Echando mano del baúl de los recuerdos y desempolvando la Orden de Vasa, una condecoración que no se concedía desde hace casi medio siglo, el pasado 31 de mayo de 2024 el rey de Suecia, Carlos Gustavo XVI, presidió en el palacio Real de Estocolmo la ceremonia de entrega de la medalla conmemorativa de la Orden Real de Vasa al grupo ABBA «por sus excepcionales logros en la música sueca e internacional».
Agnetha Faltskog, Benny Andersson, Björn Ulvaeus y Anni-Frid Reuss son los cuatro miembros del grupo ABBA, ganadores del Festival de Eurovisión 1974 con la canción «Waterloo», y posteriormente autores de canciones multimillonarias –en escuchas y en ventas- como «Mamma Mia» (1975), Dancing Queen (1976) o «The Winner Takes It All» (1980).
Los cuatro intérpretes, que en 1974 eran dos matrimonios que grabaron ocho álbumes llenos de clásicos pop que siguen sonando en discotecas y emisoras de radio, en 1982 se divorciaron deshaciendo el grupo y algunos continuaron un carrera en solitario.
Ahora se han vuelto a reunir para protagonizar la fotografía que les inmortaliza recibiendo, cincuenta años después de su triunfo en Eurovisión, la Orden de Vasa, un galardón que desde 1975 no se concedía a ningún ciudadano sueco (quedó reservado para los extranjeros) porque el Parlamento lo desterró por considerarlo «demasiado anacrónico». Ha sido ese mismo Parlamento el que ha decidido restablecer la tradición en 2024.
La Orden Real de Vasa fue creada en mayo de 1772 por el rey Gustavo III de Suecia para recompensar a personalidades que hubieran rendido importantes servicios al Estado y a la sociedad, especialmente en los terrenos de la agricultura, el comercio, la metalurgia y las artes.
En la ceremonia de este año, han sido trece los suecos galardonados, entre ellos dos Premios Nobel: el médico biólogo y antropólogo especializado en paleogenética humana Svante Paäbo, «por sus descubrimientos de los genomas de nuestros parientes extintos más cercanos, los neandertales y los denisovanos, y sobre la propia evolución de los humanos»; y la francosueca Anne L’Huillier, profesora de Física Atómica en la Universidad de Lund, quien compartió el Nobel con el francés Pierre Agostini y el austrohúngaro Ferenc Krausz «por sus métodos experimentales que generan pulsiones de luz de attosegundos (attosegundo: unidad de tiempo equivalente a la trillonésima parte de un segundo) para el estudio de la dinámica de los electrones en la materia».