamericanos y, en particular, de las relaciones entre México y España.