La vuelta al mundo en 80 vinos/22. Dinastía Vivanco (y 2)

Ya puestos a pedir paradigma de calidad/precio, pongamos 15 euros un Rioja Reserva Tempranillo en estado sublime y puro de los que podamos catalogar “por la gloria de mi madre”.

Dicho y hecho, exactamente 14,16€ costó en Eroski Dénia la botella de Dinastía Vivanco Reserva 2007 Selección de Familia de la foto.

De la foto… y de la celebración del vino después de hecha la sesión de fotos, la verdad sea dicha. La esencia del paisaje y la cultura de la Rioja Alta, origen del castellano y del mejor vino, cabe en la inconfundible botella típica de Dinastía Vivanco de diseño propio, basada en un modelo original del Siglo XVIII, perteneciente a las colecciones visitables del Museo de la Cultura del Vino y en la que se funden historia, diseño y modernidad.

“Elegantes y personales”, reza la descripción corporativa de los vinos de Rafael Vivanco. Ingeniero agrónomo y enólogo por la prestigiosa Universidad de Burdeos, antes de ponerse al frente de la dirección técnica de Bodegas Dinastía Vivanco, aprovechó su estancia en Francia para realizar dos vendimias, elaborando vinos en algunas de las bodegas más relevantes de esta región. El resultado no podía ser otro que una gama de vinos que hacen plena justicia al lema de “modernos, atrevidos y con personalidad”.

Hay asunto detrás del carácter emprendedor e innovador de Bodegas Dinastía Vivanco: la sapiencia acumulada de cuatro generaciones de bodegueros. Tradición vitivinícola, pues. Y estética y diseño. Antes que el propio vino, entra por los ojos el original diseño de la botella, un cuerpo de media altura, ligeramente tronco-cónico, con un cuello largo y fino que remata en un ingenioso gollete sobresaliente que refuerza la boca y hace de recogegotas.

A destacar un detalle guay de la botella: la contraetiqueta está sobreimpresa en relieve con el sistema braille para facilitar la información del vino en lecto-escritura táctil para invidentes -por cierto, muy cualificados catadores de vinos-

Al vino, pues. La bodega tiene tres gamas diferenciadas: la gama Vivanco, la gama Dinastía Vivanco y la Colección Vivanco.

La gama Vivanco ofrece dos vinos jóvenes con marcado carácter frutal, un blanco y un rosado. La gama Dinastía Vivanco agrupa a dos vinos, el crianza que reseñamos en el artículo anterior y el reserva que glosaremos hoy. Por último, la gama alta de la bodega, Colección Vivanco, en la que la bodega ofrece la máxima expresión de las variedades tradicionales riojanas, a partir de una selección de terruños y parcelas.

Aquí aparecen tres vinos tintos. Tres monovarietales: Colección Vivanco Parcelas de Garnacha, Colección Vivanco Parcelas de Graciano y Colección Vivanco Parcelas de Mazuelo. Y un cuvée de Cuatro Varietales, presidido por Tempranillo en comunión con los citados tres monovarietales.

Palabras mayores, estos vinos de colección en producción limitada entre unas 1.500 y 3.000 botellas, salvo el Cuatro Varietales, que ronda las 5.000 botellas; todos ellos a unos precios en absoluto prohibitivos: entre los 30 y los 50 euros.

Estamos con el Reserva 2007 Selección de Familia de los 14,16 euros. De entrada, bien podría lucir una etiqueta con la leyenda Medalla de Oro en el Concurso Mundial de Bruselas 2013, según certificó el pasado 21 de mayo el veredicto del paladar de 305 críticos internacionales de 40 países.

Estos son sus poderes, según la nota de cata: “Color rojo púrpura intenso, con un ribete teja que denota su crianza en barrica. Este vino ofrece aromas de canela, salvia, todo rodeado de unas notas frutales de cereza y moras negras y un componente mineral. Profundo y maduro en el paladar, ofrece un paso de boca envolvente, aterciopelado y sedoso.”

La gradación alcohólica es, igual que el Crianza, 14º. Servido a la temperatura de rigor entre 16 y 18ºC marida con todo tipo de carnes, estofados, platos de caza, setas, quesos… Pero a uno se le antoja que sobre todo con lo que decididamente mejor marida es con… la crisis. En estos tiempos de aflicción económica el vino debería estar considerado por las autoridades gubernamentales competentes como una medicina.

Una medicina de dioses, claro está.

………