Bahía de Dénia Brut Nature

La vuelta al mundo en 80 vinos /40

“El néctar de los festejos más significativos”. Así presenta Eduardo Cordoví Hernández la champaña en un delicioso libro, Bebidas notables (Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 1988). “A distinctly ceremonial wine”, “Un vino inconfundiblemente ceremonial”, proclama por su parte Ernest Peixotto en su antológico A Bacchic Pilgrimage. French Wines (Charles Scribner’s Sons, Nueva York–Londres, 1932).

Todo el proceso de elaboración, que Cordoví describe con precisa exactitud técnica, “está salpicado de exquisiteces”. Se refería al enredoso invento del vino con burbujas, fruto de la casualidad en el proceso de fermentación al que llegó al filo de 1700 el más famoso bodeguero, Dom Perignon, el monje ciego al que tras el estallido del descorche de su vino el néctar le supo a estrellas del mismo cielo.

Puro arte de magia son las brillantes cintas de burbujas que ascienden y danzan interminablemente en la copa del “petillant, sautebouchon, vin diable”, el “vino diablo espumoso, destapacorchos”, como describió el abad Godinot el burbujeante vino blanco achampanado.

Entre los festejos que se celebrarán en 2015 con motivo del 300 aniversario de la muerte de Dom Perignon (1640-1715) procede que vayamos empezando a reivindicar la españolidad del tapón de corcho, que Dom Perignon, después de descubrirlo en Cataluña, sustituyó en lugar de los tapones de trapo, pues sujetaba con más fuerza el alambre con el que debía ser sujeto a la botella de vidrio grueso.

Hoy estamos de celebración, si bien es cierto que no redonda y consumada, sino de un alto especial en el camino. Llegamos al ecuador de los 80 vinos de nuestra particular vuelta al mundo. Cumplimos 40 y no se nos ha ocurrido mejor idea que festejarlo con una celebración no ya a escala estatal o regional, sino comarcal y aun local, nada menos, con el champán doméstico de la Marina Alta.

No se le puede llamar oficialmente champán, tampoco cava por aquello de los caprichosos intríngulis del registro de propiedad de las palabras, pero está muy bien que se llame Bahía de Dénia, el esplendoroso paisaje que veo desde mi terraza, el espumoso con el que celebrar nuestras primeras 40 etapas de la vuelta.

Pude ver la totalidad del proceso de elaboración de este Brut Nature guiado por el joven enólogo Sergio Balaguer cuando acudí a Xaló para documentarme sobre los vinos de la bodega (entrega número 5 de esta serie, 27 de abril de 2013).

“Les sorprenderá”, advierte la publicidad corporativa de este vino espumoso elaborado por el método tradicional o champenoise, que presenta la particularidad única de estar producido no con un coupage (mezcla) de varias uvas, sino de una sola variedad: la Moscatel, uva reina de la Marina Alta.

De burbuja fina y elegante, el ribete verdoso del color amarillo pálido en la corona de la copa anuncia frescor y agrado en boca, con un equilibrio perfecto de carbónico y acidez que destapa la riqueza de aromas propios de la variedad Moscatel. En nariz resaltan aromas de fruta con recuerdos a manzana y naranja y cítricos que en boca cobran una singular intensidad frutal en su paso notable y final largo.

Cuesta solo 5,80 euros la botella. 11,6º, servir entre 7º y 10º “a cualquier hora del día”, reza la publicidad. ¿Maridaje? Pues fue con unas gambas rojas de Dénia de tamaño mediano, por la crisis y porque la celebración es por haber llegado a la mitad de los 80 vinos.

………