La vuelta al mundo en 80 vinos /24. Casta Diva Cosecha Miel

“Mas aguarda a que te traiga vino, dulce como la miel…” 

–Homero, Ilíada 6, 258

Hay vida más allá del monumental fiasco político de Madrid 2020. Rafa Nadal redimió a España por doble partida, primero poniendo en vergüenza a los gobernantes del PP al declinar el ofrecimiento de venir a Madrid en un vuelo privado con cargo al Estado para incorporarse a la Copa Davis y después conquistando el US Open con su espectacular victoria contra Djokovic. “Tal y como está el país no creo que sea el momento de hacerle pagar un viaje al Estado”, dijo el tenista. Aleluya. Gestos como este para la historia se merecen el mejor de los brindis posibles del mundo mundial. Sí o sí: Casta Diva Cosecha Miel.

“El vino templa los espíritus y adormece las preocupaciones, revive nuestras alegrías y proporciona aceite a la efímera llama que es la vida”, dejó escrito Sócrates. “Si bebemos con moderación”, continúa, “el vino destila hacia nuestros pulmones como el rocío de la mañana, no viola nuestra razón, sino que nos lleva a una dulce alegría.”

Una dulce alegría. Ahí estamos; nos la merecemos… a pesar de los políticos.

Dicho y hecho, aunque teníamos previsto visitar la bodega en octubre -como así solicitaremos-, la fuerza de los acontecimientos recientes abre paso en nuestra vuelta al que es, uno de los mejores vinos de postre del mundo, Casta Diva Cosecha Miel.

“El vino”, José Ortega y Gasset ‘dixit’, “da brillantez a las campiñas, exalta los corazones, enciende las pupilas y enseña a los pies la danza.”

La danza… y el canto:

“El vino mueve la primavera, / crece como una planta la alegría. Caen muros, peñascos, / se cierran los abismos, / nace el canto.” (Pablo Neruda, en Oda al Vino).

“España, el bello país del vino y de las canciones.” Johann Wolfgang von Goethe, Fausto.

Y la literatura:

“El vino siembra poesía en los corazones.” Dante Alighieri.

Ahí estamos. “Las gentes del Mediterráneo”, dejó escrito el historiador Tucídides en el siglo V a. C., “empezaron a emerger del barbarismo cuando aprendieron a cultivar el olivo y la vid”. Dos mil quinientos años de cultura del vino no tocan en una tómbola. El terruño está ahí, las vides también, por lo que a los viticultores solo les cabe mejorar lo presente.

No es, pues, por casualidad que el Casta Diva Cosecha Miel sea considerado unánimemente como el mejor Moscatel de España, el vino de postre que fue seleccionado por la Casa del Rey para el banquete de bodas de los príncipes de Asturias Felipe de Borbón y Letizia Ortiz Rocasolano.

Detrás del Casta Diva está el marino Felipe Gutiérrez de la Vega, quien inició en 1972 en Parcent, La Marina Alta, Alicante, la elaboración de sus moscateles, tintos y rosados para consumo propio, de la familia y amigos, que no empezaría a vender hasta 1984. Su aventura vitivinícola gestó el moscatel Casta Diva, que ha venido dedicando a una serie de artistas como Homero, María Callas, Camilo José Cela, Montserrat Caballé o James Joyce, entre otros. El vino toma el nombre de la famosa aria de la ópera Norma de Vincenzo Bellini. Es, por tanto, un vino eminente, gloriosamente literario.

Un respeto, pues, porque pocas veces la leyenda de la contraetiqueta de un vino le retrate con tamaña precisión a la par que belleza literaria:

“La Marina Alta es una comarca privilegiada para el cultivo de la vid. El viento marino refresca, durante el verano, la viña, abancalada en innumerables terrazas, otorgándole la humedad precisa, que hace innecesario cualquier tipo de riego.”

“El Casta Diva Cosecha Miel es el vino dulce de moscatel resultado de una cuidada elaboración y una esmerada crianza en barriles de roble. Ideal para los que aman la aterciopelada suavidad y la exótica orientalidad del Moscatel de Alejandría. Como todo lo bueno en la vida, este vino deja poso.”

Con el ruido del vino en la copa (oído) empieza el ceremonial de la cata para los cinco sentidos. Las cartas profesionales de colores hacen justicia al amarillo cuando aciertan a reproducir el brillante amarillo dorado del Casta Diva Cosecha Miel en copa con su inconfundible lágrima abundante (vista). Ahora toca a los restantes tres sentidos apreciar este gran vino: nariz extraordinariamente fina con matices de miel seca con flores de azahar y jazmín con regusto de vainilla dulce de madera nueva (olfato), una exquisita suavidad aterciopelada (tacto), para rematar con su paso en boca amable, ‘literario’ y ‘cantante’, goloso en su justo punto sin empalagar (gusto). ¡Aleluya!

En conversación con Sancho, don Quijote hace un canto precioso, sublime a la libertad, “uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos”. Pero si bien sigue siendo ciertísimo que “con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre”, después de la libertad hay cosas hermosas, maravillosas en la vida, como el propio Cervantes dejó cumplida constancia en sus escritos. Una de ellas es que te regalen un Casta Diva. O regalarlo tú, por aquello de predicar con el ejemplo y enseñar al que no sabe.

………