Vinos alemanes (en tres actos)

La vuelta al mundo en 80 vinos /33

“Wer nicht liebt Wein, Weib, und Gesang, Der bleibt ein Narr sein Lebenlang.”
«Aquel a quien no le gusta el vino, las mujeres ni el canto, será un necio toda su vida.»
Martín Lutero.

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«Wein, Weib und Gesang», Vino, mujeres y canciones

I

No hay error. El argumento para el vals Vino, mujeres y canciones, op. 333 (1869) de Johann Strauss, hijo, le vino servido en bandeja por la famosa sentencia de la que fue autor hace ahora cinco siglos el reformador Martín Lutero. Y es que además de probo productor monacal de cerveza para el consumo –que en este caso empezaba, como mandan los cánones, por él mismo–, el doctor Martinus era un devoto consumidor del fruto de la vid hasta el punto de dejar dicho y escrito que “la cerveza está hecha por hombres; el vino, por Dios”. Casi nada.

El vino sana el cuerpo y alegra el espíritu

El Lutero al que detractores aún hoy crucifican porque “cogía el laúd y se iba de tuna por las tabernas, a reír, a cantar, a beber el trago de la vida hasta el fondo de la copa” era un currante de cuidado que alternaba las largas horas de traducción del Nuevo Testamento al alemán común en el Castillo de Wartburgo donde estaba confinado (de día) con discretas escapadas nocturnas de solaz a las tabernas. Allí, una vez “regada la plaza” con la pertinente jarra de cerveza, tocaba el turno a las relaxing copas de vino, alemán, por supuesto, y de su propia región, la “Toscana del Norte” en el Estado de Turingia en la Alemania Central.

Otro entregado consumidor famoso de vino alemán, en este caso el Riesling del Rin, este mejor tratado por los historiadores, fue el mismo emperador Carlos, primero de España y quinto de Alemania. Teniendo como tenía en el hispano suelo patrio espléndidos verdejos, ribeiros y albariños no menos legendarios ya desde la Edad Media que los afamados vinos del Rin, el emperador, ay, amaba con tanta pasión como desmesura el vino alemán.

Hoy precisamente es el día grande del Vino en la citada región vitinícola de la “Toscana del Norte” entre Halle y Eisleben, ciudad natal de Lutero, unidas por la carretera Lutherstrassse, la Ruta de Lutero, también denominada Weinstrasse durch den Lutherstätten, esto es Ruta del Vino por los Sitios de Lutero que atraviesa el paraje sublime de los lagos de Mansfeld.

Una senda de peregrinación a las raíces de la Reforma Protestante… y a las delicias y placeres del vino, como disfrutarán esta noche romántica los alegres comensales del menú degustación y cata de vinos a bordo de botes surcando los lagos al claro de luna. Maestro, música.

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VDP; Verband Deutscher Prädikatsweingüter, asociación alemana de bodegueros de vinos de calidad

Y de los vinos alemanes, ¿qué? Buena pregunta, a la que después de esta necesaria introducción luterana intentaremos desgranar respuestas en el próximo artículo. Por lo pronto, lo primero que hay que mirar al comprar un vino alemán es si en la cápsula lleva el logotipo del águila con un racimo en el centro con la sigla VDP. Esta es la garantía de calidad que nos indica que el vino se rige por las normas de esta asociación alemana de bodegueros de vinos de calidad (Verband Deutscher Prädikatsweingüter).

Entre los Prädikatsweine, vinos con calificación, se distinguen en base a los grados de azúcar seis categorías que, de menos a más, son estas: Kabinett, Spätlese, Auslese, Beerenauslese (BA), Trockenbenerauslese (TBA) y Eiswein.

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Botella de colección de Mosela-Sarre-Ruwer

II

Paradojas de la vida, mientras que a día de hoy en España, primer productor mundial de vino, el consumo por persona y año no pasa de los 19,9 litros, en Alemania, patria de la cerveza, el consumo de vino en el siglo XV alcanzaba la más que respetable cifra de 120 litros por persona. Un récord que no alcanza ni de lejos el Estado en el que actualmente más vino se bebe: el Vaticano, con 74 litros por persona. Con sus 25,1 litros de vino consumidos por persona y año, Alemania está lejos de las cifras de consumo de los países que siguen al Vaticano: Francia (47,7 l/p), Portugal (42,5 l/p) o Italia (37,1 l/p), pero aventaja a España (y eso sin contar el vino que los ciudadanos federales beben fuera del país).

De sorpresa en sorpresa, no faltan viñedos en Alemania: unos treinta mil, de ellos 300 Grosslagen o grandes viñedos, ni uva: cerca de 140 variedades, 40 para vino tinto y 100 para las variedades de vino blanco. La Riesling lidera la superficie total de viñedos –el 20,2 por 100–, seguida de cerca por la Müller-Thurgau con el 14,7 %.

El vino del Rin encumbra a Alemania como productora de los que figuran entre los mejores blancos del mundo. El principal problema con que se encuentra el consumidor no iniciado está en descifrar la complicada nomenclatura de los vinos alemanes –cosa que abordaremos la semana que viene–. Pongamos que una solución nada profesional pero sí rápida y efectiva es fijarse en el color de la etiqueta: si bronce, bueno; si plata, mejor; si oro, el mejor de todos.

El Rin, sobre todo la comarca de Rheingau entre Wiesbaden y Rüdelsheim, se lleva la fama, pero los mejores blancos son sin duda los de sus afluentes Sarre y Mosela, y de este a su vez su afluente Ruwer. Si encuentran un Mosela blanco de la añada 1971 pueden invitar a celebrar el que dicen que es el mejor vino blanco del Mosela, del Rin, de Alemania y del mundo mundial.

Ni que decir tiene que la degustación perfecta es la que puede hacerse in situ a finales de verano en época de vendimia por el paisaje de viñedos en las laderas por las que serpentea el Mosela que dan al sur y que conforman uno de los paisajes más bellos del mundo.

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Mosela, verde; Rin, marrón

Otro consejo pedestre para el consumidor no familiarizado con los vinos del Rin es fijarse en la forma y el color de las botellas, esbeltas, de cuello largo: pardo rojizo pálido para el Rin, signo de un vino suave, dulce y pleno de aromas como un jardín de flores; y verde frío, el color de la fruta refrescante y ácida para el Mosela. Así, el Rin es a melocotón lo que el Mosela a manzana. Fragancia pura de huerto del Paraíso a orillas del Vater Rhein (Padre Rin).

Los Riesling alemanes ganan devotos y devotas propagandistas por la cuadratura del círculo que forma una conjunción singular, única e inconfundible de color, transparencia, aroma y sabor. La escala Oechsle en los 10 grados como punto de equilibrio perfecto entre alcohol y azúcar está detrás de los vinos blancos alemanes como garantía de que en términos sensoriales estamos ante vinos que procuran un auténtico deleite al olfato y al paladar.

Una obra de arte en una botella ora verde, ora marrón.

Botellas, en cualquier caso, que… duran poco.

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Paisaje del Mosela

III

Rhein in Flammen, esto es, el Rin en llamas. Durante todo el verano, el vino es el protagonista a lo largo del Rin: fiestas de la vendimia, catas, rutas del vino, espectáculos, conciertos de rock y jazz, cursos de cocina, seminarios de etiqueta… El vino manda. No es para menos. Sin duda para celebrar como Dios manda la Copa del Mundo de Fútbol, la cosecha de este año se presenta excepcional. De ahí que el Rin arda en fuegos artificiales.

Tras un invierno templado, con más de 1.800 horas de sol, este año la primera brotadura de las vides se registró el 7 de abril, lo que pulveriza en una semana entera el récord existente de 14 de abril de los años 2007, 2009 y 2011. 2014 se encumbra en la historia del vino del Rin al lado de las míticas añadas de 1981 y 1974. El descomunal derroche pirotécnico, ya digo, se extenderá hasta octubre.

Entra como el agua fresca el vino del Rin. Españoles y alemanes tenemos un ejemplo imbatible en el emperador Carlos, quinto nuestro y primero de ellos. Lo cuenta un inglés coetáneo, Roger Asham, autor del Toxophilus, un libro clásico sobre el arte de la arquería, quien, según desveló en su día en su blog Manolo Saco, tuvo en 1551 un encuentro con el emperador del que salió impresionado por la insaciable sed de Carlos.

Fruto de aquel encuentro escribió: “Bebió cinco veces durante el ágape, pero es que en cada sorbo sopló no menos de un cuarto de galón”, esto es, más o menos un litro de cada trago, lo que hace un total de casi cinco litros de vino del Rin, “para irse calentito a dormir la siesta”, apunta Saco, “y, de paso, alimentar la gota que le torturaba y que habría de llevarle a la tumba”.

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Etiqueta ‘Nacktarsch’, «culo desnudo»

Con el buen vino hay que ser serios y poner remedio a los excesos. Una leyenda simpática de los vinos del Rin es la del Nacktarsch, literalmente culo desnudo. Hay varias versiones, pero la más ‘ad hoc’ es la que cuenta que unos niños fueron pillados in fraganti por el bodeguero dando cuenta del vino de los barriles. El remedio para disuadirles de volver a infringir la norma no fue otro que el del azote en el culo, previa bajada del pantalón del crío, claro está. Hoy florece un negocio boyante con la impresión de etiquetas personalizadas con la estampa de la azotaina.

¿Y las dichosas categorías de los vinos alemanes? Helas aquí:

Kabinett.- Es la categoría de partida, el vino tradicional suave con menos grados de azúcar (67-85º Oechsle). Para beber ya (pero no tan ansiosos como el emperador).

Spätlese.- (Vendimia tardía). 76-95º Oechsle. Vino de gradación alcohólica, con un toque de acidez que agradece dormir unos añitos en botella a la sombra.

Auslese.- Vendimia seleccionada (83-105º Oechsle). A partir de esta categoría, palabras mayores: las uvas están afectadas de botrytis cinerea (podredumbre noble). Grado de azúcar notable que contrarresta una acidez excelente.

Beerenauslese (BA).- “Bayas seleccionadas”. 110-128º Oechsle). Delicioso vino dulce, fruto de la selección manual de bayas atacadas por la podredumbre noble.

Trockenbeerenauslese (TBA).- “Uva pasa seleccionada”. Más de 150º Oechsle. El súmmum de los vinos dulces alemanes. Escaso y caro, un excepcional vino de postre.

Eiswein.- Vino de hielo. 110-128º Oechsle. Vino hecho de uva helada (-7º C) con una fuerte concentración de azúcar. Prosit! (“¡Salud!”). O menos formal, si estamos entre amigos o en confianza, Prost!

………

Manuel López. La vuelta al mundo en 80 vinos
39. Acústic Rosat
38. Naranjas Azules Garnacha 2013
37. Marqués de Riscal Rueda Verdejo 2013
36. Mauro Cosecha 2011
35. Juve & Camps Xarel.lo Essential
34. Elogio del terruño
33. Vinos alemanes (en tres actos)
32. Francis Coppola
31. La Tremenda
30. El Paraguas Atlántico
29. Tinto Pesquera
28. Cune
27. Montecastro
26. Tiempo de vendimia
25. Mara Martín
24. Casta Diva Cosecha Miel
23. Castillo de Liria
22. Dinastía Vivanco (y 2)
21. Dinastía Vivanco (1)
20. Señorío de Rubiós (tinto)
19. Señorío de Rubiós (blanco)
18. Valduero
17. Arnalte
16. Viña Meín
15. Vino de mesa Consum
14. Pago de Tharsys (y 2)
13. Pago de Tharsys (1)
12. House of Mandela
11. Pétrus 1990
10. Marqués de Griñón Syrah 2000
9. Trapiche Gran Medalla Malbec 2008
8. Vinos de la Alsacia (y 2)
7. Vinos de la Alsacia (1)
6.. Vinos de Madrid
5. Bodegas Xaló
4. Raúl Pérez (‘El pecado’)
3. Luis Cañas
2. Vega Sicilia
1. Oremus
Ruido de buen vino
 

 

Manuel López
Fallece en diciembre de 2014, siendo editor adjunto de Periodistas en Español. Periodista, fotógrafo, profesor y consultor de medios. En la profesión desde 1966. Perteneció a las redacciones de 'Gaceta ilustrada', 'Cuadernos para el Diálogo", 'El Periódico" y 'Tiempo'. En 1982 funda FOTO, revista que edita y dirige hasta 2009 (287 números). Fue vocal por el sector de la Fotografía en la Comisión Redactora del Anteproyecto de Ley de Propiedad Intelectual de 1987. Profesor de Fotografía de la Universidad Nebrija (1997-2001). Desde 2000, vinculado a la Escuela Superior de Publicidad. Autor de 'Fotografía Creativa', guía didáctica de un curso en una plataforma 2.0 (282 págs., Maren, Madrid, 2010). Su exposición fotográfica antológica 'Manuel López 1966-2006' va camino de 40 itinerancias por España y América.

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