Ajedrez y gastronomía van unidos en muchos aspectos. En esta ocasión se dieron cita en el primer torneo ‘Ajedrez y Trufas’ en la localidad francesa de Lalbenque, al sur del departamento de Lot, región de Occitania. Se trata de un evento único en el mundo del ajedrez que dio a conocer la cocina francesa.
El domingo 16 de febrero en la sala Miramon del pueblo de Lalbenque tuvo lugar un evento único, que fusionó el arte estratégico del ajedrez con los sabores incomparables de la trufa negra de Quercy. En el corazón de la capital francesa de la trufa, ajedrecistas y amantes de la gastronomía se dieron cita para pasar un día inolvidable, donde reflexión y refinamiento fueron de la mano.
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El organizador fue el club de Ajedrez de Lalbenque que invitó a todos los jugadores de Occitania a participar en este primer torneo ‘Échecs et truffes’ que combina el tablero con una delicia gastronómica. El club local, creado en 2023, y que preside Daniel Boukez, lleva entre sus lemas una frase del que fuera campeón mundial el cubano José Raúl Capablanca (1888-1942): ″Se aprende más de una partida perdida que de cien partidas ganadas”.
La Federación Francesa de Ajedrez (FFE) avaló este torneo rápido que reunió a un total de 60 jugadores aficionados y experimentados en siete rondas, en el sistema suizo en 15 minutos, más tres segundos por jugada.
La alcaldesa de Lalbenque, Liliane Lugol, asistió mostrando el apoyo municipal a un acto que congregó a más de 200 personas, donde además, hubo animación gastronómica y degustaciones de productos regionales durante toda la jornada.
Los ganadores del torneo fueron recompensados, de forma original, con las trufas negras de Quercy. El primer premio con 150 gramos, el segundo, 100 gramos y el tercero, 75.
Además se otorgaron premios suplementarios de 50 gramos de trufa negra, a los mejores jugadores, respectivamente, de las siguientes categorías, 1800, 1600 y 1400 puntos Elo.
Este torneo de ajedrez en febrero coincide con el calendario de recolección de trufa negra conocida en Quercy como ‘el diamante negro’ y que desde 2020 figura como patrimonio inmaterial de Francia.
La trufa negra se vende a 600 euros el kilo en el mercado mayorista llegando a alcanzar los 900 euros en comercios o restaurantes.
Lalbenque es una localidad de 1878 habitantes según el censo de 2022.
Trufa negra
La trufa negra (Tuber melanosporum), apodada ‘diamante negro’ es un hongo subterráneo que surge de la simbiosis entre las raíces de determinados árboles, especialmente roble o avellano. Esta preciada trufa requiere unas condiciones ambientales muy específicas.
Crece en suelos calcáreos, bien drenados y aireados. Los alrededores de Lalbenque constituyen un terruño ideal. Estos suelos se encuentran en las mesetas de Quercy (su Parque Natural Regional Causses del Quercy fue declarado Geoparque Mundial por la Unesco desde 2017).
Desde el siglo XIX se desarrolló el comercio de trufa en la zona. Hoy en día la producción oscila entre cinco y diez toneladas anuales.
La trufa negra de Quercy se encuentra en invierno, entre diciembre y marzo. Su recolección se realiza mediante perros truferos o cerdos entrenados para detectar su cautivador aroma. Es muy apreciada por chefs y gourmets, ya que realza numerosos platos. Con las tortillas, pastas y salsas aportan un toque de lujo y elegancia a la cocina francesa.
Otras especialidades gastronómicas de la zona son el cordero de Quercy, queso Rocamadour, ‘pastis’ gascón y los vinos de Cahors y Coteaux du Quercy.