Vino: La Tremenda by Enrique Mendoza

La vuelta al mundo en 80 vinos /31

Vvae dictae quod intrinsecus humoris sint plenae, sucique et pinguedinis. Nam humidum est quod exterius humorem habet; uvidium quod interius. “A las uvas se les dio tal nombre porque interiormente están llenas de humor, de jugo y de densidad. En efecto, húmedo (humidum) es lo que muestra exteriormente la humedad; uvidum, en cambio, es lo que tiene en su interior.” -San Isidoro de Sevilla, Etimologías, XVII, 5, 13 ………

Señoras y señores, españoles todos, si a un informe solvente sobre vinos democráticos del mundo le añadimos el aval de The New York Times, pues ahí tenemos a la cosecha de 2009 de La Tremenda de las Bodegas alicantinas Enrique Mendoza como el mejor vino en relación calidad-precio de 2012. Eric Asimov, gurú en materia de vinos, dixit.

Un poco alto de alcohol, 14º, fue el único pero que Javier Ruiz, Txin, le encontró al vino La Tremenda by Enrique Mendoza Monastrell 2011 con que ilustramos el pasado miércoles un lomo de buey a la piedra en casa tras una jornada de bricolaje ampliando estanterías de la librería del despacho. Mi ayuda como pinche no va para premio al mérito al trabajo, pero sí pude cumplir en llevar a buen puerto el mantenimiento sostenido de la temperatura del vino a 15º C.

Los calores del verano y el vino tinto ya se sabe que no se llevan nada bien. Y con un alavés de pro comensal como Txin, curtido en artes, artesanías, bricolajes y por supuesto en vinos, se imponía mimar la botella que contenía “esencia de la magia del Mediterráneo, aroma del nuestras sierras y montes y algo que para nosotros es muy importante, la luz del Mediterráneo”, reza la contraetiqueta de la botella que da de sí más de los 5,50 euros que cuesta en Consum.

A 4.500 años atrás se remonta la cultura del vino en la D.O. Alicante, una de las más antiguas de España. Entre los bodegueros resueltos a posicionar el fruto la “viña del mar”, como era conocido el cotizado vino de Alicante en Europa entre los siglos XVI y XIX, brilla con luz propia Pepe Mendoza, consumador de la apuesta de su padre Enrique en 1989 de producir vino “en serio”.

Disfrutar en Alicante y Murcia del invierno más dulce de Europa es algo que también agradece especialmente la uva Monastrell, la variedad recomendada en las D.O. Alicante, Jumilla, Yecla y Bullas. Tenía que ser un viticultor y enólogo de excepción como Pepe Mendoza el que consiguiese conciliar en la bodega de L’Alfàs del Pi ecología y tecnología: libre de insecticidas y herbicidas la mediterránea esencia de la uva de la que se extrae el selecto Fondillón, “vino de reyes”, y una depurada conjunción de técnicas innovadoras ‘ad hoc’ en experimentación constante, como la fermentación caliente o la oxigenación de los mostos en plena fermentación.

La oxigenación del Monastrell 2011 abrió en el decantador la luminosa caricia del amable invierno alicantino. Un gran vino a precio de crisis que te regala al paladar –y al alma– las bondades del microclima de la Marina Baixa, el reflejo mismo en especie de la brisa del Mare Nostrum en las laderas del Bernia y el Aitana. ¡Salud!

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