La vuelta al mundo en 80 vinos/16. Viña Meín

“La marca de referencia», «el faro que ilumina la navegación del Ribeiro”

“Fresco, de suprema elegancia” es el veredicto de Luis Paadín en su Guía de Vinos, Destilados y bodegas de Galicia 2013 al concederle un Oro al Viña Meín barrica 2011. “Tan elegante como fresco. Expresivo, floral, frutal y maduro. Tiene un paso de boca excelente, fuerte, sabroso y serio” (Enrique Calduch en Expansión). “Blanco distintivo” (Thomas Matthews en Wine Spectator). “La marca de referencia del ribeiro” (Amaya Cervera en Vanitatis). “Viña Meín es el faro que ilumina la navegación del ribeiro” (Pilar Molestina en Gentleman). 

Pionero de los nuevos ribeiros, Viña Meín es unánimemente alabado por los expertos más exigentes. El vino de O Ribeiro, la zona vinícola de referencia en Galicia que tiene a Ribadavia (Ourense) como monumental capital judía, ha protagonizado un espectacular auge en los últimos años. De ser caldos comunes, los vinos de O Ribeiro, de los que el genial Álvaro Cunqueiro tiene escrito que son los que “dan la temperatura del hombre”, han pasado a situarse como unos de los mejores vinos de España.

Vinos con una gran historia, característica principal de los Ribeiro es la diversidad de varietales, lo que se visibiliza en el paisaje: la diversidad de cepas rompen la consabida postal de un uniforme monocultivo propia de las comarcas vinícolas para convertirse en un sorprendente mosaico de matices de verdes y ocres. El propio Cunqueiro las deletreaba todas las cepas viejas del país: “caíño, brencellau, mencía, tintilla, tarrantés, treixadura, lado, albariño…” Había incluso más, como la Albilla, la Loureira o la Godello entre las blancas, o las Sousón y Ferrón entre las tintas.

La Treixadura, uva blanca autóctona de Galicia, planta vigorosa de producción baja, pero de gran calidad, muy aromática y que resiste bien a las enfermedades, es la base principal en el coupage de los vinos históricos del Ribeiro. Otrora denostada por “vulgar”, esta uva es la principal protagonista de la “resurrección” del Ribeiro. Otros nombres de la Treixadura, que también se encuentra en Portugal, son: Trajadura, Trincadente, Trincadeira, Verdelho Louro y Verdelho Rubio.

Bota viño do ribeiro,
Taberneiro bota viño,
bota viño do ribeiro.
Que en Galicia pra cantare,
temos que beber primeiro,
Temos que beber primeiro.
Ai lelelo, ai lalalo.

En el resuelto y brillante camino de la cunca (la típica taza blanca en la que siempre se ha bebido el vino del Ribeiro) a la copa, uno de los actores de primera línea es el empresario y bodeguero Javier Alén. Junto con un pequeño grupo de familiares y amigos, en 1988 emprendió el proyecto de elaborar, volviendo a los orígenes históricos del Ribeiro, un vino blanco con las variedades autóctonas gallegas que tanta fama dieron a los vinos de la zona en los siglos XVI y XVII.

Hoy, Viña Meín cultiva sus 16 hectáreas de cepas autóctonas en el corazón del Ribeiro, allí donde en el siglo XI se detuvieron hechizados monjes peregrinos para levantar el Monasterio de San Clodio y plantar en las fértiles laderas del Valle del Avia las primeras vides que luego dieron fama a los vinos del Ribeiro.

Para los amantes del enoturismo: la ribera izquierda del río Avia es uno de los paisajes vinícolas más bellos del mundo. El Casal de Viña Meín, un pequeño hotel con encanto de ocho habitaciones “con vistas a la tranquilidad y el silencio” es el alojamiento recomendado.

Sobre el vino: de color amarillo verdoso, límpido y brillante, meloso y pleno en su inicio, buena intensidad aromática, un torrente de frutas, un auténtico placer para los sentidos…

Se “llama” solo 10 euros y con los calores de estas fechas gana si lo servimos a 6º. Irresistible. ¡Saudiña!

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